“El CIS de Tezanos”, “El TC de Pumpido” y ¿“La Sala Segunda de Marchena”?
Antes de nada, lo obvio: el militante socialista José Félix Tezanos nunca debió ser nombrado presidente del CIS. Y si alguien tuvo dudas, la gestión de estos últimos seis años las habrá disipado todas: no solo por algunas de las preguntas que viene incluyendo en sus sondeos, también por haber roto la serie histórica (un crimen en Sociología) y, sobre todo, por tener bajo sospecha permanente a una institución que debiera ser independiente.
Aclarado ese punto, este artículo no va sobre la idoneidad de Tezanos, sino de cómo el lenguaje (y las decisiones periodísticas) ayuda a construir unas realidades y a ignorar otras.
Durante años, los medios alineados a la derecha con el PP han popularizado un sujeto para las noticias sobre el Centro de Investigaciones Sociológicas y, a base de repetirlo en titulares, cuando en una información ese sujeto es “el CIS de Tezanos”, el verbo que venga detrás ya está condicionado.
¿Es Tezanos la primera elección inadecuada para un cargo público? No parece, a tenor de los nombramientos que hemos visto y seguimos viendo en instituciones de todo tipo. Pero en la España en que Urdaci dirigió los informativos de TVE; Arsenio Fernández de Mesa, la Guardia Civil, y Romay Beccaría, el Consejo de Estado, la derecha ha logrado popularizar “el CIS de Tezanos”.
Contrastar lo que denuncia el PP en el Gobierno central con lo que hace en las instituciones que preside es un ejercicio tragicómico. Pongamos que hablo de Madrid, cantaba Sabina, donde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha cambiado la ley -la anterior no la había impuesto ningún soviet, era de la época de Cifuentes- para tomar el control de Telemadrid, antes de situar al frente de la Cámara de Cuentas a uno de sus mayores fans, el converso Joaquín Leguina, quien nada más tomar posesión hizo dos cosas: decir que no tenía mucha idea de qué iba el cargo y colocar a su mujer como secretaria.
El mismo Feijóo que pone el grito en el cielo por Televisión Española nombró directora de informativos de TVG a una interventora del PP en las elecciones gallegas. “La TVG de Feijóo” o “La Telemadrid de Ayuso” no hicieron fortuna en los titulares, como tampoco antes los hubo sobre “La Telemadrid de Aguirre”.
La secuela que ya se está preparando tras “El CIS de Tezanos” llevará a las portadas “El TC de Pumpido”, ahora que el nuevo Tribunal Constitucional, con mayoría progresista, ha decidido tumbar uno de los razonamientos más controvertidos de la sentencia del Supremo sobre el escándalo de los ERE. Lo que viene a decir el Constitucional es que no se puede condenar por prevaricación a quienes legislaron sobre las ayudas de la Junta de Andalucía que a la postre sirvieron para que algunos cargos públicos colasen entre los beneficiarios a amigos, familiares y compañeros de partido. Con ese criterio, ha empezado a excarcelar a dirigentes políticos del PSOE y desmontado la tesis de la corrupción de los ERE como un caso sistémico del PSOE en el que estaban implicados desde los diputados que aprobaron la ley hasta del primer al último dirigente de la Junta de Andalucía.
Esa decisión sobre los ERE y la interpretación de las leyes de acuerdo a la nueva mayoría progresista han llevado a algunos medios a titular ‘El TC de Pumpido’. En el país que tuvo como presidente del Tribunal Supremo al ex alto cargo de Aznar y asesor de Gallardón Carlos Lesmes, que vio cómo el militante del PP Francisco de los Cobos llegaba a la cima del Constitucional, se señala a Pumpido, que ya fue Fiscal General del Estado y que no tiene adscripción política, más allá de su sensibilidad progresista.
¿Habrá algún día titulares sobre “La Sala Segunda de Marchena”, el magistrado de Supremo que dio por buena la investigación a Puigdemont por terrorismo y la tesis de que los líderes del procés sí se enriquecieron por no pagar el referéndum de su bolsillo?
Marchena es el mismo juez que el PP quería colocar como presidente del Supremo “para controlar desde atrás la Sala Segunda”, según dijo el portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó, a su grupo parlamentario en mensajes telefónicos,
El escándalo de los sms de Cosidó frustró el ascenso de Marchena a presidente del Tribunal, que estaba dispuesto a aceptar el PSOE en un acuerdo con el PP. Desde entonces, el magistrado se ha alineado con las tesis de la derecha en sus últimas decisiones al frente de la Sala Segunda del Supremo. ¿Habrá algún día titulares sobre “La Sala Segunda de Marchena”, para referirse al magistrado que el PP quería aupar como presidente del tribunal más importante del país y así “controlar desde atrás” la sala que tiene la última palabra en los grandes casos de corrupción?
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