Citroën innova para mimar a los pasajeros

Pedro Umbert

El compromiso de Citroën con la innovación es un hecho conocido y forma parte del ADN de la marca francesa desde su fundación en 1919. Modelos como el Rosalie, el Traction, el 2 CV o, más tarde, el Mehari, el CX o el Berlingo, que acaba de celebrar su vigésimo aniversario este mismo año, atestiguan esta vocación por caminar siempre fuera de las sendas más trilladas.

En los últimos años, ese afán innovador se ha adentrado tanto en el desarrollo tecnológico más usual (motores más limpios y eficientes, sobre todo) como en áreas más relacionadas con el bienestar a bordo de los vehículos. El stand de Citroën en el Salón de París, que se celebra hasta el próximo día 16, está presidido por el lema que resume a la perfección esta nueva filosofía de la marca: Be Different, Feel Good (Sé diferente, siéntete bien).

Posiblemente lo más llamativo de ese stand es el prototipo Cxperience, que, además de suponer un tributo al lujoso CX fabricado entre 1974 y 1991, aglutina gran cantidad de información sobre cómo serán los coches de Citroën en un futuro nada lejano. Sus líneas exteriores anticipan el diseño de esos vehículos por venir, pero es en su interior donde reside la mayor miga: todo el arsenal creado para hacer que la vida a bordo sea más agradable, englobado en un programa denominado Citroën Advanced Comfort.

Los cuatro asientos del Cxperience, por ejemplo, son mucho más grandes de lo habitual –butacas, habría que llamarlos– y están fabricados con una espuma flexible capaz de memorizar la anatomía de cada ocupante. También son parte del programa un purificador de aire, una iluminación ambiental dividida en cuatro zonas (una para cada ocupante) y un sistema que, por medio de altavoces y micrófonos, aísla a los pasajeros del ruido exterior para favorecer la comunicación entre ellos.

En otra versión de la misma estrategia para mimar a los ocupantes de sus coches, el fabricante francés ha experimentado con soluciones como mejorar la unión estructural del chasis y emplear amortiguadores hidráulicos progresivos que mitigan el impacto de las irregularidades del terreno, lo que entronca muy directamente con la dilatada experiencia de Citroën en el campo de las suspensiones.

El programa Advanced Comfort tuvo uno de sus precedentes en el concepto Crisálida, desarrollado en el Grupo PSA tanto para Citroën como para DS y Peugeot y consistente en una serie de mejoras sensitivas llamadas a paliar los sinsabores de la circulación. Aquí se proponían soluciones para cuatro de los cinco sentidos –el gusto quedaba excluido por razones fáciles de comprender– que buscaban en última instancia blindar el habitáculo y a sus ocupantes ante las agresiones del mundo exterior.

Equipos de sonido volcados en la espacialidad, materiales agradables a la vista y al tacto, techos acristalados con diseño a base de leds –suministrados, por cierto, por el grupo español Antolín–, filtros de aire premium y programas de masaje activo y pasivo eran algunas de las propuestas de Crisálida.

A ellas se sumaban los cartuchos de perfume que ya se han popularizado en muchos modelos de diferentes marcas. Citroën fue pionera en este terreno al introducir en 2004 difusores que expandían por el habitáculo un aroma basado en el del mango, creado en principio para suprimir el olor a nuevo que disgusta a algunos usuarios.