Albert Rivera ha vivido la noche electoral del 28A con un sabor agridulce. Por un lado, con intensa satisfacción ante los resultados logrados por Ciudadanos, doblando casi los 32 escaños que tenían ahora en el Congreso y situándose en 57. Pero, a la vez, se ha quedado con las ganas de conseguir desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa, como era su objetivo, debido al desplome del PP, que pasa de 137 a 66 escaños en la Cámara baja.
Estos buenos resultados, que colocan a Cs a menos de un punto del partido conservador, legitiman a Rivera para erigirse como el principal líder de centro derecha e incluso para ejercer como jefe de la oposición a Sánchez en el Parlamento contra el que mantiene el veto para formar una alianza postelectoral. En la dirección del partido insisten en que mantendrán su palabra y no van a cambiar de opinión, por lo que se sitúan en la oposición.
El propio Rivera, en su primera comparecencia pública, confirmaba ante un grupo de simpatizantes que le aguardaban impacientes en la calle, en la puerta de la sede del partido, que a partir de ahora va a ejercer como líder de la oposición a Sánchez, dispuesto a afrontar las próximas citas electorales de 26 de mayo -europeas, autonómicas y municipales- como partido hegemónico frente a un PP en declive.
Rivera, exultante, salió a la calle, en donde el partido había instalado un tarima a modo de escenario, y acompañado de Inés Arrimadas y de varios miembros de su Ejecutiva agradeció el trabajo de todos en esta dura campaña. Después les anunció que les iba a dar “una noticia buena y una mala”. La “buena”, que han duplicado sus escaños, y la “mala”, “que sigue gobernando Sánchez”. Mientras, dentro de la sede los gritos de alegría y los vítores al líder atronaban. “Casi hemos empatado a votos al PP. Hoy Ciudadanos se erige como la ilusión y el futuro de España”, se ha jactado.
“Vamos a hacer una oposición leal a la Constitución, a la economía de mercado, a los principios de la Unión Europea y a España. Somos el partido que más se parece a España, y vamos a vigilar de cerca al Gobierno para que no machaque a las familias y a clase trabajadora”, ha advertido Rivera.
El líder de Cs ha querido dejar luego claro que felicita “a los ganadores”. “No vamos a hacer como el PSOE, no vamos a rodear el Congreso como hicieron ellos, a pesar de que no nos gusta el resultado electoral”, ha añadido.
Por otro lado, los 'malos' resultados de Vox -24 escaños, pese a que algunas encuestas les llegaron a otorgar hasta 55 asientos - han supuesto para la dirección de Ciudadanos incluso un alivio, según reconocían en petit comité algunos dirigentes durante la noche.
Poco después de confirmarse que el PSOE sumaba para gobernar con Unidas Podemos y los nacionalistas, en Ciudadanos sacaban pecho de sus resultados y se lanzaban a atacar al PP, a cuyo “hundimiento” achacan la derrota del bloque de centro derecha.
Entre los simpatizantes que aguardaban la salida de Rivera pudo verse a sus tres fichajes estrella: Marcos de Quinto, Sara Giménez y Edmundo Bal, que ya son diputados por Madrid.
Precisamente en Madrid, Ciudadanos ha conseguido superar al PP al obtener 8 escaños, dos más de los que logró en 2016, mientras los de Casado se han quedado en 7 cuando en las anteriores elecciones sacaron 15. En Andalucía han empatado, pero tras un tremendo retroceso del partido conservador. En Catalunya y Aragón también ganan al PP al igual que en Baleares.