Albert Rivera: “El rojo y el azul están obsoletos”
El partido que preside un hombre llamado Albert ha entrado a la primera en el Parlamento andaluz con grupo propio y 9 escaños. Juan Marín, de la mano de Albert Rivera, lo ha conseguido desde Sanlúcar de Barrameda, la localidad que ha servido de laboratorio en Andalucía. Marín, que sumaba en esta localidad sus tres concejales a los socialistas desde 2007, ha obtenido 368.000 votos. Un 9,41% al primer intento. Según Rivera, “el bipartidismo ha muerto” y Marín simboliza “el cambio tranquilo” frente al que supone Podemos, pero no será desde el Gobierno donde pactará con Susana Díaz sino en asuntos concretos.
La primera aventura de Ciudadanos fuera de Cataluña, su comunidad de origen, supone un éxito que solo desluce en parte la contundente entrada de Teresa Rodríguez con sus 15 escaños también al primer intento. El más escaldado con la victoria del partido naranja, el PP. A pesar de las burlas de Rafael Hernando con llamara a su líder “Naranjito”, de que Antonio Sanz no quisiera un partido catalán y de que Carlos Floriano les tradujera el nombre con poca fortuna, parte del voto del PP andaluz se ha ido con ellos.
Juanma Moreno ha pagado en su estreno su poco más de un año al frente del partido y la respuesta al descontento con el Gobierno de Mariano Rajoy. Designado directamente por el presidente y la vicepresidenta, Moreno ha perdido 17 escaños, por debajo de los 35 escaños de suelo que hacían de barrera psicólgica. Los 50 que consiguió Javier Arenas en las anteriores y que no le sirvieron para pactar con nadie quedan ya muy lejos.
La foto de Ciudadanos fue ver a Marín y Rivera con sonrisa de oreja a oreja y nueve dedos extendidos. La progresión desde las pasadas elecciones europeas, cuando lograron dos diputados, fue lo primero que destacaron. Entonces, en Andalucía obtuvieron 46.000 votos que este domingo se han multiplicado hasta los 368.222.
Rivera se apresuró a declarar que el bipartidismo “ha muerto” aunque el PSOE y el PP aún no se han dado cuenta. Ha vendido a su partido como el ejemplo de la ilusión y la esperanza frente a los gobiernos hegemónicos como es el del PSOE en Andalucía. “Los que nos han traído hasta aquí han perdido casi un 20% y los otros, el otro 20%”, recordó.
Para marcar distancias con Podemos, el otro partido emergente, desde Ciudadanos se prometió “generosidad”, “diálogo” y “sin cabida para el sectarismo”. Rivera avisó que “hay que saber gestionar” y que su principal diferencia con el rival es que no identifica al resto de partidos como “enemigos” sino que se centrará en combatir los problemas del paro y la corrupción.