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El comisario del Cuerpo Nacional de Policía Jesús Figón ha regresado a España mientras se instruye en Brasil el proceso judicial en su contra por haber matado allí a puñaladas a su esposa hace cuatro años y medio, han informado a eldiario.es fuentes policiales. Este es el último episodio de la excepcionalidad del caso de Figón gracias a la inmunidad diplomática que le otorgaba el puesto de consejero del Ministerio del Interior español en el país sudamericano y que impidió que fuera detenido en su momento. Esa situación se prolongó una vez le llegó el momento de jubilación de la Policía porque el Gobierno del PP lo contrató como “consejero asesor” de la Embajada para que no perdiera la citada inmunidad.
Jesús Figón se entregó a la policía local de Vitoria, capital del Estado de Espírito Santo, el 12 de mayo de 2015. Ante los agentes confesó que había matado a su esposa en el transcurso de una discusión. Rosemary Justino Lopes, de 50 años y nacionalidad brasileña, falleció por varias heridas de arma blanca. El comisario asegura que la encontró dormida cuando regresó a casa y ella, que había bebido, le atacó con un cuchillo. En el transcurso de la pelea, la mujer resultó muerta, siempre según la versión del policía.
Al día siguiente del crimen, el ministro de Exteriores de entonces, José Manuel García Margallo, anunció que España renunciaría a la inmunidad diplomática de la que gozaba Figón si se confirmaba que la investigación era por un crimen machista. La inmunidad, dijo el canciller español, “en ningún caso puede servir de coartada en hechos tan deleznables como los que se están investigando allí”.
La realidad fue que Figón ni siquiera fue apartado de su puesto como máximo representante del Ministerio del Interior en Brasil y que España solo renunció a la “inmunidad de jurisdicción”, lo que permite al país sudamericano hacerse cargo de la investigación y juzgar, en su caso, al policía español. Al mantener la “inmunidad de ejecución”, el policía será trasladado a España para cumplir la pena según establezca Instituciones Penitenciarias en el caso de que sea condenado, por lo que no pisará una cárcel brasileña.
Jesús Figón, que es defendido gratuitamente por el despacho de Baltasar Garzón, está a la espera de que el Supremo Tribunal Federal del Recurso Especial resuelva el recurso presentado contra la decisión del juez de rechazar el auto de procesamiento por “homicidio simple” dictado en 2018, informan fuentes de la defensa del policía. Figón y su víctima se conocieron en España y llevaban treinta años casados. El comisario fue destinado a Brasil en 2012.
Tras el crimen, Jesús Figón continuó siendo el consejero de Interior de la Embajada española en Brasil y cobrando su sueldo íntegro, unos 11.000 euros brutos mensuales. La situación tampoco cambió cuando cuatro meses después del presunto homicidio, la Fiscalía brasileña presentó una acusación formal, en septiembre de 2015.
El 23 de enero de 2016, Figón cumplió 65 años y se jubiló. El comisario no podía seguir acreditado como personal diplomático en el país donde presuntamente mató a su mujer. Fue entonces cuando el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz propuso nombrarle “consejero asesor” de la Embajada en materia de Interior. Exteriores aceptó. De este modo, Figón mantenía su condición de “agente diplomático”. El trabajo de Figón, según fuentes policiales, consistió en asesorar a su sucesor. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores confirman que el policía ya no está vinculado a la Embajada en Brasil.
A los pocos días del crimen de Rosemary, la única hija del matrimonio abrió la posibilidad de que su padre fuera juzgado en España. Presentó ante la Audiencia Nacional una querella admitida a trámite por el juez Eloy Velasco: un ciudadano español había cometido presuntamente un delito en el extranjero y el tribunal especial era competente para investigarlo. Pero la Fiscalía brasileña informó a la española que ya había una causa abierta en el país sudamericano, según fuentes de la Audiencia Nacional, y eso obligó a Velasco a archivar provisionalmente el caso, después de haber imputado y citado a declarar al policía.
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