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Noticia servida automáticamente por la Agencia Europa Press

La comparecencia de Cifuentes en el Congreso acaba con bronca entre el PP, la oposición y el presidente de la comisión

EUROPA PRESS

MADRID —

La comparecencia de la presidenta del PP de Madrid y del Gobierno regional, Cristina Cifuentes, ante la comisión del Congreso que investiga la presunta financiación ilegal del partido de Mariano Rajoy ha concluido este martes con una bronca entre la portavoz 'popular', Beatriz Escudero, los grupos de la oposición y el propio presidente de este órgano, el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo.

Tras los interrogatorios de los portavoces de la oposición, Escudero, que también es vicepresidenta de la comisión, ha tomado la palabra para acusar a los partidos que han citado a Cifuentes de hacerlo con el único propósito de “menoscabar su intachable reputación”.

Escudero ha vuelto a denunciar que el fin de esta investigación es “acabar con el PP”, lo que ha vuelto a obligar a Quevedo a defender la legitimidad del órgano que preside. “Le ruego que no descalifique a la comisión ni a sus integrantes. No se lo puedo permitir”, ha dicho, antes de añadir que él forma parte de la comisión y no tiene “ningún interés en acabar con el PP”.

UN POQUITO DE CONTENCIÓN

La diputada 'popular' ha proseguido acusando a los portavoces de la oposición de utilizar su inmunidad parlamentaria para difamar a Cifuentes, ante lo que Quevedo le ha pedido, de nuevo, “un poquito de contención” y que no estableciera debates con los demás grupos.

Pero lejos de hacerle caso, Escudero ha insistido en sus críticas y se ha dedicado a glosar la figura y la gestión de Cifuentes, a la que se ha referido como “un referente en la política española”, lo que ha provocado las quejas de la oposición y ha llevado a Quevedo a tomar de nuevo la palabra.

“Yo puedo se tolerante, pero no abuse”, le ha avisado, recordándole que tenía que atenerse al objeto de la investigación. Ajena a estas advertencias, Escudero ha responsabilizado a concejales de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de la capital de haber provocado un “estallido social” en Lavapiés la pasada semana.

ESTAMOS INVESTIGANDO AL PP

“Le voy a tener que quitar la palabra”, ha terciado entonces el presidente de la comisión, quien ha echado mano de su templanza canaria para no tener que hacerlo, pero le ha recordado insistentemente que el objeto de la comisión es investigar las cuentas del PP. “Yo llevo una hora escuchando cómo nos ponen verdes a nosotros”, ha protestado Escudero.

“Quiero hacer una pregunta, si usted me deja, porque a lo mejor nos prohíben hablar hoy aquí”, ha insistido la diputada, quien ha dicho sentirse “limitada” en sus derechos antes de poner en valor los códigos éticos que aplica Cifuentes a los parlamentarios del PP en la Asamblea de Madrid, los cargos del partido y los miembros de su gobierno. “Códigos que se aplican sin demora, no como en otros partidos”, ha añadido.

A su juicio, lo que ha vivido este martes la comisión de investigación es “el mundo al revés” porque se ha puesto “en tela de juicio” a una de “las personas que más han prevenido y perseguido la corrupción” mientras un “presunto delincuente” como el exsecretario general del PP de Madrid Francisco Granados se ha convertido para la oposición en “referencia de credibilidad”.

PERDÓN POR EL CHASCARRILLO

Después se ha dirigido por error al portavoz socialista, Artemi Rallo, como “señor Granados”. “Bueno, es casi igual”, ha deslizado antes de pedir “perdón” por lo que ha definido como “un chascarrillo”. Además, se ha preguntado si el diputado de Podemos Íñigo Errejón ha arrancado su “precampaña” como candidato de la Presidencia de la Comunidad de Madrid con su interrogatorio a Cifuentes.

“Abandone ese estilo”, ha vuelto a reconvenirla Quevedo, a lo que Escudero ha respondido denunciando que el presidente no la estaba dejando argumentar ni defender la posición del PP. “Es la primera vez que pasa, pero quiero que conste en acta”, ha sentenciado, arrancando golpes en la mesa de sus compañeros de grupo como gesto de apoyo.

“Eviten este tipo de espectáculos”, ha pedido Quevedo, admitiendo que le estaba costando 'lo suyo' dirigir la sesión e instándole a formular la pregunta que había anunciado. Escudero le ha preguntado a Cifuentes por qué creía que había sido citada a comparecer justo después de que Granados la implicara en las campañas paralelas que, según dijo ante el juez, se hicieron para Esperanza Aguirre en 2007 y 2011.

La pregunta ha dado pie a Cifuentes para volver a denunciar que el Congreso haga de “altavoz” de Granados, pero antes de que contestar han pedido la palabra por alusiones Rallo y la diputada de Unidos Podemos Carolina Bescansa.

LOS PALMEROS DEL PP

El socialista ha replicado a Escudero que el “deleznable presunto delincuente” con el que le había comparado, en referencia a Granados, compartió décadas con Cifuentes en la Asamblea de Madrid y la dirección del PP madrileño y que ella “no le conocía de nada”.

De su lado, Bescansa ha pedido que la Mesa de la comisión estudie qué se puede hacer con los diputados que este martes han actuado de “palmeros” de Cifuentes y se han dedicado a “abuchear y patalear” durante los interrogatorios de la oposición.

La 'popular' ha replicado que todos los diputados pueden entrar a las comisiones --“como si quieren venir los 137”, ha soltado--, mientras Quevedo remitía la discusión sobre el papel de los “palmeros” a la reunión que mantendrá este miércoles la Mesa y los portavoces de la comisión.

Además, ha aclarado a Cifuentes tras su alocución final que la comisión no cita a nadie como “acusado” ni porque se les presuponga la comisión de un delito, sino porque se considera que tienen “algo que aportar” a la investigación. “No puedo dejar que esto termine como si se le hubiera traído a rastras como una acusada, ha venido como compareciente con todos sus derechos, esto no es un juicio”, ha afirmado Quevedo.

Por último, el presidente ha dado la razón al socialista Rallo cuando ha puntualizado que el PSOE solicitó la comparecencia de Cifuentes en mayo de 2017 cuando se constituyó la comisión y no tras las acusaciones de Granados. “Lamento frustrar el discurso victimista de la presidenta”, ha dicho.