El 27S abre un nuevo e inesperado escenario a pocos meses de las generales. El monumental batacazo cosechado por el Partido Popular va a tener consecuencias en las próximas elecciones a las que los de Rajoy querían llegar alimentando el miedo al caos. Tras la cita catalana, el PP se ha convertido en la quinta fuerza y si alguien ha querido comparar la independencia con el caos, ahí está Ciudadanos para frenarlo.
A falta de un 3% por escrutar, el Partido Popular ha perdido 132.000 votos y el PSOE, apenas 2.000. Tras 15 días echando leña al fuego del temor secesionista, los conservadores serán los únicos que no encontrarán calor en ese fuego.
El 27S arrincona a Rajoy porque hace más fuerte a su socio natural, hasta el punto de que ese noviazgo con Ciudadanos parece ahora más difícil que nunca. Tras estas elecciones gana enteros la probabilidad de otro pacto: Pedro Sánchez/Albert Rivera, si los resultados electorales lo hacen viable.
Hasta este 27S casi nadie contemplaba la posibilidad de ese acuerdo PSOE/Ciudadanos. Apenas hubo entendimientos de esta naturaleza tras las elecciones del 24M, pero la dimensión del partido de Rivera hace ahora posible pensar en que esa pueda ser la alternativa a la gran coalición que tanto han reclamado los mercados entre bambalinas.
En el PSOE respiran tranquilos tras 15 días de miedo a una gran derrota que complicase las posiciones de Sánchez. El PSC ha perdido, pero Podemos ha perdido con mucho más estruendo. La derrota de los de Iglesias y la medalla de irrelevancia que el PP ha cosechado en estas elecciones harán que Sánchez llegue este lunes a su despacho deseoso de que empiecen a caer las encuestas.
Rajoy ha evitado salir en rueda de prensa para valorar los resultados; Pedro Sánchez sí lo ha hecho. El líder socialista no ha tardado en ofrecerse como costurero de las heridas catalanas. Ese será el discurso que mantendrá de aquí a diciembre. Rajoy, sin embargo, tendrá que buscarse nuevas frases.