El regreso de Xavier Domènech a Catalunya para encabezar la candidatura a las elecciones del pasado 21 de diciembre dejó un vacío en el grupo confederal que, con el inicio del periodo de sesiones, se ha vuelto a ocupar. El portavoz de En Comú Podem ha sido sustituido por una coportavocía de dos perfiles muy distintos que ejemplifican la mixtura de procedencias que constituye el espacio de los comunes: Josep Vendrell, veterano militante de ICV, y Lucía Martín, nueva en la política institucional y bregada en la lucha social de la PAH en Barcelona. Su objetivo: poner en valor la labor de los Ayuntamientos del Cambio ante el próximo ciclo electoral y “reconectar” con la España que representa, aseguran, el grupo confederal.
Poco más de dos años después de su inesperado triunfo en las generales del 20 de diciembre de 2015, revalidado el 26 de junio de 2016, el principal grupo catalán del Congreso ha hecho revisión de su paso por la institución. Y ha marcado las líneas estratégicas del intenso periodo que se abre en el horizonte: municipales en 2019 y generales previstas para 2020.
eldiario.es ha tenido acceso al documento que resume el análisis hecho. “Es el momento de liderar un nuevo discurso ilusionante que reconecte con el de la España del cambio, siendo En Comú Pode el impulso y la fuerza necesaria para hacerlo posible”, señala el texto. Los comunes reafirman “el compromiso de trabajar conjuntamente con las compañeras y compañeros de las confluencias, de IU y de Podemos”. Y fijan la prioridad conjunta en todo el Estado: “La revalidación y victoria en muchos más municipios”.
En conversación con este medio, Martín y Vendrell denuncian la “política recentralizadora” llevada a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy, con la excusa de la crisis, ya desde la primera legislatura. Una acción que ha tenido en la limitación del gasto municipal su ariete. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha cuadrado sus cuentas de forma sistemática gracias al superávit de los ayuntamientos, muchos gestionados por las confluencias municipalistas.
Los coportavoces defienden la gestión hecha por sus ayuntamientos, con el de Ada Colau a la cabeza. Y sostienen que la presión ejercida por el grupo de Unidos Podemos-En Comú-En Marea en el Congreso y los medios ha sido vital para torcer el brazo de Montoro. Hacienda acepta, en principio, que los municipios gasten 5.000 millones del superávit.
Josep Vendrell, con trienios acumulados en la política institucional en Catalunya y en el Congreso, muestra su desconfianza y alerta: “Hay que ver la letra pequeña”.
Pese a la advertencia, los comunes creen que es un paso en uno de los objetivos que se fija el documento que debe guiar sus trabajos hasta el final de la legislatura: “Desbloquear aquellas medidas que impiden que los entes locales puedan desarrollar plenamente las políticas que los tendrían que permitir garantizar el bienestar de sus vecinos y vecinas”.
Coralidad y paridad
Lucía Martín pone el foco en la centralidad que los ayuntamientos han tenido desde 2012, pese a las limitaciones competenciales y presupuestarias, en asuntos sociales como la visibilización del feminismo o la lucha por el derecho a la vivienda.
Vendrell ya era portavoz adjunto cuando Xavier Domènech lideraba el grupo. Pero Martín se estrena en un cargo en el que ella misma no se reconoce si se mira desde su yo de 2009. Entonces participó en la fundación de un movimiento llamado a poner patas arriba la política española: la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Allí conoció a Colau y formó parte del grupo que lanzó Barcelona en Comú.
El lema de aquella candidatura fue “No olvidemos de dónde venimos ni por qué estamos aquí”. Un principio que, dice, rige sus pasos por el Congreso.
Ambos defienden el creciente papel de las ciudades en un entorno de globalización que limita el poder de los estados. Así lo recoge el documento aprobado por los diputados de En Comú. “El municipalismo es la mejor expresión de democratización del Estado”, apunta.y“Reforzar aquellas instituciones más cercanas a la ciudadanía y que tienen que dar respuesta al día a día de la ciudadanía.
Martín y Vendrell defienden la coportavocía que estrenan, una novedad en el Parlamento español. Más allá de las comisiones de cada cuno, ambos se reparten sin previo acuerdo su papel como portavoces del grupo catalán que integra el grupo confederal.
“Hemos venido a hacer las cosas de otra manera, a romper la dinámica del Congreso”, apunta Martín. Vendrell defiende que Domènech tenía mucha visibilidad como número uno de la candidatura. Y que ahora han optado por la “coralidad” de voces. “Lo nuevo permite adaptarse”, sostiene.
La movilización como palanca
Una de las bases de esa “nueva política” que llegó para quedarse era la conjunción del trabajo institucional y social. La movilización en la calle como recordatorio y también como percutor de algunos cambios. “Las batallas no solo se ganan aquí”, asegura Martín.
Ambos señalan los retos más inminentes. El de los pensionistas, que ha desbordado cualquier previsión y amenaza con seguir. La defensa de los inquilinos, una vez el tsunami que arrasó a cientos de miles de propietarios de viviendas parece haber amainada. En este caso, como con la PAH, Catalunya es vanguardia con el Sindicat de Llogaters.
Los comunes creen que este nuevo ciclo de movilizaciones que despunta “pinta bien” y es una buena noticia. Es el último punto de acción del documento aprobado por el grupo: “Presentes siempre en los conflictos sociales”.
- “¿Les viene bien?”
- “Le viene bien al país porque sitúa la agenda social en el centro”.
“Y es transversal”, zanjan: “Toca a problemas que afectan a gente muy distinta y de lugares diversos”.