Comunidad, organización y fines: argumentos de Alberto Garzón y Julio Anguita para defender la confluencia

Comunidad. Mezclarse. Y organizarse para unos fines: “Que el la España del futuro no sea la que decidan Albert Rivera y Mariano Rajoy”. Alberto Garzón y Julio Anguita entran de lleno en un debate abierto: la confluencia con Podemos y el resto de fuerzas ante las elecciones autonómicas, municipales, europeas y andaluzas.

Las negociaciones se suceden en todos los ámbitos –local, autonómico y estatal– y entre todos los actores, y se ven afectadas por cada hito político. El último: la decisión de Íñigo Errejón de señalar a Tania Sánchez como su número dos, decisión que ha sentado bastante mal en muchos espacios de Izquierda Unida. O la idea de buscar un “acuerdo marco”, empujada por IU y que parecía no seducir a Podemos. O la consulta sobre que el nombre ha de incluir la “palabra Podemos”, que gustó poco a IU y a algunos sectores de Podemos no afines a Pablo Iglesias.

Cada decisión influye en la siguiente: como las primarias de Madrid de Podemos –en las que Anticapitalistas, la organización de Miguel Urbán y Teresa Rodríguez, ha decidido no participar–, que se van a producir sin saber cómo se va a gestionar esa lista salida de esas primarias para confluir con el resto de actores, incluidos IU y Equo.

Nombres; procedimientos; fórmulas jurídicas; burocracias... Ante esos palos en las ruedas, Garzón y Anguita proponen poner sobre la mesa la política; mezclarse y construir comunidad para “que el futuro no sea el que quieren Mariano Rajoy y Albert Rivera”. Y tanto el coordinador federal de IU como el ex coordinador y ex secretario general del PCE han coincidido este fin de semana en la fiesta del PCA en Córdoba para apelar, junto con la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez; y el secretario genral de los comunistas andaluces, Ernesto Alba, a la confluencia. Una reivindicación que es hacia adentro, pero también hacia afuera; en las calles y en los movimientos, pero también en las elecciones.

“La enseñanza fundamental de estos últimos años”, ha reflexionado Alberto Garzón, “es que no hay que confundir instrumentos y fines. Cuando a raíz de la crisis ha habido un problema de acceso a la vivienda y se han producido desahucios, mucha gente, no solo las víctimas, se han organizado para evitar una injusticia aunque era un proceso legal. Y ha habido autoorganización. Se ha puesto de relieve que lo importante era el fin y otros elementos como la afiliación política eran secundarios. Lo hemos visto en las diferentes mareas, en el 15M y lo seguimos viendo en múltiples fenómenos, no se confunden los instrumentos con los fines”.

“La organización no es sólo una lista de camaradas”, decía Anguita, “sino la planificación del trabajo en la calle, el programa, un proyecto, la lucha de ideas, predicar con el ejemplo y buscar aliados. No somos más puros que nadie. Somos herederos de una tradición que está muy clara: los proletarios y los comunistas tienen claro que en la lucha para conseguir la emancipación no desprecian a los demás, somos como los demás, pero no olvidamos el objetivo final. Cuando se lee el manifiesto comunista, se ve que no sobra nadie, ninguna sigla, ningún pensamiento. Todos los que estén contra el capitalismo son los míos, me da igual si levantan o no el puño. Hoy la guerra es total, a sangre y fuego, frente al fascismo, Franco sigue vivo, ¿y nosotros qué hacemos?”

Anguita, quien confesó su “desolación total” por un “país donde el robo se ha institucionalizado y la justicia no es independiente, y los valores de solidaridad se han perdido y las organizaciones de la izquierda y los trabajadores parecen rotas”.

Garzón se muestra rotundo: “Lo que nos jugamos es quién va a diseñar el modelo de país para las próximas décadas. ¿quién lo va a hacer? Rajoy y Rivera u otros. Lo demás para mí es instrumental y contingente. Es la filosofía de la unidad popular. Nuestras afiliaciones son instrumentos, no fines, hay que huir de corporativismos”.

El coordinador de IU reconoce “otra lección adicional” de los últimos años: “La criminalización de la protesta y las inercias corporativistas que quieran que su instrumento sea un fin en sí mismo... Hay que mezclarse con la gente que comparte el proyecto de país, pero piensa diferente, que no conoce nuestros parámetros, que no ha leído a nuestros autores, pero estamos obligados a relacionarnos y ponernos de acuerdo, aunque cueste más. Si no hacemos eso, el país será el que ha definido Rivera y Rajoy. Hay que asumir los costes y los sacrificios: todo esto son enseñanzas muy claras”.

Anguita insistía: “Lo que estoy pidiendo es cómo nos organizamos junto a los demás, junto a las mujeres, los jubilados, los pensionistas, los parados, los intelectuales y los periodistas que se juegan la cárcel para luchar contra tanta corrupción. No somos solos nosotros los puros, los puros solos somos la nadería, no servimos para nada, un comunista solo en una montaña es inútil. Y esto lo planteo como miembro del partido, por la necesidad de buscar un frente común, incluso cuando llega esa cosa horrible llamada elecciones”.

“No es sólo listas electorales, pero también son listas electorales”, insiste Garzón: “Es imprescindible para que Rajoy y Rivera no decidan el futuro de nuestros hijos”.

El coordinador de IU recuerre a otro referente, el movimiento feminista: “Una de las grandes virtudes de la manifestación del 8M y la huelga feminista fue ser el punto final, aunque sea intermedio, de un proceso de creación de comunidad. De la identificación como víctimas de un proceso que inicialmente está oculto. En la medida en que se han podido identificar con otras mujeres, han ido construyendo una identificación comunitaria. Esta construcción la ha conseguido hacer el movimiento –concentraciones, elementos simbólicos, no callarse nada–”.

“Yo no soy voluntarista, creo que las cosas cuestan. No valen con declararlas en el papel, pero que no nos engañen: lo que estamos viviendo es una enorme estafa en la que las prioridades están alteradas. Como cuando se decide el rescate del sistema bancario o autopistas quebradas. O cuando se dedica un incremento del presupuesto al gasto militar. Dentro de ciertas limitaciones, hay un debate político, no técnico. ¿Cómo construimos eso? No sólo con el papel. En eso es clave la construcción de comunidad, como lo hizo la comunidad feminista. Pensemos lo mismo en términos de clase, en cómo uno se cree que es culpa suya, que lo malo que está pasando se lo merece por un sistema que ha inoculado el individualismo. La construcción de comunidad es clave para revertir eso”.

Anguita, además lanzó un aviso sobre la utilidad del PCE y de IU: “Si no trabajamos más que en IU, uno de los dos está sobrando: o el partido o IU. A no ser que IU sea el trabajo que hacemos, y paralelamente haya otro como comunistas en el terreno de la lucha de clases, del pensamiento, de la cultura. Si todo lo hacemos lucha electoral, estaremos ante la catástrofre inminente que se está cerniendo sobre la izquierda. Hay que sentarse para organizar el trabajo, en qué frente estáis, luego como comunistas lo analizamos y trabajamos en IU. Somos nosotros, si queremos que la hoz y el martillo tenga sentido, los que nos toca reflexionar. Si nuestro trabajo sólo es en IU, uno de los dos sobra, porque son dos reuniones para lo mismo”.

Anguita ha reivindicado el estudio: “Un trabajo revolucionario es pensar y reflexionar, cuántas horas de estudio tuvieron Marx, Lenin, hay que estudiar, hay que leer, eso es tan revolucionario como ir a la calle a dar unas cuantas voces. El momento es grave, este país se está hundiendo, vuelve el franquismo y una parte importante de la población está de acuerdo con ese franquismo. Para eso hay que leer el 18 Brumario y ver cómo la porra estaba en manos de gente angustiada”.

“¿Qué son esos ascos para otros compañeros y compañeros de otras organizaciones?”, se pregunta Anguita: “¿Somos más porque tenemos la hoz y martillo? No sirve para nada si no va acompañada de la acción. Ha llegado el momento de que reflexionemos sobre nuestro papel. Y esta situación es tan importante como la Guerra Civil”.

“La izquierda está de capa caída”, prosigue Anguita, “no bastan declaraciones, documentos epistolares ni pastorales, ni que nos refugiemos en la verdad de Marx, ni que nos juntemos con todo aquel que protesta. No buscamos sólo unir contra el enemigo. El capitalismo llegará un momento en que se hunda. ¿Y al día siguiente, qué? Si no hemos preparado la organización que lo sustituya, me da miedo, porque la sociedad se transformará en una tribu de salvajes. Hay que hacer cooperativas, unión de ciudadanos, aunque no tenga hoz y martillo, todo el que luche contra el capitalismo es mi amigo y camarada”.

Anguita, eso sí, ha señalado un problema de Unidos Podemos: “Cuando se creó Unidos Podemos comenté que Unidos Podemos si no consigue que los militantes trabajen en cada municipio y en cada provincia no servirá más que para pelearse a la hora de las listas electorales”.

En una reciente entrevista en Mundo Obrero, Anguita argumentaba esta idea: “En el caso de Unidos Podemos se ha perdido mucho tiempo, hay que decirlo, y se lo he dicho a los dos [Pablo Iglesias y Alberto Garzón]: inmediatamente que sale Unidos Podemos, ustedes dos, dirigentes, con sus equipos de dirección, no con sus equipos áulicos, sino con sus equipos de dirección, se van por las comunidades autónomas, se meten en asambleas a explicar que si en un territorio hay dudas en IU sobre los compañeros de Podemos o viceversa, hay una causa mayor, como lo entendimos en el Frente Popular, como lo entendimos durante el franquismo. Repasemos la historia, ¿con qué gente hemos ido en el Frente Popular?, el que te está hablando, por encargo del Partido, se metió, junto con Herminio Trigo en el Servicio Español de Magisterio, ¿hay cosas más gordas que eso? Pues las hicimos, porque había una política. Y hasta organizar a la propia derecha liberal en Córdoba para que se metiera en la Junta Democrática. Y debía hacerse así, con direcciones intermedias y hoy tendríamos resueltos muchos problemas. Y no hablo ya de Unidos Podemos, hablo también de Equo y de todas esas familias que hay por ahí, que están deseando encontrarse con debates. Ahora han lanzado un papel Pablo Iglesias y Alberto que está muy bien, ya lo he escrito, pero falta un año para las elecciones y ¿dónde está el trabajo, los programas conjuntos, la movilización?, otra vez por arriba. Pasan los meses y si no se corrige, cuando llegue el mes de abril, si no ha habido gente trabajando por abajo, llegarán las angustias por las listas, y eso es un desastre”.

“¿Por qué no recuperamos a Pepe Díaz, a Dolores, a la cantidad de cosas que hemos hecho cuando teníamos un enemigo que queríamos derribar?”, se pregunta Anguita: “Hace falta un talante distinto. Me gustaría encontrarme con los demás en pie buscando alternativas y maneras de pelear distintas. Es el comienzo de un mundo nuevo. Es el mejor homenaje que puedo hacer al meatro Carlos Marx”.