Mucho antes de que Santiago Abascal celebrase su histórico resultado en Andalucía, donde lograron 12 diputados y ser llave del Gobierno, antes incluso de haber llenado el Palacio de Vistalegre con 10.000 personas, Vox ya tenía representación en las instituciones. En las municipales de 2015 la formación de extrema derecha logró 22 concejales en catorce Ayuntamientos de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura. Gobierna en tres pequeños pueblos, cada uno con un centenar de habitantes.
Durante la primera legislatura en la que han estado trabajando en las instituciones públicas, los políticos de Vox han centrado su actividad en temas municipales. Han presentado iniciativas para instalar quioscos en los parques durante el verano, para realizar una auditoría del estado de asfalto, para obtener subvenciones provinciales en alguno de los municipios que gobiernan y también han apoyado la construcción de una piscina cubierta.
En esos pequeños municipios, los ediles de Vox han ocupado su tiempo en tratar de resolver asuntos de sus pueblos. Y cuando a los Ayuntamientos llegaron mociones relacionadas con la política estatal tampoco han mantenido posiciones acordes al discurso que sus principales portavoces han defendido estos últimos años.
Desde 2015 grupos municipales de Vox han apoyado declaraciones institucionales que condenaban la violencia de género y solicitaban que se reforzase la ley que ayuda a combatir esta lacra y el Pacto de Estado impulsado en el Congreso, se han posicionado a favor de la acogida de refugiados, han asistido a actos enmarcados en el Orgullo LGTBI, han apoyado el cambio de nombre de una decena de calles aplicando la ley de memoria histórica y han votado en contra de solicitar al Gobierno central más efectivos para la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Esta redacción ha tratado de recabar la versión de la dirección nacional del partido, pero Vox ha rechazado atender a eldiario.es alegando que no quieren “colaborar activamente” con este medio.
Fuga de concejales
Además de tener problemas para lograr que su ideario ideológico sea coherente en todos los consistorios en los que consiguieron escaños, Vox tampoco ha conseguido mantener a todos los concejales que obtuvo. Cinco de ellos han abandonado el grupo y han dejado al partido sin representación en sus respectivos municipios. Una de ellas es María Jiménez, concejala de El Viso de San Juan, un municipio toledano de 4.200 personas.
Ella y su compañero de lista gobiernan ahora junto al PSOE. Decidieron presentarse con las siglas de la formación de Abascal por su desencanto con el Partido Popular. Les convenció la propuesta de centralizar la Educación y la Sanidad pero al año decidieron abandonar ese partido y pasaron al grupo de concejales no adscritos. “Empezamos a detectar un populismo que nos recordó a Podemos y decidimos que lo mejor era alejarse de los extremos”, relata Jiménez, que ocupa la cartera de Empleo en el Consistorio. Se justifica asegurando que hubo un cambio de discurso en el año 2016, “cuando ganó fuerza [Marine] Le Pen” en Francia.
Según relata, durante los meses en los que estuvieron representando al partido nadie de la dirección nacional de Vox se puso en contacto con ellos ni se hizo seguimiento de las actuaciones que estaban promoviendo en uno de los pocos ayuntamientos en los que obtuvieron representación. “A lo mejor no les interesaba porque gobernábamos con el PSOE, aunque no nos pusieron pegas”, aventura esta edil.
En Toledo, Vox ha sufrido una desbandada: en el otro municipio en el que consiguió representación, La Puebla de Montalbán, el concejal que obtuvo en las pasadas municipales también figura como no adscrito. Esta circunstancia se ha repetido en los consistorios madrileños de Guadarrama y Villanueva de la Cañada. Los concejales que Vox sacó en estas dos administraciones se han desvinculado de las siglas de Santiago Abascal.
Su representante en la sierra madrileña votó a favor de modificar el nombre de once calles en el mes de mayo de 2017 amparados en la ley de memoria histórica. Con esta decisión, que fue apoyada por todos los grupos, se promovió quitar las alusiones a Pilar Primo de Rivera, al General Mola, a los Hermanos García Noblejas o al General Queipo de Llano en el callejero de Guadarrama.
Vox instó a rectificar a un concejal
Vox, que defiende la derogación de la ley de memoria impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que ha criticado en reiteradas ocasiones su aplicación, reaccionó a través de la dirección autonómica en Madrid meses después. El partido emitió un comunicado, fechado en agosto de ese mismo año, en el que instaba “al concejal a rectificar o a abandonar la formación”. “Representar a Vox significa defender voluntariamente unas ideas políticas fundamentales y una de ellas es la derogación de la Memoria Histórica”, reseñaba la nota pública. Ni el concejal ni el partido han aclarado a esta redacción qué sucedió después. Actualmente este cargo público figura como miembro del grupo mixto.
Además de estos municipios, la formación de extrema derecha obtuvo representación tras las municipales de 2015 en Barruelo del Valle y Torrelobatón, en Valladolid; Cardeñuela de Riopico y Moncalvillo, en Burgos; Malaguilla, en Guadalajara; Valderas, en León; Helechosa de los Montes, Badajoz y Villarrubia de los Ojos, en Ciudad Real.
Villaviciosa de Odón (Madrid) es el municipio más grande en el que obtuvo varios concejales en las últimas elecciones. A pesar de ser entonces unas siglas desconocidas, Vox cosechó muy buenos resultados en esta población de 27.596 habitantes. Se convirtió en la segunda fuerza política y consiguió tres concejales. Con 1.922 apoyos, se quedó lejos del Partido Popular, que obtuvo 4.309 votos.
A diferencia de lo que cuenta la concejala de El Viso de San Juan, en este grupo sí que hay una relación entre el partido nacional y el municipal. El vínculo es María Ruiz, que ejerce como portavoz en el Ayuntamiento y forma parte del máximo órgano de dirección del partido, asiste al Comité Ejecutivo Nacional.
Vox y PP tiene un conflicto abierto en este Consistorio que ha contribuido a potenciar la “crispación” entre todos los concejales, como reconocen compañeros de otros grupos políticos a esta redacción. Su pelea se ha extendido fuera del consistorio y los dos partidos han intercambiado denuncias y sanciones. El alcalde ha amonestado en dos ocasiones a un concejal de Vox y lo ha anunciado en la cuenta oficial del Ayuntamiento en Facebook. Por su parte, los compañero de Abascal acusaron ante la Fiscalía al regidor popular de “oficiar bodas falsificando las actas para que no figurara que habían tenido lugar en un espacio protegido”. El pasado enero estas actuaciones fueron archivadas por un juzgado de instrucción.
Nada más llegar a sus escaños, representantes del partido acudieron a la Fiesta de la diversidad organizada por la asociación vecinal en el marco de las celebraciones del Orgullo LGTBI. Una de las concejalas que asistió fue Julia Lafuente, que en declaraciones a esta redacción justifica su presencia alegando que su partido no está en contra de “nadie que tenga unos gustos sexuales personales, son suyos”. “De eso no se puede estar en contra”, ha añadido la edil. Fuentes del colectivo responsable de este evento explican que solo aparecieron ese año, en siguientes ediciones no volvieron a acudir.
El apoyo a los derechos de las personas LGTBI desapareció un año después cuando tuvieron que votar sobre una propuesta para adherirse al observatorio madrileño contra la LGTBfobia. Lafuente se abstuvo y sus dos compañeros votaron en contra. A nivel nacional , los portavoces del partido abogan por derogar la normativa que protege a este colectivo.
El posicionamiento de este grupo municipal también ha mostrado incoherencias con su dirección en lo relacionado con la lucha contra la violencia de género. En 2016 apoyaron dos mociones que condenaban esta lacra y que se referían a ella con términos que el partido denosta actualmente englobándolo bajo el paraguas de la “ideología de género”. Aquellas iniciativas municipales reconocían a las agresiones machistas como la “violencia sexista más extrema” y “la manifestación más extrema de la desigualdad entre hombres y mujeres”. Además, solicitaban que se reforzasen las medidas y el presupuesto de las normativas que combaten la Violencia de Género. Otro punto que choca con el ideario actual del partido que propone la derogación de esta normativa al considerar que discrimina a “un sexo de otro”.
A favor del discurso feminista
Un año después, su compañero de partido en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) adoptó la misma decisión votando a favor de una propuesta que reconocía que cientos de miles de mujeres “sufren violencia sólo por el hecho de que hay hombres que se consideran superiores” e instaba a desarrollar las medidas del Pacto de Estado aprobado en el Congreso, acuerdo contra el que la formación de Abascal está “radicalmente en contra”.
Jesús Felipe Sánchez-Crespo, candidato provincial al Congreso de los diputados en 2015, asegura que apoyó este texto porque “era un momento determinado y me parecía una propuesta acorde”. Aunque a reglón seguido desmonta este argumento. “No creo que a las mujeres las maten por ser mujeres. La violencia de género no es porque sean mujeres, pueden ser mujeres o pueden ser hombre”, apunta.
Sánchez-Crespo es teniente de alcalde en su municipio y ostenta el voto que necesita el Partido Popular para conseguir la mayoría en los plenos. Desde hace cinco años milita en el partido de Abascal y uno de los puntos que más le atrae de su argumentario es la coherencia de su discurso, a pesar de que él no lo practica. “Dice lo mismo en el norte que en el sur. Las propuestas son las mismas para todo el mundo. Es un partido serio”, reseña. ¿Cómo se entera del ideario del partido? No lo concreta. Por un lado, plantea que hasta ahora los concejales obtenidos “han estado un poco independientes” y por otro que los principios básicos del partido “son sagrados”.
La inmigración, uno de los ejes sobre los que Vox centra su discurso, también ha estado presente en los apoyos manifestados por sus grupos municipales. Cuando llegó Pedro Sánchez al Gobierno, la decisión de acoger al Aquarius fue utilizada por Vox para asegurar que era un “efecto llamada”. Abascal señaló que era un discurso buenista animar a “millones de personas para que arriesguen sus vidas (y enriquezcan a traficantes) con la promesa de un paraíso imposible”. En ese barco iban 608 solicitantes de asilo.
Sin embargo, la concejala de Vox en Villaviciosa Julia Lafuente no actuó en 2016 de acuerdo con esos principios de Vox y se manifestó a favor de que su municipio se incorporase a la red de acogida a refugiados. En el pleno destacó que “se trata de una obligación política y moral y recuerda el compromiso de España para recibir unos 17.000 refugiados”. Lafuente no considera que ambas actitudes sean contradictorias, plantea que sí están a favor de la acogida de los solicitantes de asilo. “Aquí, se está hablando de legales, no de ilegales”, ha respondido.
Consiguieron gobernar en tres municipios
La formación de extrema derecha también logró en 2015 representación en siete municipios más. En tres de ellos gobierna. Dos están ubicados en Burgos, Cardeñuela de Riopico con 112 habitantes y Moncalvillo con una población de 86 personas; el tercero se encuentra en Valladolid, Barruelo del Valle es el más pequeño con medio centenar de residentes.
El regidor de Moncalvillo, Juan Ángel Elvira, que entre semana trabaja como administrador de fincas en Burgos y los fines de semana se dedica a su pueblo, destaca que en localidades tan pequeños los habitantes no apoyan al partido, apoyan a la persona. No es la primera vez que se presenta, anteriormente participó en las elecciones con las siglas del PP pero decidió cambiarlas porque no se sentía representado por el partido liderado por Mariano Rajoy. En estos casos, el carácter rural y la desplobación provoca que la actividad del Ayuntamiento se centre en recabar la documentación necesaria para que la diputación les conceda subvenciones.
Conforme han pasado los años, el partido ha tenido algunas incorporaciones de representantes públicos que consiguieron un cargo electo ya en listas de otros partidos. Según anunció Vox en Extremadura, en esta comunidad autónoma consiguieron la incorporación de Juan Antonio Morales, diputado de la Asamblea regional con el PP, y Antonio Pozo, alcalde de Guadiana del Caudillo.