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La falta de confianza en la política, caldo de cultivo para nuevos partidos
La falta de confianza en la clase política y la desafección de los ciudadanos que revelan las encuestas parece haber impulsado en los últimos años la aparición de nuevos partidos que, desde distintas ideologías, buscan romper el bipartidismo y dar mayor protagonismo a la sociedad civil y las minorías.
El último caso ha sido el de Vox, el partido de José Antonio Ortega Lara y otras víctimas del terrorismo que se han unido al presidente de la Fundación Denaes y exmiembro del PP, Santiago Abascal, y al exministro de UCD Ignacio Camuñas -hoy presidente del Foro de la Sociedad Civil- para lanzar un nuevo proyecto.
La decepción con la gestión del Gobierno en materia antiterrorista ha llevado a algunas víctimas a unirse a este partido de ámbito nacional, que defiende la necesidad de responder al actual desafío de los nacionalismos y al contexto social con una gran reforma política y regeneración democrática.
Una fórmula distinta es la de otro recién nacido: el Partido X, que a finales de 2012 recogió parte de los frutos del terreno abonado por el Movimiento 15M y funciona y difunde sus propuestas a través de Internet.
Otros, como el profesor de Ciencia Política Pablo Iglesias, impulsor del proyecto “Podemos”, solo han manifestado una intención: la de concurrir a las próximas elecciones europeas si consiguen 50.000 firmas de apoyo y con la apuesta de “convertir la indignación ciudadana en cambio político”.
Se trata en todos los casos de canalizar el descontento de distintos sectores de la sociedad, tanto en la derecha como en la izquierda, con la actual situación política y social.
Pero no son los únicos. Históricamente, los periodos de crisis económica han fomentado el surgimiento de partidos políticos nuevos, que ideológicamente suelen situarse más a la derecha de la derecha que ya tiene representación o más a la izquierda de la izquierda.
A día de hoy, en España hay 4.028 formaciones inscritas en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior, y de ellas, 921 se ha creado desde 2008, en el periodo más duro de la crisis, aunque algunos para agrupar reivindicaciones muy concretas de colectivos ciudadanos.
Ahí están, por ejemplo, Custodia Compartida Padres y Madres en Igualdad -inscrito en 2008-, Familia Intercultural -2009- el Partido de Internet, el Partido Antitaurino, Escaños en Blanco o Democracia 3.0 -en 2010-.
Sin embargo, conseguir representación no es nada fácil, ni tampoco superar los trámites exigidos para convertirse oficialmente en un partido con capacidad de concurrir a unas elecciones.
Para adquirir personalidad jurídica, es decir, para hacer pública su constitución, los partidos deben inscribirse en el Registro de Ministerio del Interior y sus promotores deben ser personas físicas, mayores de edad, en pleno ejercicio de sus derechos, no haber sido condenados por asociación ilícita y otros delitos contra la Constitución o el ejercicio de los derechos y libertades y aportar unos estatutos y un acta fundacional.
No obstante, para concurrir a unas elecciones no basta con eso.
La Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) es la que marca los requisitos a los partidos que quieren competir en las urnas.
Desde la reforma de 2011, para presentar candidaturas al Congreso y el Senado los partidos, federaciones o coaliciones que no hubieran obtenido representación en las anteriores elecciones necesitan la firma de al menos el 0,1 por ciento de los electores inscritos en el censo electoral de la circunscripción por la que pretenden su elección.
Si se trata de una agrupación de electores necesitará la firma del 1 por ciento de los inscritos en el censo electoral de la circunscripción.
En el caso de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que los más “pequeños” pueden ver una gran oportunidad por contabilizarse los votos en circunscripción única y no provincial, el requisito común es aportar las firmas de 15.000 electores.
Aunque los partidos, federaciones y coaliciones electorales pueden sustituir ese requisito por la firma de 50 cargos electos -diputados, senadores, parlamentarios europeos o miembros de los parlamentos autonómicos o corporaciones locales-.
Son pocos los que consiguen salir exitosos de todos estos trámites y además logran representación parlamentaria, pero los hay.
Entre los últimos en conseguirlo están la CUP (Candidatura de Unitat Popular) de David Fernández, que logró tres escaños en el Parlamento catalán en las últimas elecciones autonómicas de 2012.
En los comicios gallegos de ese año también dio la sorpresa la coalición encabezada por ANOVA y EU bajo el liderazgo del histórico dirigente del BNG Xose Manuel Beiras, que obtuvo nueve escaños.
Antes, en 2006, también superó el reto y logró 3 escaños en el Parlament el partido Ciutadans, dirigido por Albert Rivera, que hoy ya cuenta con 9 diputados en la cámara autonómica.
Sin olvidar el éxito de otro partido joven, el de Rosa Díez -Unión, Progreso y Democracia (UPyD)-, que se puso en marcha en 2007 y ya ha conseguido tener cinco diputados en el Congreso, representación en varios parlamentos autonómicos y un eurodiputado. Sonia López
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