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El Gobierno saca los presupuestos de 2022 mientras sus socios ponen objeciones a la reforma laboral

Irene Castro

28 de diciembre de 2021 13:53 h

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El Congreso ha aprobado definitivamente los Presupuestos Generales del Estado para 2022. El Parlamento ha dado luz verde a las cuentas públicas una semana después de lo inicialmente previsto ya que PP y ERC apoyaron una enmienda de Compromís sobre promoción de las lenguas cooficiales que salió adelante obligando a que la Cámara Baja tuviera que debatir ese cambio este martes en el que ha coincidido también la aprobación en Consejo de Ministros de la reforma laboral. Esa enmienda ha recibido el visto bueno del Congreso con 281 votos a favor (entre ellos los de PSOE, PP, Unidas Podemos y los aliados parlamentarios de la coalición) y 62 en contra -Vox y Ciudadanos-. Los Presupuestos destinarán, por tanto, 1,6 millones de euros que no estaban inicialmente previstos a la promoción de las lenguas cooficiales, incluidas el aragonés y el asturiano.

Tanto los Presupuestos como la nueva legislación laboral eran compromisos adquiridos por el Gobierno con Bruselas para tener listos antes de que acabe el año en el marco del Plan de Recuperación y Resiliencia que supondrá una inyección de cerca de 140.000 millones de euros en transferencias y préstamos en los próximos años. Pedro Sánchez ha intervenido por sorpresa en el Pleno para poner el broche final en el debate. Tras celebrar que, con la reforma laboral y la del sistema de pensiones pactadas con sindicatos y patronal, se ponga fin a las “contrarreformas” del PP, el presidente ha reclamado “todos los acuerdos posibles y todo lo amplio que sea posible” mientras los aliados parlamentarios de la coalición no dan ni mucho menos por cerrado su apoyo. El Gobierno, sin embargo, emite tranquilidad y seguridad en que la reforma laboral recibirá el aval del Parlamento.

Sánchez ha acudido al Congreso con la plana mayor de la coalición para la aprobación de las cuentas públicas que, más allá de marcar un récord en gasto público, le blindan hasta el final de la legislatura. Por eso ha aprovechado para agradecer a las quince formaciones que, en total, han secundado el proyecto. “Cerramos el año con el mejor de los mensajes: unos Presupuestos con una amplia mayoría y con un gran acuerdo social que combina la flexibilidad que necesitan nuestras empresas con la seguridad que merecen los trabajadores y trabajadoras. En definitiva, frenar la precariedad y reducir la el paro estructural en nuestro país”, ha resumido.

“Deseo, de corazón, que en el proximo año España avance y lo haga en un clima de serenidad y de acuerdo. Cuantos más, mejor; y cuanto más amplios, mejor. Ojalá que estos dos gran acuerdos que cierran este años sean solo el prólogo de muchos más que vengan en 2022”, ha dicho antes de despedirse. “El acuerdo social es la mejor receta para hacer reformas estructurales inclusivas y perdurables en el tiempo”, ha reivindicado el socialista en un momento en el que sus propios aliados ponen en cuestión el voto favorable a la nueva legislación laboral, dado que ven insuficientes los cambios acordados con los empresarios.

Tanto ERC como EH Bildu habían aprovechado el Pleno definitivo de los Presupuestos para lanzar un aviso al Gobierno sobre sus reticencias ante el decreto ley de la reforma laboral que se tendrá que convalidar en el Congreso en un mes. El 'no' más nítido llegar por ahora de la izquierda abertzale. “Si queda tal y como está redactada en estos momentos, no contará con nuestro apoyo. No es una derogación de la reforma laboral, ni siquiera parcial, y tienen que cambiar muchas cosas para que realmente sirva en defensa de los trabajadores y trabajadoras”, ha afirmado la portavoz, Mertxe Aizpurua, antes de entrar en el Hemiciclo. Desde la tribuna, ha pedido al Gobierno una actitud “constructiva” para llevar a cabo medidas necesarias “le parezca bien o mal a la patronal”.

En esa misma línea, Gabriel Rufián ha recomendado al Ejecutivo que dejen “de hacer tanto equilibrio”. “Entiendo que hay proyectos personales detrás”, ha dicho tras referirse a la alegría del presidente de la patronal, Antonio Garamendi, por haber negociado durante horas con el Gobierno un acuerdo. “A ver si entre día histórico y día histórico da para hablar con ERC, que igual tenemos algo que ver”, ha avisado. 

Por su parte, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha asegurado que desde hace meses mantiene el contacto con los grupos que apoyan al Gobierno, a los que ha mostrado la “mano tendida” para sacar adelante la reforma laboral. No obstante, ha reconocido que la “vocación es que permanezca como está”. “Este Gobierno no se va a levantar de las mesas, va a dialogar con todo el mundo, con especial atención y cariño a las fuerzas políticas que dan apoyo singular al Gobierno”, ha expresado la ministra de Trabajo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: “Es muy difícil decirle que no a poner fin a la ultraactividad, a la preferencia del convenio del sector o a acabar con la temporalidad”.

Críticas al PP por la enmienda extra

Durante el debate parlamentario, el objeto central de las críticas ha sido el PP por la maniobra para dilatar la aprobación de los presupuestos. Ciudadanos ha sido especialmente duro al acusar a los de Pablo Casado de llevar a cabo un “tacticismo” que, a su juicio, beneficia al “nacionalismo”. El diputado Guillermo Díaz ha acusado a los conservadores de “ser esclavos de la maniobra de la puñalada” en referencia al adelanto electoral en Castilla y León. De hecho, ha pasado al ataque personal al asegurar que los cuatro consejeros de Ciudadanos volvieron a sus trabajos al ser cesados mientras que Casado y Alfonso Fernández Mañueco “no pueden”.

También Vox ha señalado que la tramitación de los Presupuestos arrojan “luces”. “Luces que dejan a muchos de ustedes retratados y el retrato no es bonito”, le ha dicho Iván Espinosa de los Monteros al PP al que ha acusado de unirse “a lo mejor de cada casa para votar a favor de los chiringuitos lingüísticos del separatismo”. “Vamos a seguir denunciando a los que dicen una cosa distinta en Galicia que en Andalucía, en el Congreso que en el Senado”, ha agregado el portavoz de la extrema derecha.

“Entre el supremacismo de algunas formaciones y el reduccionismo incluso la invocacion al incumplimiento de las normas existe la naturalidad, el cumplimiento estricto de la Constitución. Ahí el PP ha estado siempre y va a estar [se ha defendido el diputado Mario Garcés]. No estamos a favor de la imposicion lingüística pero tampoco estamos a favor del reduccionismo. No se sitúen al margen de la Constitución y no nos reprochen absolutamente nada”, le ha dicho a Vox el diputado del PP. 

“Se han metido un gol en propia puerta que evidencia su oposición de política inútil e irresponsable”, le ha recriminado la diputada del PSOE, Montse Mínguez: “Si esto sirve para que el PP reconsidere su posición de promoción de las lenguas cooficiales, bienvenida sea la enmienda”. “Han escogido la política infantil como forma de hacer oposición”, ha agregado tras recordar que “hace dos semanas” se mostraron “en contra de las lenguas cooficiales para fastidiar al Gobierno y la semana pasada, a favor para fastidiar al PSOE”.

El diputado de Compromís, Joan Baldoví, ha reprochado al PP que se sintiera “gamberro” al aprobar esa enmienda que, a su juicio, no secundan. “Quien quiere la paz no enciende guerras lingüísticas”, ha aseverado. “¡Qué pequeño se ha hecho el PP de Casado!”, ha exclamado el parlamentario que acumula varias legislaturas. En la misma dirección, Rufián ha llegado a alabar algunos discuros del líder del PP, como el que mantuvo en la moción de censura impulsada por Vox. “Hizo un gran discurso. Le duró una semana hacer de Merkel”, ha expresado el portavoz de ERC, que ha asegurado que España “merece una derecha normalizada”.

“Ustedes no hacen política, hacen el trol”, le ha dicho Rufián a la bancada del PP: “Están ustedes haciendo el ridículo y lo saben perfectamente. Dejen de intentar imitar a Vox. Algún día tendremos todos una sorpresa muy desagradable”. Tanto ERC como Bildu han cargado, además, contra la bancada del PP por forzar la convocatoria del un Pleno en un momento récord de contagios. “PP y Vox querían llenar los medios con sus soflamas”, ha lamentado Aizpurua, que ha recordado que esos partidos se negaron a introducir la votación en el Pleno de la semana pasada.