El Congreso de los Diputados dispone en 2018 del mismo presupuesto que el año anterior para que los parlamentarios viajen por España y el resto del mundo, cojan taxis o aparquen sus vehículos privados en el parking de AENA del aeropuerto de Barajas. La cifra prevista para transportes es de 7.182.342 de euros.
La mayor partida, 6.028.000 de euros, está destinada para los viajes que hacen los diputados por el territorio nacional y el extranjero; otro 1.014.342 de euros es para “el servicio de Radio Taxi y los vehículos de alquiler del Parque Móvil”. Y otros 140.000 euros están presupuestados para las “tarjetas aparcamiento AENA para diputados y transportes de los miembros de Mesa”.
Estas tarjetas, junto a los 1.000 euros por persona anuales que tienen para taxis, se usan para que los parlamentarios puedan dejar el coche en el parking del aeropuerto de Barajas cuando tengan que viajar, presumiblemente por motivos de trabajo.
Un mayor control en estos gastos
El Congreso, no obstante, lleva varios años ejerciendo un mayor control en los gastos de los viajes que realizan sus señorías. Las reiteradas críticas al dispendio que había y el abuso que en algunos casos han hecho algunos diputados, ha llevado a ambas Cámaras a exigir a los grupos parlamentarios que den cuenta del dinero que facturan sus diputados trimestralmente en desplazamientos por el territorio nacional.
Esas cantidades globales se hacen públicas en los Portales de Transparencia de las respectivas webs de las dos Cámaras desde principios de 2015, tras el acuerdo de las mesas conjuntas alcanzado en noviembre de 2014. Pero no se desglosan, por lo que no se sabe cuánto gasta cada diputado, ni tampoco los destinos de sus viajes, como les ha recomendado el Consejo de Transparencia. Algunos grupos, como el PSOE o Unidos Podemos, o ciertos diputados ofrecen esos datos a título personal en sus blogs.
Otra de las cosas que se ha modificado desde inicio de 2017 son las dietas que cobran los diputados cuando viajan al extranjero. De hecho, la mesa del Congreso acordó sustituir esas dietas de 150 euros diarios por un sistema de abono de gastos debidamente justificados.
Fuentes de la Cámara baja reconocen que se han extremado los controles para dejar atrás las numerosas quejas y críticas que han recibido sus señorías por el dispendio y hasta el abuso que había en los desplazamientos -se llegaron a dar casos de diputados o diputadas que asistían con sus parejas a actos institucionales-.
Uno de los escándalos que marcó un antes y un después en este capítulo fue los numerosos vuelos a Canarias de José Antonio Monago, el exdirigente del PP y expresidente de la Junta de Extremadura, nunca bien justificados.
No obstante, según estiman el Congreso, los gastos corrientes en bienes y servicios serán un 1,40% menos que en el presente ejercicio dado que en 2018 se prevé ahorrar más de un 14% en concepto de transporte.
Pese a todo, en lo respecta a viajes por España e internacionales con motivo de la actividad parlamentaria, el gasto en 2017 ha sido de 6,4 millones, lo que supone un incremento del 25% con relación a 2015, el último año de la legislatura con mayoría absoluta del PP, en el que esa cifra se quedó en 5,12 millones.
En 2016 el Gobierno estuvo la mayor parte del tiempo en funciones y hubo que disolver las Cortes para repetir las elecciones por la falta de acuerdo para formar gobierno. Aún así, según los datos publicados en febrero por la agencia Europa Press, en ese año de la 'legislatura fallida', se invirtieron en desplazamientos 3,77 millones de euros.
En la misma información se señala que, en concreto, en 2017 la Cámara Baja gastó 1,82 millones en visitas al extranjero y 4,57 millones en viajes dentro del territorio nacional.
Se da además la circunstancia de que este año está previsto que los sueldos de los diputados experimenten una subida de 1,5%, al igual que el de los funcionarios. El año pasado se incrementaron un 1%, después de haber estado congelados desde 2010.