- La Asamblea de Madrid desvela desde febrero de 2014 lo que cobra al mes cada diputado y los regalos que perciben, datos que se pueden consultar en sus fichas
Ni nóminas, ni agendas, ni listado de regalos, ni actas de las reuniones internas de sus órganos, ni desglose del gasto de los viajes realizados por los parlamentarios. Ni tampoco rendición de cuentas por parte de los grupos de las subvenciones públicas que reciben. El Congreso y el Senado, aunque han hecho notables avances, siguen suspendiendo en transparencia.
Todos estos datos siguen siendo un misterio. Ninguna de las dos Cámaras los da a conocer amparándose en que no hay ningún precepto legal que les obligue a ello. Y cuando parcialmente lo han hecho, ha sido o bien obligadas por la alarma social que han causado algunos escándalos, como el del expresidente de Extremadura, José Antonio Monago; o bien por la entrada en vigor de la Ley de Transparencia y Buen Gobierno, aprobada a finales de 2013.
Cuatro años después, seguimos 'casi' en las mismas. Para saber lo que cobra 'realmente' cada parlamentario, cualquier ciudadano que se interese por ello tendrá que tener paciencia y seguir estos pasos: primero, buscar su ficha en la web correspondiente; después debe abrir este enlace (en el caso del Congreso), o este (en el caso del Senado), en donde se informa de las “retribuciones económicas”, e ir sumando a su sueldo base, idéntico para todos (2.842 euros al mes) las cantidades complementarias a las que tenga derecho en función de las diferentes responsabilidades que tenga asignadas, que no son acumulables.
Y para conocer lo que ingresan al año, la cifra resultante hay que multiplicarla por catorce pagas, aunque teniendo siempre en cuenta que no todas las cantidades están sujetas a retención, como no lo están las “indemnizaciones para el ejercicio de su función”, es decir, 1.842 euros para los diputados de circunscripciones distintas a Madrid y de 879 euros para los electos por Madrid.
Unas decisiones voluntarias
Aunque ninguna de las dos Cámaras publica las nóminas, hay que señalar que algunos de estos cargos electos -muy contados- sí lo hacen de forma voluntaria en sus blog privados. Como también lo hacen algunos partidos en sus paginas oficiales.
Uno de ellos, Podemos, en cuyo Portal de Transparencia, según informan fuente de la formación, “se pueden ver las nóminas desde enero de 2016”, que se suben “aproximadamente cada seis meses”. “La publicación de las nóminas, dietas y donaciones (en el caso de Podemos), debería ser algo natural, no extraordinario. No debemos olvidar que quienes nos pagan son los ciudadanos”, afirman.
Los demás grupos consultados han sido muy parcos en sus declaraciones. El PP se agarra a que ya están en la web de ambas Cámaras las retribuciones que perciben sus señorías. El resto coincide en que por ellos “no hay inconveniente” de que se publiquen las nóminas pero ninguno, eso sí, adelanta que están dispuestos a reabrir el debate que planteó UPyD en 2013.
La petición fue hecha por la portavoz del grupo magenta, Rosa Díez, quien envió una carta al entonces presidente del Congreso, Jesús Posada, que en su respuesta argumentó que no “existía precepto legal” que obligara a ello. Además, se escudó en que ningún otro Parlamento lo hace. “No hay ninguna obligación legal ni política de publicar las nóminas”, zanjó Posada.
Un año después, en febrero de 2014, ya con la ley de Transparencia aprobada, los grupos de la Asamblea de Madrid llegaron a un acuerdo para que se conociera, no solo las nóminas, sino también los regalos que reciben los diputados. Estos datos se pueden consultar desde entonces en sus fichas. Ningún otro parlamento regional ha seguido el ejemplo.
Las regañinas del informe Greco y del Consejo de Transparencia
Precisamente, por este y otros motivos, el informe Greco del Consejo de Europa acaba de dar un buen tirón de orejas a nuestras instituciones parlamentarias a las que ha invitado a que “desarrollen y adopten un código de conducta” sobre los obsequios que reciben los diputados y senadores, y ofrezcan mayor transparencia sobre sus gastos y actividades.
El mismo informe también recomienda que las declaraciones de bienes de los miembros del Parlamento incluyan información de sus cónyuges y del resto de familiares que dependan económicamente de ellos por “los riesgos potenciales” de que los diputados cedan a sus allegados sus intereses económicos para eludir la ley.
También el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) en un reciente informe sobre el cumplimiento de la normativa, regañó al Congreso y al Senado por no publicar de forma individualizada el gasto en viajes realizado por cada parlamentario. En su opinión, los portales de transparencia de las cámaras legislativas deberían incluir “quiénes son” los representantes que viajan y también “el coste de los desplazamientos”. Algo que sigue sin hacerse.
Pero es que tampoco se publican las agendas de trabajo ni las de los diputados ni las de los senadores. Salvo raras excepciones y también a título personal.
Aunque debería ser una exigencia, la propia presidenta del Congreso, Ana Pastor, durante la presentación de un libro, invitó este verano a todos los diputados a hacer públicas sus agendas en la web de la institución y les reprochó que prefirieran hacerlo en las redes sociales en lugar de por el cauce oficial.
Pastor y su homólogo en el Senado, Pío García Escudero, ambos del PP, publican sus actividades parlamentarias, visitas y viajes oficiales aunque a veces 'olviden' algún detalle. Como le ocurrió a ella cuando se reunió, junto a varios representantes de los grupos, con el lobby de empresarios de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE).
Por otro lado, el reglamento dice que los grupos deben rendir cuenta de los gastos de las subvenciones que reciben, siempre que se los exija la Mesa. Pero nunca lo ha hecho.
Las actas de las Mesas de las Comisiones, top secret
Otra de las asignaturas pendientes es tener acceso a las actas de las reuniones de las Mesas del Congreso y del Senado. Unidos Podemos pidió en 2016, durante el mandato del socialista Patxi López, que dejaran de ser top secret.
La Cámara rechazó la propuesta. Tanto el PP como el PSOE coincidieron en que lo “lógico” es que las deliberaciones de este órgano “se mantengan en el ámbito de la discreción” porque de lo contrario los portavoces “perderían libertad” para expresar sus opiniones. Desde entonces la Mesa del Congreso se limita únicamente a publicar a posteriori los acuerdos adoptados en ella.
El Congreso tampoco publica las actas con las decisiones que se toman en las reuniones de las Mesas de las Comisiones. En ellas se ordenan los trabajos y se deciden asuntos internos, como el formato de las comparecencias, que a veces traen polémica.
El ejemplo más reciente es el de la Comisión de investigación sobre la crisis financiera, por la que estos días están desfilando comparecientes. Entre ellos, Rodrigo Rato, Pedro Solbes o Elena Salgado.
Según publicó eldiario.es, en la reunión de la Mesa celebrada el 20 de diciembre, el portavoz socialista, Pedro Saura, planteó la posibilidad de sustituir el modelo de interrogatorio por otro en el que solo se pudiera usar un turno de repregunta para cada portavoz, tras las primeras respuestas del compareciente. Así consta en las actas de la comisión, a cuyo contenido ha tenido acceso eldiario.es.
Ante las protesta de Ciudadanos, cuyo portavoz, Toni Rodán, sostenía que su grupo se había opuesto a ese formato, la presidenta de la Comisión, Ana Oramas, zanjó el debate y se negó a atender las reclamaciones del grupo naranja.
Roldán lamentó que la dicha Comisión, “que se había creado para esclarecer unos hechos tan graves, oculte información a los ciudadanos”. Oramas, a su vez, le emplazó a trasladar sus quejas a la próxima reunión de la Junta de Portavoces.