El Congreso de los Diputados retrató este martes a un partido arrasado por la corrupción sin aliados con los que defenderse de la sentencia de Gürtel: 351 años de cárcel para 29 integrantes de una organización criminal, la red de Correa y cía., que saqueó las arcas de instituciones públicas, compró voluntades y desvió cantidades millonarias a cuentas suizas.
El Tribunal de la Audiencia Nacional condena al PP por lucrarse y obtener 245.000 para pagar sus campañas en Majadahonda y Pozuelo de toda esa trama de delincuencia. Los jueces dan por hecho que el partido en el Gobierno lleva muchos años financiándose en negro, que existió una Caja B, y que la declaración del presidente, Mariano Rajoy, negándola cuando compareció como testigo en el juicio no es “verosímil”.
Semejantes conclusiones repartidas en una sentencia de 1.687 páginas dejaron ayer solo al PP en la Cámara Baja, durante la comparecencia en la comisión de investigación de la corrupción, de la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, tres días antes de que en ese mismo escenario se vote la moción de censura presentada por el PSOE para hacer caer al Gobierno.
El diagnóstico que fueron haciendo los distintos portavoces en sus turnos de intervención fue demoledor. Retrataron a un partido corrupto y a un presidente que no es de fiar.
Ciudadanos, el partido que ha actuado como socio del PP en la legislatura y que le retiró el apoyo la misma mañana que se conoció la sentencia del caso Gürtel, fue muy duro en el debate. Su diputado Toni Cantó arremetió así contra Cospedal: “Esta Comisión debería cambiar su nombre de `presunta´ a `acreditada financiación ilegal del Partido Popular´”. “El PP se presentaba dopado a las elecciones”. “Señora Cospedal, ¿qué hizo usted para colaborar con la justicia por ejemplo cuando se publicaron los papeles de Bárcenas? ¿Investigó algo?”
El PSOE fue todavía más lejos. “Los jueces han dicho que usted ha mentido y que miente” “Ustedes han mentido a los españoles y a los jueces” “después de leer la sentencia el señor Rajoy debería haber dimitido en el minuto uno” “Nos gustaría que pidiera perdón a los españoles y que asumiera responsabilidades” “a usted que le gusta llevar mantilla debería tener en cuenta las tres reglas del catecismo en materia de superación: el reconocimiento de culpa, el acto de contricción y cumplir la penitencia dada y no ha hecho ninguna de las tres”, dijo su portavoz Artemi Rallo.
Unidos Podemos insistió en que el Tribunal de Gürtel incluye entre los hechos probados la caja B del PP y preguntó a Cospedal cuando conoció su existencia y tras negarla la secretaria general, si se había planteado dimitir por ignorar algo tan grave.
“¿Qué medidas piensa tomar en función de las diversas causas judiciales abiertas sin diferir las responsabilidades políticas a las penales?”, redundó Mikel Legarda, portavoz del PNV, el partido clave en la votación de la moción de censura que la semana pasada ayudó con sus votos a aprobar los presupuestos al Gobierno de Rajoy.
El turno de Gabriel Rufián, de ERC, siguió la misma línea: “¿No se avergüenza de ser la secretaria general de un partido sentenciado por ser una enorme maquinaria de corrupción?” “¿Sabe por qué dicen que su marido financiaba campañas del PP?” “Usted miente en sede parlamentaria”. “¿Quién es M. Rajoy?”
Solar Matute de Bildu apuntó directamente al extesorero del PP: “¿Le está chantajeando el señor Bárcenas?”
Cospedal intentó defenderse criticando la sentencia de la Audiencia Nacional. No solo ha negado, tal y como subrayan los tres magistrados que firman el fallo, que existiese caja B y financiación en negro en su partido, sino que acusó al tribunal de extralimitarse al escribir sobre la falta de verosimilitud del testimonio de Rajoy en el juicio: “Me parece un argumento muy poco jurídico y muy tendencioso, con todo el respeto a la sentencia de la Audiencia Nacional, pero con toda mi disconformidad”.
La unanimidad de la oposición que dejó patente el debate en el Congreso apuntaría a un Gobierno moribundo que vive sus últimas horas, pero las distintas estrategias políticas de los partidos evidencian que desalojar al PP no será fácil y que una cosa es denunciar su corrupción y otra dar la presidencia al candidato socialista Pedro Sánchez.
Tras las diatribas al Partido Popular, ya fuera de la comisión los distintos partidos dejaron ver que la caída del Gobierno no está ni mucho menos asegurada. Ciudadanos ha insistido en que votará en contra de la propuesta del PSOE y ni el PNV, ni el PDeCAT se han comprometido todavía a apoyarla. Los socialistas precisan de 176 votos. Los partidos que ayer lanzaron ataques despiadados al Gobierno suman muchos más, pero eso no quiere decir que la censura prospere. La última palabra la tiene el PNV.