En concreto, el órgano de gobierno de la Cámara Baja ha iniciado el procedimiento negociado sin publicidad para la concesión del contrato, con un precio de licitación de 60.000 euros, a los que hay que añadir el 21% de IVA.
Habitualmente es el propio homenajeado el que propone la realización de la obra al artista que él elija. En este caso, el elegido es el donostiarra Ricardo Sanz, quien fue el primer retratista de los actuales Reyes cuando aún eran Príncipes de Asturias.
Los dos últimos cuadros que entraron a formar parte de la Galería de Presidentes fueron los de los socialistas Manuel Marín, que presidió la Cámara entre 2004 y 2008 y José Bono, que lo hizo entre 2008 y 2011.
EL DE BONO COSTÓ 82.600 EUROS
Marín rompió la tradición y en lugar de un cuadro optó por un retrato fotográfico que encargó a la fotógrafa Cristina García Rodero, premio Nacional de Fotografía y Medalla de las Bellas Artes, que se convirtió en la primera mujer con una obra en la Galería de Presidentes.
Aquella imagen se colgó en el Congreso en abril de 2014 sin organizar ningún acto oficial, por expreso deseo de Marín. La fotografía costó 24.780 euros, un precio muy por debajo del coste del resto de cuadros que componen la galería.
De hecho, costó tres veces menos que el retrato de su sucesor, José Bono, que ascendió a 82.600 euros y que lleva la firma pintor hiperrealista Bernardo Torrens, autor también del cuadro de Félix Pons, que forma parte de la Galería de Presidentes. El cuadro de Bono se colocó en julio de 2015 también sin boato ni medios de comunicación en un acto al que solo asistieron el retratado y su sucesor.