Rafael Van Grieken, consejero de Educación de la Comunidad de Madrid cuando estalló el caso Máster, ha defendido este lunes en su declaración como testigo ante el tribunal que juzga a Cristina Cifuentes que era su “competencia” recabar la documentación sobre el posgrado de la entonces presidenta regional. “Era un tema que afectaba al Gobierno regional y ponía en entredicho a las universidades públicas. Era mi competencia indagar”, ha intentado justificar ante las preguntas de la fiscal Pilar Santos. No obstante, Van Grieken se ha desvinculado de su asesora Maite Feito, a quien señala la Fiscalía como quien presionó en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) para elaborar la coartada con la que tapar el escándalo.
El exconsejero, que volvió a su plaza de catedrático en la URJC, ha admitido que habló en varias ocasiones con el rector, Javier Ramos, el 21 de marzo de 2018, el día que elDiario.es publicó que Cifuentes había obtenido un máster con notas falsificadas. En concreto, dos veces por la mañana, cuando Ramos le trasladó un mensaje de “tranquilidad” y le dijo que todo estaba “normal” en relación al máster de la expresidenta; y varias por la tarde, después de la rueda de prensa en la que el propio rector habló de la existencia del acta del TFM. Ese documento, que fue falsificado, sustenta la acusación por un delito de falsedad documental por el que Cifuentes se enfrenta a una petición de hasta cuatro años de cárcel.
Según el relato de Van Grieken, fue a partir de entonces que solicitó “reiteradamente” al rector la “documentación en general” a la que se había hecho alusión en esa comparecencia. “Era tema importante como Gobierno hacer acopio de documentación que avalara una postura. Tras esa rueda de prensa yo no tenía dudas de que tenían esa documentación. Pero pasaron tres horas. Las llamadas fueron proporcionales a tardanza en enviar documentación que daba por hecho”, ha afirmado ante el tribunal, ante el que ha negado que esa comparecencia fuera instada por el Ejecutivo regional. Sí ha admitido que después de la rueda de prensa habló con Marisa González, jefa de gabinete de Cifuentes, que le pidió “asesoramiento acerca de la situación” y le dijo que había que conseguir la documentación a la que había hecho alusión el rector para utilizarla en sus declaraciones públicas.
En un comunicado, Van Grieken afirma que en su momento se sintió “engañado” por el rector porque no trasladó a la Consejería de Educación que había abierto una información reservada de forma paralela. El exconsejero también considera que fue una irresponsabilidad “con la carencia de información contrastada de la que en ese momento disponía” y resalta que nunca dudó de “la veracidad de las afirmaciones que en primera persona aseguró el rector”. De ahí, su insistencia en solicitar la citada documentación.
Van Grieken sí se ha desvinculado de las gestiones que Maite Feito hizo supuestamente en la URJC en relación al falso posgrado de Cifuentes. El propio rector explicó el pasado viernes que la asesora se presentó sorpresivamente en su despacho a primera hora de la mañana del citado 21 de marzo de 2018. Feito también estuvo en la reunión en la que la plana mayor de la URJC veía cómo hacer frente a la tormenta. Van Grieken, sin embargo, ha negado haber hablado con ella ni ese día ni el anterior, cuando supuestamente la asesora ya estaba haciendo gestiones al respecto. Ella también defiende que actuó por “interés personal” y que no recibió órdenes de sus superiores al respecto. Según Van Grieken, no hablaron hasta el día 22, cuando ella le dijo que había ido a la URJC a un asunto relativo a un congreso que se iba a celebrar en unos meses.
Un profesor señala a la asesora
Sí ha apuntado a la asesora el profesor Pablo Chico de la Cámara, que impartió una de las asignaturas supuestamente cursadas por Cristina Cifuentes. El catedrático la ha situado al frente de la gestión de la crisis del máster falso desde la noche anterior a que elDiario.es revelara el caso. Según Chico de la Cámara, el rector le facilitó el teléfono de Feito la noche anterior a la noticia y, al igual que hizo la profesora Cecilia Rosado, ha dado cuenta de llamadas de Feito exigiendo documentación y evitándole cuando él le trasladó presuntas falsedades en lo que se estaba trasladando a los medios.
Chico de la Cámara estuvo imputado por el falso máster de Cifuentes, pero la causa contra él se archivó cuando la instructora redujo el caso a la falsificación del acta del TFM. Su declaración de este lunes ha confirmado que hay cuestiones que quedaron sin aclarar judicialmente con ese archivo. Antes que él había declarado la funcionaria que cambió las notas, Amalia Calonge, quien ha declarado que fue el profesor quien la llamó para ordenarle modificar la nota de Cifuentes en su asignatura y también la del TFM. Chico de la Cámara le ha acusado de mentir al asegurar que fue ella quien contactó con él y que solo supo que había una nota para la defensa del TFM cuando se desveló el escándalo.
Según el relato del profesor, Calonge le advirtió de que Cifuentes aparecía como no presentada y que él revisó su documentación y que, efectivamente, constaba un notable en sus archivos. Chico de la Cámara, que se ha mostrado nervioso en varios pasajes de su declaración, ha comparecido irreconocible respecto a la rueda de prensa del 21 de marzo de 2018, con el pelo largo y teñido.