Una concentración de unas 50 personas ante el arenal urbano de Silgar, en Sanxenxo, quiso darle la réplica este sábado a los aplausos con los que fue recibido el viernes en el club náutico el rey emérito, Juan Carlos I, a su regreso a España desde el golfo pérsico, una vez a salvo su patrimonio de la acción del derecho penal. Entre gritos contra la monarquía, que “es una porquería”, y cánticos críticos con el “Borbón ladrón”, los asistentes, convocados por el BNG, manifestaron su oposición a la visita del monarca, que en esos momentos esperaba a ver si se levantaba el viento para participar en la segunda jornada de la regata que justificó nominalmente su regreso al reino.
La estampa sorprendió un tanto a los paseantes del mediodía sanxenxino. Pese a los anuncios de que las reservas hoteleras estaban casi al completo, el día trajo cielos cubiertos y apenas unas decenas de personas habían bajado a la playa a mediodía. Por el paseo marítimo, que en julio y agosto es un continuo ir y venir de veraneantes, se podía discurrir sin grandes agobios. Y en la tranquilidad imperante, se oían con claridad las consignas de los nacionalistas gallegos, que atraían a los curiosos con pantalón corto y teléfono móvil para grabar expresiones como “no estamos todos, falta Corinna” o “Galicia no tiene rey”.
El alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, había saludado esta semana la visita real como una ocasión de demostrar el cariño que por Juan Carlos I sentían los vecinos, a su entender. El viernes habían acudido a recibirlo unas 200 personas, y tras los saludos reales, un grupo de los presentes bromeó con el regidor, que ejercía de anfitrión. “Telmo, nosotros cumplimos, eh”, le señalaron, según pudo oír un periodista de un medio pontevedrés. Pero el contraataque republicano, preparado, ni fue muy cruento ni tampoco enardeció en exceso a los monárquicos que por allí pasaban. Si acaso, a un par de señoras, camino del náutico, que replicaron “viva el rey”, a un camión de pollos que obligó a desplazar unos metros a los concentrados para aparcar, o a un aficionado del Real Madrid, con camiseta verde oficial ceñida y bolsa de playa rosada que soltó un “piojosos” medio de refilón a su paso por el punto de reunión, seguido de algún exabrupto algo más bronco a medida que se alejaba.
Entre los participantes en la protesta estaba el diputado del BNG en el Congreso de los Diputados, Néstor Rego, que cargó contra el emérito. “Galicia no considera que el Borbón fugado sea bienvenido en esta tierra”, defendió, para añadir: “Nos parece indigno que una persona que huyó de la justicia para evitar dar cuenta de múltiples tropelías en casos de corrupción, cobro de comisiones e involucración en tráfico de armas pueda volver porque la justicia española demuestra otra vez que no es igual para todos”. Sobre el supuesto cariño de los sanxenxinos por el viejo rey, opuso: “El alcalde de Sanxenxo puede decir lo que quiera, pero la opinión pública claramente no lo comparte”. Se refirió, en ese sentido, a que el CIS no pregunta ya en sus encuestas a los ciudadanos por la forma de Estado.
Bostezo policial y náutico
La concentración se desarrolló sin otros incidentes, como dejaban patente los bostezos de uno de los tres agentes de policía municipal que observaban la escena a una discreta distancia. La siesta era una tentación también en el club náutico, donde la falta de viento obligó a suspender la salida de la segunda jornada de competición de vela. El rey, que acabó por no participar el viernes en la carrera, tuvo que esperar a la tarde a ver si el tiempo mejoraba. De nuevo volvía a haber simpatizantes en el puerto deportivo, alguno venido desde Castilla, como María Antonia Queipo de Llano, vallisoletana que apareció con una bandera constitucional, para defender la institución real: “Don Juan Carlos se retira tranquilamente, pero su hijo es el mejor representante que podemos tener en el mundo y el que no lo vea está ciego”, justificó.