Los mecanismos para evitar un “pucherazo” en el recuento electoral
Los resultados de Unidos Podemos el pasado 26J fueron muy distintos a los que pronosticaban las encuestas. El número de votos fue menor del esperado y no hubo sorpasso, algo que se daba por hecho en casi todos los sondeos. Al finalizar el recuento, algunos datos, como el de la participación, no cuadraban. A partir de aquí se han sucedido algunas teorías que apuntan a un “pucherazo” en las elecciones generales del pasado domingo.
Así lo recogen algunos blogs, peticiones en change.org o Avaaz que piden una auditoría independiente de las elecciones o el mismo reddit de Podemos. Algunas de las conversaciones con más debate en Plaza Podemos versan sobre la posibilidad de que haya habido una manipulación en las elecciones generales, con defensores de la limpieza de los comicios y partidarios de una teoría que responsabiliza al Ministerio del Interior del fraude electoral.
La diferencia en los datos de participación respecto al 20D tiene una explicación. Por otra parte, el proceso de recuento de votos cuenta con una serie de mecanismos para evitar un “pucherazo” en las elecciones“.
Al cierre de los colegios, a las 20.00 horas, comienza el recuento de papeletas. Este proceso es público. Cualquier persona puede solicitar estar presente en él, con las únicas limitaciones de espacio y de conservación del “orden público”, según recoge el Ministerio del Interior. Además de los miembros de la mesa -elegidos por sorteo entre el censo- están presentes los apoderados e interventores de las formaciones políticas.
Estos representantes de los partidos están presentes en el colegio electoral durante toda la jornada, desde que se constituye la mesa hasta que se cierren los sobres con las actas. Iniciado el recuento, supervisan cada paso, presentando reclamaciones, llevándose copias de las actas y hasta pidiendo que no se destruyan las papeletas cuando se ha terminado de contar.
Cuando comienza el recuento, el presidente de la mesa se encarga de sacar las papeletas, leer el nombre del partido en voz alta y enseñársela a los apoderados e interventores. Terminado el recuento y comprobado que no hay discrepancias, se rellena el acta de escrutinio. Una copia se entrega a los interventores, otra a un representante de la administración para que envíe los datos para acelerar su publicación y una última para entregar en los Juzgados de Primera instancia o de Paz.
Ese acta se entrega en un sobre sellado, cuyo cierre cruzan las firmas de los miembros de la mesa como garantía de la limpieza del proceso. El recuento luego lo realiza la empresa Indra sobre la base de las actas de las que tienen copia todos los partidos que lo soliciten.
Unidos Podemos y las confluencias contaron con 26.000 interventores y apoderados que durante el pasado domingo velaron por la limpieza de las elecciones junto a los representantes del resto de los partidos. La formación morada aún está revisando las posibles reclamaciones que hayan interpuesto sus representantes en los colegios electorales.