La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha llegado a la Audiencia Nacional a las 09.28 horas para prestar declaración como testigo ante el juez del caso Bárcenas Pablo Ruz, que le preguntará por la supuesta contabilidad B de su partido y por el sistema de donaciones.
Cospedal, que lleva un vestido blanco y azul, ha llegado desde la sede del PP en la calle Génova en su coche oficial, del que se ha bajado en la puerta de la Audiencia Nacional, momento en el que se ha girado levemente a las cámaras, mientras se oían gritos de una treintena de afectados por las preferentes que la Policía retiene en el Paseo de Recoletos.
Desde primera hora de la mañana, un fuerte dispositivo policial compuesto por una decena de furgones blindados y más de una veintena de efectivos rodea el perímetro de la sede de la Audiencia Nacional ante la declaración hoy como testigo de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, por la supuesta caja B del partido.
En el Paseo de Recoletos, los agentes no permiten a una treintena de afectados por las preferentes acceder a la calle de Prim, donde se encuentra la sede de la Audiencia Nacional y que ayer permanecieron frente a la sede del tribunal durante la comparecencia, también como testigos, de los ex secretarios generales del PP Javier Arenas y Francisco Alvárez-Cascos.
Ese grupo de afectados por las preferentes profirió insultos contra Arenas y Cascos como “corrupto” “chorizo” o “sinvergüenza”.
No obstante, fuentes de la Audiencia Nacional aseguran que este tipo de dispositivo policial ya se ha desplegado en otras ocasiones como cuando tuvo que declarar Rodrigo Rato en el caso Bankia.
Cospedal declara hoy como testigo ante el juez del caso Bárcenas, Pablo Ruz, tras interrogar ayer a los ex secretarios generales del partido Javier Arenas y Francisco Álvarez-Cascos acerca de la supuesta caja B del PP y el sistema de donaciones.
En su comparecencia, Arenas y Álvarez-Cascos negaron que en el PP haya habido movimientos en B y aseguraron que ellos no tenían un control de las donaciones porque creían que esa era labor del tesorero.
Al conocer la citación de Ruz, Cospedal anunció que renunciaba a la prerrogativa que le ofrece la ley de declarar en su despacho oficial por razón de su cargo, presidenta de Castilla-La Mancha, y manifestó estar encantada de colaborar con la Justicia.
Afirmó entonces que acudirá ante el juez para decir “la verdad” y contestar “a todas las calumnias y mentiras que se están diciendo”.
Cospedal deberá responder a las numerosas acusaciones de irregularidades que lanzó contra ella el extesorero del PP Luis Bárcenas, en la última declaración que prestó el pasado 15 de julio, tras ingresar en prisión el 27 de junio.
De Cospedal, hacia la que Bárcenas no oculta su animadversión, dijo que se benefició, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de dos pagos en negro entre 2009 y 2010 por un total de 90.000 euros, que aseguró haberles entregado a ambos al liquidar la caja B del partido y por la devolución de una deuda del PP gallego.
Gran parte de los ingresos de esa contabilidad opaca procedía, según Bárcenas, de las donaciones irregulares de empresarios al PP, pero el extesorero aclaró que esos donativos “jamás han sido finalistas” (a cambio de una adjudicación pública), salvo uno en Castilla-La Mancha en el 2007 y que afectaría a Cospedal.
Se trata de un pago de 200.000 euros supuestamente entregado por el expresidente de Sacyr Luis del Rivero al PP de Castilla-La Mancha para la campaña de Cospedal -muy mencionada en la declaración- después de que una filial de dicha empresa, Sufi, se hiciera con el servicio de limpieza de Toledo.
De hecho, entre la documentación que entregó el juez se encontraba un recibí por esa aportación firmado por el gerente del partido en Castilla-La Mancha, José Ángel Cañas.
Como muestra de esa enemistad con la secretaria general del PP, Bárcenas relató que en marzo de 2010 se reunió con Rajoy y Arenas en compañía de su mujer, Rosalía Iglesias, para pedir que Cospedal “dejara de intoxicar en la prensa” contra él.