María Dolores de Cospedal, la cara del PP en las ruedas de prensa más duras, recibe el premio de un ministerio en la segunda legislatura de Mariano Rajoy. Es la dirigente que tuvo que explicar escándalos como Bárcenas y Gürtel que venían de una era anterior. En esa tarea cometió errores clamorosos. Para las hemerotecas quedará “la indemnización en diferido” que según ella se pagó al extesorero del Partido Popular. Todo el PP le reconoce ese esfuerzo por respaldar a Rajoy, aún a costa de cargar con la responsabilidad de secretarios generales anteriores como Javier Arenas, con el que mantiene una relación muy distante. Lo explicitó el propio presidente, Mariano Rajoy, quien en una conferencia del Fórum Nueva Economía, la definió como “un magnífico ejemplo a seguir”. “Una mujer excepcional que nunca me dijo no”.
Ella misma describió gráficamente su cometido en una entrevista en El País: “Fui la única que dio la cara con Bárcenas y sin cargarme el PP”. Entre 2011 y 2015 compatibilizó su papel de número dos en el partido con la presidencia de Castilla-La Mancha. Con un pie allí y otro en Madrid vivió esos cuatro años, hasta que el acuerdo entre el PSOE y Podemos la desalojó del poder en mayo de 2015.
Cospedal figuraba en todas las quinielas del partido para ocupar un ministerio. Se va a Defensa y sustituye en la cartera a Pedro de Morenés, otro de los hombres del presidente. Enfrentada con la vicepresidenta Soraya Saenz de Santamaría, llegó a definir la relación con esta como “adecuada”, ahora compartirán Consejo de Ministros.
En una legislatura en la que el Gobierno debe buscar el apoyo de la oposición, su incorporación al gabinete no allana el entendimiento con el PSOE. Tal vez por ello, se le ha reservado uno de los ministerios menos políticos. Cospedal fue uno de los látigos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y cuando estalló el caso Gürtel, atribuyó el sumario a “la policía de Rubalcaba”.