La portada de mañana
Acceder
Feijóo confía en que los jueces tumben a Sánchez tras asumir "los números"
Una visión errónea de la situación económica lleva a un freno del consumo
OPINIÓN | La jeta y chulería de Ábalos la paga la izquierda, por Antonio Maestre

Noticia servida automáticamente por la Agencia Europa Press

Covite denuncia que entre los radicales de Errenteria estaba uno de los que “quemaron vivo” al ertzaina Jon Ruiz en 1995

EUROPA PRESS

BILBAO —

0

El Tribunal Supremo condenó en junio de 1997 a 12 años de prisión a cada uno de los tres jóvenes que atacaron con cócteles molotov una furgoneta de la Policía vasca el 24 de marzo de 1995, e hirieron a cinco agentes y dos chicas que se encontraban en las inmediaciones, al considerar que tenían ánimo de matar a los agentes.

Los autores del atentado, vecinos de Errenteria, prepararon una emboscada contra una furgoneta de la Ertzaintza e introdujeron en su interior artefactos incendiarios compuestos por ácido sulfúrico, líquido inflamable y clorato potásico, mezcla que incrementó el poder destructor de la gasolina.

Un total de cinco ertzainas resultaron heridos, entre ellos Jon Ruiz Sagarna, que sufrió quemaduras graves en el 55% de su cuerpo. Tras el ataque, la furgoneta, convertida en una bola de fuego, arrolló a dos chicas jóvenes que pasaban en ese momento por el lugar.

A través de las redes sociales, Covite ha asegurado este lunes que tiene constancia de que, “entre los que escupían odio ayer en la localidad guipuzcoana, se encontraba uno de los autores del atentado en el año 95 contra el ertzaina Jon Ruiz Sagarna, al que quemaron vivo tras introducir cócteles molotov en el vehículo que conducía”.

El Colectivo de Víctimas ha criticado “los salvajes actos de violencia callejera y ataques a la Ertzaintza que se han vivido este fin de semana en Errenteria, San sebastián y Bilbao”, y han mostrado su “más firme condena ante la intolerancia radical”.

A su juicio, “los que antes jaleaban a los terroristas, ahora enarbolan su bandera del odio para insultar y agredir en las calles a todo aquel que represente una idea distinta”. “Los partidos y líderes políticos que justifican, no condenan o permanecen impasibles frente a los ataques contra algunas formaciones, no sólo evidencian una baja catadura moral, también se convierten en cómplices de los violentos”, ha añadido.