Los detenidos en el marco de la operación Crucero llevada a cabo este lunes entre Madrid y Valencia, habrían ocultado presuntamente su patrimonio vendiendo Marsans a Posibilitum Business, de la que ejercía como administrador uno de los arrestados, el empresario Ángel de Cabo, han informado a Europa Press fuentes conocedoras de la investigación desarrollada por la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional.
Estas fuentes precisan que esta operación de alzamiento tuvo lugar en el año 2010. En concreto, lo que se vendió a Posibilitum fue la sociedad que poseía las acciones de Marsans, Teinver S.A. Esta operación se realizó presuntamente para ocultar el patrimonio real y así evitar hacer frente a los pagarés sin fondos que Marsans venía entregando desde 2009 a sus mayoristas.
Esas empresas afectadas, AC Hoteles, Melia, Pullmantur y el grupo Orizonia presentaron una denuncia contra los antiguos propietarios de la agencia de viajes Marsans, Gerardo Díaz Ferrán y el fallecido Gonzalo Pascual, su nuevo dueño, Ángel de Cabo, y la empresa Possibilitum.
Esta causa se instruye en el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional que dirige Eloy Velasco, quien el pasado 5 de junio emitió un auto en el que ordenaba el bloqueo del yate del expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, atracado en el puerto de Barcelona, para evitar un intento de traslado de la embarcación fuera del territorio de la Unión Europea (UE).
Esta paralización partió de una petición formulada por la Fiscalía tras recibir una advertencia de la Aduana Marítima de Barcelona en la que comunicaba haber recibido una petición de exportación del barco con la finalidad de “colocar a buen recaudo y fuera del territorio de la UE un bien patrimonial” propiedad de la familia de Díaz Ferrán. El barco tiene un valor aproximado de cinco millones de euros.
Díaz Ferrán también consta en otras investigaciones seguidas en la Audiencia Nacional como la que sigue el juez Central de Instrucción Número uno, Santiago Pedraz, y que afecta a los clientes minoristas de Marsans.
Según las mismas fuentes consultadas por Europa Press, en esta otra investigación consta, entre otras cosas, cómo tras la quiebra de Marsans, todo el dinero en efectivo que se recibía se ingresaba presuntamente en una cuenta bancaria vinculada a una entidad sin actividad y ajena a la agencia de viajes.