La estrategia de dañar a Pedro Sánchez atacando a su familia arranca en el comisario Villarejo en 2020 y culmina en Manos Limpias este miércoles. Son dos protagonistas con raíces en la dictadura –uno en la policía ultra y corrupta, el otro en la militancia fascista del líder del pseudosindicato– que se amplifican en la transición e influyen a día de hoy en lo que se considera una democracia asentada.
La primera información sobre la familia política de Sánchez procede de Villarejo, que afirmaba que un negocio de sauna del suegro del presidente había sido utilizado para extorsionar a políticos. La última, la que ha desencadenado la crisis más grave en el actual Gobierno, ha sido motivada por una querella de Manos Limpias que un juez ha aceptado pese a tratarse de recortes de prensa.
La credibilidad del comisario Villarejo y de Miguel Bernad, el militante ultra que lidera Manos Limpias, pudieran parecer en entredicho si se analiza su pasado de juicios, extorsiones y bulos. Pero no es así. O no lo es para todos los medios. Si se trata del presidente del Gobierno desaparece el filtro para las informaciones procedentes de los dos agitadores.
“El comisario Villarejo utilizó la sauna del suegro de Pedro Sánchez en operaciones policiales”. Con este titular abrió fuego El Mundo en 2020. Se hablaba de unos mensajes entre dos investigados en la el caso Villarejo que ni siquiera se reproducían en su literalidad. El supuesto autor de la afirmación, el comisario Enrique García Castaño, negó años después en el Congreso de los Diputados ninguna operación. Se lo tuvo que aclarar al portavoz del PP en la comisión del caso Kitchen, Luis Santamaría, quien, por supuesto, había dado por cierto que el suegro del presidente del Gobierno ayudara a extorsionar en su negocio.
“Mire, señor diputado, le tengo mucho respeto porque sé que es usted muy buena persona: no entre en ese juego sucio, es todo mentira. Ese señor es amigo mío hace treinta años (Sabiniano), cuando el señor Villarejo no existía. Ese señor lo que ha hecho es ayudar a la Policía Municipal, a la Guardia Civil, a cualquiera que pasara por allí. El tenía unos negocios y si había algún delincuente, que llevara cocaína, ese señor lo que hacía era ayudar. Espionaje ninguno (…) Nunca se ha detenido a nadie de la izquierda abertzale por esas saunas. Todo lo contrario. Y no puedo hablar”.
Son de las pocas afirmaciones públicas de un protagonista directo sobre uno de los negocios de Sabiniano Gómez. Pero informaciones sobre las “saunas gays” de Pedro Sánchez hay muchas. EsDiario, El Debate y Libertad Digital hicieron un hueco destacado hace justo diez días para las declaraciones del presunto narcotraficante y bailaor Rafael Amargo a la salida de la cárcel. En ellas aseguraba que en su casa vivió en algún momento por determinar un chico que ejercía la prostitución en la sauna de Sabiniano Gómez.
“El suegro de Pedro Sánchez y la prostitución gay, lo que le faltaba a Begoña Gómez”, titulaba esdiario.com, una web que está presidida por Antonio Martín Beaumont, ex presidente de las Nuevas Generaciones de Alianza Popular. Pilar Baselga, una agitadora ultra con cierta popularidad en redes, ha sido recientemente imputada por inventarse que Begoña Gómez es transexual, un comentario habitual en círculos de extrema derecha. Baselga, que compareció ante el juez la semana pasada y se negó a declarar, también ha vinculado a Begoña Gómez con el narcotráfico.
El presidente del Gobierno viene denunciando, con especial intensidad desde la última campaña electoral, la ofensiva de desprestigio sistemática e ideológica de lo que él entiende son una mayoría de medios de comunicación contra el Ejecutivo progresista. El comunicado de este jueves supone un punto de inflexión en tanto que Sánchez señala los ataques a su mujer como la línea roja para que él siga en política.
Se refiere Sánchez a las diligencias abiertas en un juzgado de Madrid por una querella de Manos Limpias que no hace más que resumir ocho noticias que apuntarían a un presunto tráfico de influencias por parte de Begoña Gómez.
Las informaciones que investiga el juez
Begoña Gómez lleva más de seis años al frente del Africa Center del Instituto de Empresa, una universidad privada. Las primeras informaciones sobre su actividad profesional y contactos con personas que salen en el sumario del caso Koldo fueron publicadas por El Confidencial: reuniones, por ejemplo, con representantes de Air Europa en 2020. Unas reuniones que el PP y diversos medios han vinculado, directamente, con el rescate millonario a la aerolínea.
La denuncia de Manos Limpias lista ocho informaciones periodísticas que el juez ha considerado suficientes para abrir una investigación penal y protegerla con el secreto de sumario. La primera es una publicación de El Confidencial del 2 de abril de este año: la carta que Gómez firmó en 2020 para apoyar a la UTE Barrabés-The Valley en una licitación del Ministerio de Economía. Uno de sus principales accionistas, Carlos Barrabés, había participado previamente en un máster que, actualmente, dirige Gómez. La UTE, precisaba la información, presentó decenas de cartas similares de otras empresas y organismos, incluido el propio Ayuntamiento de Madrid de José Luis Martínez-Almeida. Otra de estas informaciones, publicada un día después, habló de una segunda carta.
Siguiendo con las informaciones de este medio aludidas por Manos Limpias, a mediados de marzo publicó que “Air Europa pactó pagar 40.000 euros al año al Africa Center de Begoña Gómez antes del rescate”. Ese convenio, aclaró posteriormente el IE, nunca se tradujo en pagos de Air Europa a la institución privada.
De ahí la denuncia de Manos Limpias da el salto a otros medios como Vozpópuli, Libertad Digital, EsDiario o The Objective. En el caso de este último para difundir un bulo publicado por el digital, una noticia que daba a entender que la esposa del presidente del Gobierno había recibido una subvención y que el ejecutivo ocultaba los detalles cuando, en realidad, se trataba de una hostelera cántabra que se llama igual que ella. Telemadrid difundió también esta información y se vio obligada a rectificar.
En el caso del resto de informaciones se limitaban a glosar los contratos públicos que habían conseguido Víctor Aldama, uno de los imputados en la trama de Koldo, o de otros empresarios que en algún momento tuvieron relación con el Africa Center de Gómez. Informaciones que, posteriormente, el Partido Popular transformó en arma arrojadiza verbalizando la sospecha con la que querían lanzarse contra Sánchez: si todos esos millones llegaron porque la esposa del presidente intercedió, algo de lo que no hay pruebas. Incluso si el Gobierno rescató Air Europa con cientos de millones de euros por esa supuesta relación.
Manos Limpias en el juzgado, el PP en el Parlamento
La información que Manos Limpias ha llevado finalmente a los juzgados de Madrid lleva semanas siendo esgrimida por el Partido Popular en entrevistas, comparecencias y en sede parlamentaria. Y desde el principio retorcieron las noticias publicadas en medios de comunicación para ligar a la familia de Pedro Sánchez con el ‘caso Koldo’: “Ha quedado acreditado que empresas vinculadas a la esposa del presidente del Gobierno se han beneficiado de ayudas directas del propio Gobierno”, dijo Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso ya a finales de febrero.
La afirmación, falsa al no existir vinculaciones entre esas empresas y Begoña Gómez, tuvo lugar mientras los medios de comunicación preguntaban a Tellado si él mismo se reunió con Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos imputado en la ‘operación Delorme’, para tratar la posible caducidad de una reclamación millonaria en Balears a la empresa de la trama: “Yo no me he reunido nunca con ningún miembro de la trama, creo que la mujer del presidente del Gobierno sí”, afirmó en los pasillos del Congreso.
El tono del partido de Alberto Núñez Feijóo fue subiendo hasta referirse a Gómez como “mediadora o conseguidora” de la trama corrupta del caso Koldo. Ya a mediados de marzo anunciaron una batería de iniciativas parlamentarias después de que la Oficina de Conflictos e Intereses archivara su denuncia sobre el asunto. “Mediador” y “conseguidor” son dos términos habitualmente utilizados para designar a los engranajes de un entramado corrupto que hacen de conexión entre los empresarios y los trabajadores públicos o políticos a quienes buscan corromper.
Su último órdago fue en el Senado, donde la formación ostenta la mayoría absoluta. En plena guerra de comisiones de investigación entre ambas cámaras, el PP intentó que la comisión de investigación del ‘caso Koldo’ del Senado se ampliase para investigar también a la familia de Pedro Sánchez. Un movimiento frenado en seco por el letrado mayor de la cámara baja, que en un informe denunció que el PP pretendía ir mucho más allá de lo que había pactado el pleno.
El partido de Alberto Núñez Feijóo también fue explícito al afirmar que las únicas pruebas que manejaba eran noticias de periódicos: “Estudiar la presunta existencia de una red de tráfico de influencias que según han publicado los medios, estaría vinculada con el entorno político y familiar más cercano del Presidente”. El PP, según el letrado, estaba buscando la “alteración indebida del objeto de la investigación”.
A ese respecto, el líder del PP no dejó lugar a dudas sobre que era una amenaza que pretendía cumplir. “Si vuelve a negarse a dar explicaciones habrá una investigación específica sobre los asuntos que afectan a su entorno más inmediato. Parlamentaria seguro, y judicial si hace falta también”, vaticinó. Al final no ha sido el PP el que ha llevado a Begoña Gómez al juzgado sino Manos Limpias, con una nueva denuncia que llega después de años intentando sin éxito que el Tribunal Supremo impute a miembros del Gobierno actual, del ejecutivo de coalición de la pasada legislatura o de partidos políticos como Podemos. Usando recortes de prensa, bulos o, si era necesario, el apócrifo informe PISA.