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El debate a siete no aporta ninguna pista sobre la posibilidad de acuerdos de Gobierno

Ni una sola pista que invite a pensar que esta vez será posible formar Gobierno. Con esa sensación ha terminado el debate a siete en el que los representantes de las formaciones que obtuvieron grupo propio en el Parlamento han confrontado sus propuestas para las nuevas elecciones. La soledad del Partido Popular ha vuelto a quedar en evidencia. También, la poca sintonía existente entre PSOE y Unidos Podemos.

“Que se deje gobernar a la lista más votada”, pidió el portavoz del PP, Pablo Casado, que volvió a ofrecer un gran acuerdo con los de Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Excepto su veto a Rajoy, el PSOE no desveló sus intenciones agarrado a la idea de que las encuestas no saben lo que pasará el domingo en las urnas. Isabel Rodríguez, portavoz de los socialistas y única mujer en el debate, pidió al resto de sus contrincantes: “No podemos hablar de acuerdos en base a encuestas”. La demoscopia, sin embargo, sí parece irle bien a Unidos Podemos. Íñigo Errejón aseguró: “A estas horas somos la alternativa al PP”.

La posición de cada uno con respecto al resto es el primer gran nudo que las urnas tendrán que deshacer para aclarar quién puede formar Gobierno. En ese punto se explica la desconfianza que marca las relaciones entre el PSOE y Unidos Podemos. Al igual que Pablo Iglesias en el anterior debate a cuatro, Errejón se dirigió a los socialistas para decirles que se estaban confundiendo de adversario: “Nosotros no vamos a cometer ese error porque la noche del 26 nos vamos a necesitar para hacer un Gobierno protagonizado por nosotros”.

A las recomendaciones de Podemos, la portavoz socialista respondió con el reproche del Gobierno que pudo haber sido si Podemos no se hubiera levantado de la mesa. El tono entre ambas formaciones no es bueno y el PSOE adopta el papel de ofendido. Errejón lo resumió así: “Hay partidos que se han quedado enfadados, atrapados en marzo”.

El derecho a decidir, la llave

El derecho a decidir de los catalanes fue la otra cuestión clave en un debate en el que la presencia de ERC, Convergencia y PNV acabaron por llevar buena parte de la discusión a la cuestión catalana como clave de la gobernabilidad en España. “Sin solución a la cuestión catalana dificilmente habrá Gobierno en España”, aseguró el portavoz de Convergència, Carles Campuzano. En la misma línea, Gabriel Rufián de ERC aseguró: “solo tenemos una línea roja. No daremos apoyo a quien no de voz al pueblo de Cataluña”.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, se mostró más conciliador confiado en que “todo el mundo tendrá que ceder”. Esteban confirmó su apuesta por la búsqueda de acuerdos condicionada al cuidado de la agenda de temas vascos. Los votos del PNV podrían bastar para apuntalar un virtual acuerdo entre PSOE y Unidos Podemos. En este punto, el del PNV, le envió un recado a Íñigo Errejón a quien afeó que su ley 25 traía en su articulado severas intromisiones en competencias propias del País Vasco a las que el PNV no está dispuesto a ceder.