“¿Es cierto que la reina Sofía llegó a felicitarla por mail?”, pregunta la abogada de Manos Limpias sobre la creación de Aizoon. La presidenta del tribunal la corta: no se pueden hacer referencias a personas no incursas en el proceso. Esta mañana, Urdangarin ha negado que el rey Juan Carlos intercediara para facilitar sus negocios.
Acaban las preguntas del abogado de la infanta. Cristina de Borbón rechaza a su derecho a estar presente en las siguientes sesiones del juicio. Regresa a su asiento y bebe agua de una botella.
“No eran temas que me interesara hablar con él (de los negocios de su marido). En aquellos años, nuestros hijos eran muy pequeños y estábamos muy ocupados”, asegura la infanta.
La hermana del rey dice que no tiene cuentas en paraísos fiscales y que ahora sí tiene una cuenta en Suiza porque reside allí y está declarada. “Absolutamente”, responde a su abogado la infanta sobre este asunto, y esboza una pequeña sonrisa.
“Confío plenamente en él y en su inocencia y en que ha estado asesorado, bien asesorado”, asegura la infanta cuando el abogado Molins le pregunta si conoce de qué delitos se acusa a Iñaki Urdangarin.
“Desconozco el tipo de contrato que se les hizo y cómo se les dio de alta en la Seguridad Social”, dice la infanta a su abogado sobre la contratación del servicio doméstico. Se encargaron, añade, su marido “con sus asesores”. A la pregunta de si se les pagaba en metálico, como alguno de ellos declaró, la infanta contesta: “Rotundamente, no”.
“Mi marido ha explicado el tema de la tarjeta (de Aizoon), que se la ofrecieron y él la aceptó, pero la custodiaba él. Yo no recuerdo haber utilizado esa tarjeta, no recuerdo haber hecho un pago con esa tarjeta. No tenía el pin”, responde la infanta a su abogado.
“¿En cuántas personas confiaba usted en esa época?”.
“Por supuesto, en mi marido, Carlos García Revenga, en el asesor fiscal de mi marido; en el asesor fiscal de la casa real, en esa época; en mis compañeros de trabajo; en los servicios jurídicos de la casa, el conde de Fontao, en mi entorno más cercano...”
“¿Y ahora confía en el asesor fiscal de su marido (Miguel Tejeiro) confía ahora?”
“No, ahora no”.
La infanta, como Urdangarin, cargan de responsabilidad a Miguel Tejeiro
“Si me lo hubiesen propuesto (actuar como escudo fiscal ante Hacienda), no hubiera aceptado nunca. En mi situación hubiera sido sometida a mayor transparencia y control de la administración, puesto que todo lo que hacíamos estaba controlado”
“Mi marido era administrador y tomaba él las decisiones en Aizoon, siempre asesorado por su asesor fiscal”, responde a su abogado la infanta. Ella se limitó a firmar ante el notario la constitución de la sociedad al 50% en 2003
Se oye la voz de la infanta por primera vez en el juicio para responder a su defensa por sus estudios y conocimientos. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. No tiene conocimientos contables, asegura.
Acaban las preguntas de Manos Limpias. El resto de las partes rechaza preguntar a Cristina de Borbón, incluido el fiscal Pedro Horrach, al que se ha llegado a acusar de actuar como defensor de la infanta.