El jurado popular ha declarado culpables por unanimidad a los cuatro acusados del asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines. Los procesados son el acusado de inducir el crimen por celos tras descubrir que su mujer y el edil mantenían una relación, dos hombres que lo ejecutaron por dinero y la persona señalada como intermediario.
El jurado, que comenzó a deliberar el pasado lunes, ha leído sus conclusiones en la Audiencia Provincial de Oviedo, donde se ha desarrollado la vista oral a lo largo de dieciocho sesiones.
La Fiscalía y la acusación particular solicitan para Pedro N.A, acusado como inductor, los ciudadanos argelinos Djilali B. y Maamar K., acusados como sicarios, y Jesús M., señalado como intermediario una pena individual de 25 años de prisión en una sentencia que ahora deberá dictar la Audiencia de Oviedo.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha celebrado uno de los juicios más mediáticos de Asturias durante un mes, a lo largo de 18 sesiones, en las que han testificado además de los cuatro acusados, la viuda y los hijos de Ardines, la mujer de Pedro N.A. –con quien el edil mantuvo una relación secreta–, la esposa de Maamar K., la mujer cuyo ADN se halló en la escena del crimen, así como los investigadores de la Guardia Civil, Policías locales, vecinos de Llanes y los médicos forenses.
Una emboscada
El tribunal popular ha podido escuchar el relato de los agentes de los departamentos de Química, Biología, Investigación Tecnológica, Rastreo y Análisis que participaron en registros, detenciones, análisis de ADN y de los objetos supuestamente utilizados en la emboscada al edil, así como el geoposicionamiento de los móviles, que son una de las principales pruebas indiciarias con que cuentan la Fiscalía y la acusación particular.
Las defensas pedían que el veredicto fuese de no culpabilidad al cuestionar la investigación de la Guardia Civil por la falta de pruebas directas, tanto de cámaras como de testigos, que sitúen a los acusados en Belmonte de Pría el 16 de agosto de 2018, cuando Javier Ardines sufrió una emboscada al bajar de su vehículo a retirar una de las vallas que le obstaculizaban el paso y, tras ser rociado con un espray de pimienta, fue golpeado con un palo y un bate de béisbol y posteriormente estrangulado hasta la muerte.