La delegada del Gobierno reivindica diálogo para que los catalanes vean un “Gobierno amigo”

La delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, ha reivindicado hoy la “vía del diálogo” para que los ciudadanos catalanes sepan “que hay un Gobierno para ayudar a que todos nos entendamos” y vean al Ejecutivo central como “un Gobierno amigo”.

“Necesitamos que la ciudadanía de Cataluña mire al Gobierno de España como un gobierno amigo, que aporta soluciones y que no crea problemas”, ha señalado en su discurso en la toma de posesión de Montserrat García Llovera como nueva subdelegada del Gobierno en Barcelona.

En este sentido, Cunillera ha reivindicado la Delegación del Gobierno como “una administración abierta, amable”, que “no cerrará las puertas a nadie” y se ha ofrecido al resto de administraciones para colaborar “de manera leal”.

La delegada del Gobierno se ha propuesto transformar “una administración confrontada con el resto de administraciones” en una administración “al servicio de los ciudadanos”, en referencia a la anterior etapa de la Delegación del Gobierno.

“Necesitamos que sea un mensaje de diálogo, de acuerdo, que podamos sentarnos en una mesa pensando diferente”, ha sostenido Cunillera en una recepción a la que ha asistido el conjunto del cuerpo consular de Barcelona, representantes del Ayuntamiento de Barcelona y diputados en el Parlament.

En su discurso de toma de posesión como nueva subdelegada del Gobierno en Barcelona, García Llovera ha señalado que cooperará con los órganos territoriales de la Generalitat y que lo hará “con la máxima transparencia”.

García Llovera había ocupado con anterioridad el cargo de subdelegada del Gobierno en Barcelona, entre 2007 y 2011, así como el de delegada del Gobierno durante dos meses en 2011, en sustitución de Joan Rangel.

“¿Por qué nos empeñamos en separarnos, en confrontar? ¿Por qué no pensamos que cada uno puede tener la opinión política que quiera?”, se ha preguntado Cunillera, que ha reivindicado su labor para “crear un espacio de convivencia” para que la ciudadanía de Cataluña vea al Gobierno central como “un Gobierno amigo”.