Nueve años después del último asesinato perpetrado por ETA –la muerte de un gendarme francés durante un tiroteo con tres miembros de la banda al oeste de París, el 16 de marzo de 2010– y once meses después de su disolución, la derecha fragmentada en tres partidos (PP, Ciudadanos y Vox) ha decidido situar a la organización terrorista en el centro de la campaña de las generales con el único objetivo de atacar al Gobierno de Pedro Sánchez.
En su estrategia, las formaciones de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal han utilizado este lunes como argumento los escraches e insultos que sufrieron este fin de semana dirigentes de Ciudadanos y Vox en Euskadi y que han sido condenados tanto por el Gobierno, en boca de la vicepresidenta, Carmen Calvo, como por el PSOE.
Las tres derechas vinculan sin embargo estas acciones con el entorno de ETA, al que relacionan a su vez con el Ejecutivo y con el partido que lo sostiene, el PSOE, por el apoyo de EH Bildu que votó a favor de la moción de censura de Sánchez para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa, en mayo de 2018. “Algunos en esta campaña van a querer seguir hablando de ETA, y me parece muy bien, pero creo que por dignidad ya van siendo hora de conocer cuáles son sus propuestas para que se cumpla la Constitución Española”, criticaba, el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Esta nueva coincidencia en el discurso de las derechas se produce en plena batalla por el electorado más conservador que libran desde hace meses los tres partidos, que se ha recrudecido con motivo de la campaña y que, según todas las encuestas, afectará en las urnas especialmente al PP. Tal y como reconocen los propios dirigentes populares, el próximo 28A podrían perder una veintena de provincias y hasta 50 escaños por la división del voto de derechas que hasta ahora aglutinaba su formación.
El intento por recuperar esos apoyos perdidos ha llevado a Casado a derechizar su discurso prácticamente desde que llegó a la Presidencia del PP, endureciendo mes a mes sus ataques contra Sánchez, al que llegó a llamar “traidor” o “felón” por hablar con las fuerzas nacionalistas e independentistas.
“Los violentos campan a sus anchas”
Este lunes el líder de los populares iba un paso más allá reprochando al Gobierno del PSOE su “silencio cómplice” ante los “actos violentos” sufridos por PP, Cs y Vox en la campaña electoral. “En esta campaña electoral, los violentos campan a sus anchas mientras el PSOE, que va de moderado, es extremadamente respetuoso con los violentos y agresivo con los que somos atacados”, denunciaba.
Ante esta situación que el líder de los populares juzga como “inaceptable”, Casado le preguntaba a Sánchez “si va a estar al lado de los partidos que jalean la violencia o va tomar medidas para evitarla”. “Queremos que no se derogue la Ley de Seguridad Ciudadana, que se ponga en práctica la Ley de Partidos, gracias a la que se ilegalizó el entorno de Batasuna, y se modifique la Ley de Financiación de Partidos para que ningún partido que justifique la violencia o tenga líderes procesados por rebelión o sedición no reciban dinero público”, subrayaba.
En la línea de vincular al Gobierno con ETA, Casado insistía: “O el PSOE está con los demócratas, a los que nos están escracheando y agrediendo, o está con los de la kale borroka de Bildu, ERC y PDeCAT y la justificación de Podemos. Todo lo demás es ocultarse en el burladero de la mentira”.
El domingo, Casado había pedido a los asistentes a un mitin que se imaginaran siendo asesinados por ETA. “Aquí hay más de mil personas. Pues la banda terrorista ha matado a 800. ¿Os imagináis que prácticamente todos los que estáis aquí sentados sois tantas personas como las víctimas de los criminales de ETA?”, preguntó el líder del PP en un acto en Santiago de Compostela. “Esos etarras, esos herederos de Batasuna, son los que ahora dicen que ha merecido la pena; que nunca habían mandado tanto en España, que Sánchez tiene que llamarles por teléfono para rogarles que aprueben sus reales decretos”, sostenía.
Rivera defendía esta misma tesis menos de 24 horas después de haber sido víctima del escrache de varias decenas de personas en la localidad guipuzcoana de Errenteria en la que el líder de Ciudadanos celebró el domingo uno de sus mítines de campaña entre lazos amarillos colgados de las fachadas de la localidad y en medio de una intensa cacerolada.
La actuación de la Fiscalía
“Ayer [por el domingo] toda España pudo ver el odio que genera el nacionalismo con los insultos, escupitajos y huevazos recibidos por los constitucionalistas en Rentería”, señalaba Rivera desde la localidad madrileña de Santa María de la Alameda. De los ataques sufridos por su partido, el líder de Ciudadanos culpaba “a los cachorros que reciben instrucciones de Bildu, los socios de investidura de Sánchez y los posibles aliados del PSOE en el Gobierno”. “Me preocupa que España esté en manos de gente como la que vimos ayer”, insistía.
En su opinión, la Fiscalía podría actuar contra quienes dirigieron “insultos y amenazas” a los asistentes al acto en el municipio guipuzcoano. Aunque ha descartado que Ciudadanos presente una denuncia ante el Ministerio Público por esos sucesos, Rivera sí considera que podría actuar de oficio. “Se me ocurren unas cuantas caras y unos cuantos insultos y amenazas que son constitutivos de delito”, apuntaba.
Desde Vox, las acusaciones hacia el Gobierno se producían desde las redes sociales. “Los socios proetarras de Pedro Sánchez hoy [por el domingo], con la complicidad del PNV, hostigando a la buena gente de San Sebastián. Pero no daremos ni un paso atrás”, aseguraba en Twitter el mismo domingo el líder de la formación de extrema derecha, Santiago Abascal, después de ser víctima de otro escrache en el que se produjeron altercados entre los simpatizantes de su partido y manifestantes contrarios a su presencia en la capital guipuzcoana.
“Los proetarras, los golpistas y los comunistas que nos atacan durante esta campaña solo son la avanzadilla y la partida de la porra y la capucha de la dictadura progre”, añadía el propio Abascal este lunes en otro tuit.
ETA ha sido un acicate tradicional del PP y del conjunto de la derecha contra el PSOE y la izquierda en las últimas décadas. Rajoy llegó a acusar en 2005 al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero de “traicionar a los muertos” y de “revigorizar” a la banda, que durante su actividad armada mató a decenas de dirigentes socialistas e izquierdistas. Entonces ETA asesinaba. Ahora lleva casi una década sin hacerlo y la banda se disolvió en mayo de 2018.