El diario de Villarejo revela que la brigada política del PP atacó a Podemos desde su irrupción

Pedro Águeda

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El grupo secreto de policías dedicado a combatir extrajudicialmente el proceso soberanista en Catalunya durante el primer Gobierno de Mariano Rajoy percibió a Podemos como un nuevo enemigo a batir en cuanto la formación de Pablo Iglesias cosechó su primer éxito electoral, en mayo de 2014. Así lo atestigua el diario incautado a uno de sus miembros, el comisario José Manuel Villarejo, quien apenas cuatro meses después de aquellos comicios europeos mantiene ya encuentros con periodistas para facilitarles información del partido, a los nueve meses de su creación. No es una iniciativa particular. El 30 de octubre de 2014, Villarejo habla con el entonces número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez, y apunta: “Reuniones Podemos”.

El 17 de enero de 2014, Podemos se dio a conocer en un acto en el Teatro del Barrio, en el madrileño barrio de Lavapiés. Tan solo cuatro meses después, en mayo, se celebraron elecciones europeas y el nuevo partido obtuvo más de 1,2 millones de votos y cinco parlamentarios en Estrasburgo. El 29 de septiembre, dos periodistas de El Mundo proponen a Villarejo reunirse al día siguiente. “Tema Podemos”, anota el comisario en unas agendas a las que que Asuntos Internos, la Fiscalía Anticorrupción y el juez del caso dan credibilidad cuando se cruzan con hechos públicos o acreditados ya por la investigación. 

Un mes después, el 31 de octubre de 2014, Villarejo anota una reunión con el secretario de Estado de Seguridad: “Chisco. Reunión hasta 14:30. Sobre riesgo de IB con PJ y reuniones Podemos y Verstrynge”. Chisco es uno de los apelativos con los que Villarejo y su grupo se refieren al número dos de Interior. En otras anotaciones se desprende que Villarejo intenta obtener información del partido y que, por alguna razón, incluye en ese plan a Jorge Verstrynge. El entorno del que fuera profesor de Iglesias asegura que nunca ha visto a Villarejo. 

En aquel otoño de 2014 Podemos había agitado el tablero político tomando como bandera el 15M y respondiendo a los que retaban al movimiento ciudadano a que se constituyera en formación si quería ser un actor válido de sus reivindicaciones. A la fuerte contestación de algunos rivales políticos y medios de comunicación hay que sumar una vía subterránea de sabotaje a Podemos con episodios que todavía afloran siete años después, como el intento del PP de Madrid de cortar el crecimiento del partido morado en uno de sus campos más propicios, Internet y las redes sociales. La hoy presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, intentó registrar Podemos Madrid y Ganemos Madrid por orden de su antecesor en el cargo Ignacio González, según desveló esta misma semana elDiario.es.

La vía de la brigada política contó, por su parte, con un protagonista que aflora con asiduidad en el lado más desconocido del Partido Popular. Se trata del abogado Javier Iglesias, El Largo, al que Villarejo y sus colaboradores tienen por uno de sus hilos de comunicación con el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, según se desprende de las grabaciones incorporadas al sumario y las anotaciones en la agenda. 

Javier Iglesias es el abogado que acudió a prisión a ofrecer un pacto a Luis Bárcenas en nombre del Gobierno y del PP para que no tirara de la manta de la financiación irregular del partido, según el extesorero. El 11 de noviembre de 2014, Villarejo anota: “Igles Jav. Quiere saber novedades sobre LB. Ya le dije los últimos datos y que nadie controla a Verstringe ni a Podemos”.

Ya entrado 2015, acusaciones contra Podemos que con el tiempo se convertirían en recurrentes comienzan a aflorar en el diario del comisario. El 10 de febrero de 2015, Villarejo apunta una conversación con el número dos de Interior: “Chisco. Venezuela-Podemos. Varias gestiones. Quedamos en hablar”. 

Todavía queda un año para que trascienda la mayor evidencia de la guerra sucia contra Podemos por parte de aquel Ministerio del Interior, el informe P.I.S.A. (Pablo Iglesias Sociedad Anónima), que sin firma ni sello pretendía demostrar la financiación irregular del partido procedente de Venezuela e Irán y cuyo contenido despreciaron, primero la Audiencia Nacional, y después el Tribunal Supremo. Antes, su contenido había sido publicado por varios medios de comunicación coincidiendo con el arranque de las conversaciones entre Podemos y el PSOE para la formación de Gobierno en enero de 2016. 

En el mes de abril siguiente, otro de los miembros de la brigada política, el inspector jefe José Ángel Fuentes Gago, se entrevista con un exministro de Hugo Chávez en Nueva York y le ofrece ayuda a él y su familia a cambio de supuestas pruebas sobre los vínculos de Podemos con Caracas. Fuentes Gago dice a Rafael Isea que acude con “un mandato” del presidente del Gobierno Mariano Rajoy, según la grabación del encuentro publicada por moncloa.com. El informe policial que resulta de aquel encuentro nunca llegaría a un juzgado pero sería publicado por ABC.

De la Operación Catalunya al informe PISA

El Ministerio del Interior dirigido por Jorge Fernández Díaz reeditó con Podemos las maniobras policiales que había mantenido los dos años anteriores contra el proceso soberanista en Catalunya. Según reveló elDiario.es en noviembre de 2014, un grupo secreto de policías se dedicaba a rastrear posibles corruptelas de políticos soberanistas de forma prospectiva y sin control judicial, probablemente financiados por los fondos reservados de Interior.

El resultado de sus pesquisas eran informes apócrifos, sin atribución a una unidad policial, ni firmados por funcionarios, que acababan en las portadas de determinados medios de comunicación coincidiendo con momentos álgidos del proceso soberanista. La investigación del caso Villarejo ha acreditado la participación del comisario en aquellas maniobras junto a otros miembros de ese grupo de mandos policiales. Según ha declarado el propio Villarejo, los mismos policías que se dedicaron, sin competencias, a contrarrestar el auge independentista en Catalunya intentaron socavar a Podemos después al margen de la justicia. 

Sin embargo, la única imputación judicial que pesa contra ellos se produce en el marco de un tercer vector de actuación: el espionaje ilegal a Luis Bárcenas. Al combate a la oposición democrática, ya fuera en Catalunya o a nivel estatal con Podemos, se unieron las maniobras para favorecer al partido en el Gobierno, el PP, intentando sabotear el más grave caso de corrupción que todavía hoy acucia al partido, el de su financiación irregular o caja B. 

Villarejo, Fuentes Gago o uno de los sospechosos de participar en la redacción del informe PISA contra Podemos, el hoy comisario de Villa de Vallecas, Andrés Gómez Gordo, al igual que el ministro del Interior Fernández o su número dos, Francisco Martínez, están imputados en la pieza 7 del caso Villarejo, también conocida como Kitchen. Pese a los indicios reunidos durante la instrucción del caso Villarejo, la Audiencia Nacional aún no investiga la guerra sucia de la Operación Catalunya o la que reprodujeron los mismos protagonistas después contra Podemos.