El dilema de Juan Marín: abandonar Ciudadanos para ser alto cargo de Moreno Bonilla o irse al sector privado
El exvicepresidente de la Junta de Andalucía Juan Marín lleva dos meses fuera de la política y asegura que no se arrepiente de la decisión que tomó cuando dimitió de la presidencia de Ciudadanos en la comunidad autónoma. Su fracaso sin paliativos en las elecciones andaluzas del 19 de junio en las que su candidatura perdió los 21 diputados que había logrado en 2018, le dejó noqueado. Confiesa que nunca pensó en que Ciudadanos iba a desaparecer del Parlamento regional. Estaba convencido de que lograría retener los suficientes escaños al menos para poder formar grupo parlamentario propio, lo que le habría hecho continuar al frente de Ciudadanos en Andalucía. Pero no fue así y de inmediato presentó la dimisión de todos sus cargos, como se había comprometido previamente. Desde entonces medita qué hacer, sin presiones ni agobios. La decisión, dice, la tomará “en septiembre”.
Según cuenta Marín en conversación con elDiario.es, ofertas de trabajo no le faltan. De hecho, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, le llegó a ofrecer permanecer en su Gobierno, pero él rechazó la idea porque no le parecía correcto ese “cambio de chaqueta”. Al menos mientras siga militando en Ciudadanos. La puerta sigue abierta para ocupar otro cargo. Aunque no detalla de qué se trata, el exdirigente andaluz de la formación que ahora se autodenomina “liberal” explica que tiene un par de tentadoras ofertas en la empresa privada, siendo la última de ellas la más ventajosa porque le permitiría vivir en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), su tierra natal, y estar cerca de sus dos hijos con los que reconoce que no ha podido compartir todo el tiempo que le hubiera gustado al estar volcado en la política estos últimos e intensos siete años.
Pero Marín también baraja aceptar alguno de los cargos que el presidente de la Junta de Andalucía le ha ofrecido y que tampoco quiere desvelar porque cree que sería romper la confidencialidad que requieren sus conversaciones privadas. Uno de los puestos con los que se rumoreó fue el de adjunto al Defensor del Pueblo, donde se encontraría con Virginia Millán, mujer de Fran Hervías, exsecretario de Organización de Ciudadanos y muñidor, tras su salto al PP durante la opa hostil emprendida desde Génova contra su antiguo partido. A pesar de haber sido quien le apoyó para que se presentara en 2015 a las primarias para optar a la candidatura a la Junta de Andalucía, la relación entre ambos acabó fatal. Marín le señaló como el filtrador de un audio suyo en el que, en una reunión con su grupo parlamentario, criticó la aprobación de las cuentas públicas en año electoral. “Quienes se dedican a hacer política basura pues que sigan. Yo desde luego no voy a jugar a eso”, aseguró entonces, acusando a Hervías de estar intentando “liquidar a Ciudadanos en Andalucía y en toda España”.
Varias ofertas del presidente andaluz
Ante tantos dimes y diretes que corren desde que dimitió de todos sus cargos, el exvicepresidente del Gobierno andaluz ni confirma ni desmiente nada. Tampoco desvela qué otras ofertas tiene del presidente de la Junta, al que considera su “amigo”. El Gobierno ya está formado y en él se ha quedado Rocío Blanco, una independiente fichada por Ciudadanos que se va a volver a ocupar de la Consejería de Empleo, Empresas y Trabajadores Autónomos. También se mantienen algunos de los antiguos cargos del área de comunicación que trabajaron en las consejerías que llevaba el partido naranja. “Es que era gente muy buena y válida”, defiende Marín.
El exvicepresidente andaluz, que a finales de año cumplirá los 60, no descarta nada, mientras algunos excompañeros le ven incluso dando ese paso del brazo del PP de cara a las elecciones municipales de 2023. Él ya ha adelantado que si decidiera a aceptar algún cargo público abandonaría la militancia en la formación de Arrimadas, aunque no “sus valores liberales”. No obstante, tampoco es ningún secreto que nunca ha desdeñado la posibilidad de una fusión entre los dos partidos. Según ha desvelado en una reciente entrevista con el Diario de Sevilla, fue una posibilidad de la que habló con Arrimadas. Pero a la líder del partido nunca le gustó la idea y finalmente la descartaron asegurando que se trataba de “dos proyectos distintos” con algunas ideas en común pero con muchas más diferencias. Como fue algo que algo no cuajó, prefiere no lamentarlo.
En el sector privado Juan Marín ha ejercido como empresario. Inició estudios de Relaciones Laborales, pero no los acabó y se puso a trabajar en la joyería y relojería que tenía su familia. También presidió la Asociación de Comerciantes de su ciudad natal. Tras estudiar una oposición, se puso a trabajar en una Caja de Ahorros.
Marín comenzó su trayectoria en política cuando apenas había cumplido los 21 años. En 1983 se presentó en las listas municipales de Alianza Popular pero no salió elegido. Tras un efímero paso por el Partido Andalucista, en 2006 fundó Ciudadanos Independientes de Sanlúcar, partido con el que se presentó a las elecciones logrando tres actas de concejales y aliándose con el PSOE para gobernar el municipio. Fue teniente de alcalde de Desarrollo Económico y responsable de las áreas de Comercio, Empresa, Turismo, Deportes y Juventud.
Años después, en 2011, mantuvo sus primeros contactos con el partido que lideraba entonces Albert Rivera, encargándose de su implantación en Andalucía. En 2015 comenzó su trayectoria formal en Ciudadanos de la mano precisamente de Fran Hervías, que le animó a presentarse a las primarias para ser candidato a la Junta de Andalucía. Como los demás aspirantes no lograron los suficientes avales, Marín fue designado para el cargo. Su candidatura logró nueve escaños en el Parlamento andaluz. En aquella legislatura apostó por apoyar la investidura de la dirigente del PSOE, Susana Díaz con la que mantuvo una buena relación hasta que ésta decidió adelantar unos meses las elecciones autonómicas.
En esa segunda cita con las urnas del 2 de diciembre de 2018 Ciudadanos subió a 21 diputados. Entonces dio la espalda a sus antiguos socios del PSOE que, aunque bajaron notablemente en votos, volvieron a ganar los comicios. Apoyó al PP de Juan Manuel Moreno Bonilla formando un Gobierno de coalición del que fue vicepresidente.
Estos días, mientras decide si volver o no a la política, ha presumido de sus famosas torrijas en un programa televisivo y ha vuelto a refugiarse en una de sus pasiones: el voleibol, deporte del que ha sido entrenador y técnico de equipos locales.
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