Washington, 30 oct (EFE).- Desde el inicio de la invasión rusa en febrero pasado, Estados Unidos ha enviado a Ucrania más de 18.300 millones de dólares en ayuda militar y nadie lo había puesto en cuestión. Hasta ahora.
El multimillonario desembolso para Kiev se ha convertido en el principal -y único- asunto de política exterior que ha entrado en la campaña electoral de los comicios de medio mandato del 8 de noviembre.
Los estadounidenses están llamados a las urnas ese día para renovar la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, actualmente bajo control demócrata. Y en manos de los legisladores está, precisamente, avalar o bloquear los paquetes de ayuda que envía la Administración del presidente Joe Biden a Kiev.
El tema lo puso sobre la mesa el líder de los republicanos en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, quien tiene muchos números para convertirse en nuevo presidente de la cámara si, como indican los sondeos, los conservadores ganan los comicios.
¿SE ACABÓ EL CHEQUE?
En una entrevista, McCarthy dijo que el Congreso no puede dar un “cheque en blanco” a Ucrania cuando la economía estadounidense se asoma a una recesión.
Es la primera vez que los republicanos ponen en cuestión el que ha sido un consenso casi total en Washington durante meses.
Contrasta además con la postura del líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, quien incluso ha viajado a Ucrania para mostrar su apoyo a ese país.
En mayo pasado, el Congreso aprobó 40.000 millones de dólares adicionales para Ucrania con una abrumadora mayoría de ambos partidos. Solo 57 republicanos votaron en contra en la Cámara de Representantes y 11 hicieron lo mismo en el Senado.
Esta oposición interna es posible que aumente si ganan terreno los legisladores republicanos más cercanos al expresidente Donald Trump (2017-2021), quien acuñó el lema “Estados Unidos primero”.
Sin embargo, el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad George Washington Robert Orttung pone en duda que la ayuda a Ucrania esté en peligro.
“Si los republicanos ganan la Cámara de Representantes, podrán presionar más a Biden y han dicho que no apoyarán la ayuda para Ucrania. Pero creo que la mayoría de republicanos la seguirán apoyando”, dijo a EFE.
A ese respecto, Biden ha dicho que “no entiende” por qué los republicanos querrían limitar la ayuda financiera a los ucranianos.
Las filas demócratas, en cambio, están plenamente cuadradas en el respaldo a Ucrania.
Solo un grupo de congresistas del ala más izquierdista envió una carta a Biden pidiendo una negociación con Rusia para poner fin al conflicto, pero tras el revuelo generado se retractaron y retiraron la misiva.
EL ÚNICO CONSENSO EN EEUU
Lo cierto es que, mientras demócratas y republicanos mantienen posturas irreconciliables en temas de política interna como la economía o el aborto, la política exterior genera un sólido consenso.
La rivalidad con China, el enfrentamiento con Irán, el apoyo incondicional a Israel y la defensa de Taiwán son asuntos compartidos por ambos lados del hemiciclo.
“Trump impuso aranceles a muchos productos chinos y siguen vigentes con Biden. Ambos partidos apoyan una política dura hacia China”, ejemplificó Orttung.
Otro asunto que ha marcado recientemente la agenda exterior estadounidense es el de la relación con Arabia Saudí, que Biden ha prometido replantear a consecuencia del acuerdo de Riad con Rusia para recortar la producción petrolera mundial.
Hace solo tres meses que el inquilino de la Casa Blanca viajó al país árabe para pedir más bombeo de crudo en un viaje que le costó muchas críticas por su encuentro con el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, a quien había prometido tratar como un “paria” por la muerte del periodista Jamal Khashoggi.
Sobre este tema, Gerald Feierstein, director del Programa de la Península Arábiga del Instituto de Oriente Medio (MEI), no cree que una eventual victoria republicana alterara demasiado las cosas.
Este exembajador de EE.UU. en el Yemen dijo a EFE que “los republicanos son tan críticos con las políticas de los saudíes como lo son los demócratas”.
¿IMPORTA A LOS VOTANTES?
No obstante, la pregunta clave es si estos asuntos interesan a los votantes.
La invasión rusa de Ucrania ha tenido una enorme atención mediática en Estados Unidos, pero lo que las encuestas muestran es que la economía es el tema que más preocupa a los ciudadanos de cara a las elecciones debido al fuerte incremento del costo de la vida.
El fallo del Tribunal Supremo que tumbó el derecho constitucional al aborto también ha colocado la libre interrupción del embarazo en el centro de la campaña.
Pero, según una encuesta del centro Pew, solo el 45 % de los estadounidenses consideran la política exterior un tema importante; y de acuerdo a sendos estudios de Gallup y de The New York Times, únicamente el 1 % de la población la considera el asunto más prioritario en estos comicios.
“La gran mayoría de votantes están centrados en asuntos domésticos. Un pequeño número de personas irá a votar pensando en la política exterior, pero es un número muy pequeño”, sentenció Orttung.
Eduard Ribas i Admetlla