El viento del cambio sopla con fuerza en España y el PP se empieza a hundir definitivamente. Esos son los mensajes principales que han transmitido las urnas municipales y autonómicas. Ambos han sido mucho más contundentes de lo que sugerían al respecto las encuestas, que una vez más no han acertado. La dinámica de Podemos es mucho más consistente de lo que la mayoría de los analistas ha creído hasta este momento y el deterioro del PP es mucho más profundo. Incluso más de lo que los desastrosos resultados que ha obtenido en estos comicios pueden indicar.
Además de en Madrid Madrid y Valencia, donde las propias líderes (Esperanza Aguirre y Rita Barberá) salían abatidas tras el escrutinio, el PP ha perdido la mayoría absoluta en casi todas las capitales.
En la Comunidad Valenciana también los homólogos de Barberá en Alicante y Castellón han caído en picado. En Alicante, con el sonado caso de la exalcaldesa imputada Sonia Castedo, ha conseguido 8 ediles, muy lejos de los 18 que obtuvo en las últimas elecciones.
Sí se puede, vaya si se puede. Nunca pensé que se pudiera tanto, que fuese posible un vuelco como el de ayer. Pero también queda claro que solos no podemos. Que solos no Podemos. Se ha podido en Barcelona, con un éxito rotundo de Ada Colau, o en A Coruña y Santiago con las irresistibles Mareas. Se va a poder, pactando con el PSOE, en Madrid y Zaragoza. El balance es impresionante, pues hablamos de varias de las mayores capitales.
Todo cambia. Nada será igual tras las elecciones del 24M que reservaban para el PP un agujero de 2,4 millones de votos y la pérdida de casi todas sus mayorías absolutas en Comunidades Autónomas y ciudades importantes. La hecatombe es de tal magnitud que se lleva por delante a la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, seguida de una larga lista de víctimas probables: Esperanza Aguirre, José Antonio Monago, Alberto Fabra, Luisa Fernanda Rudi o Alberto Nuñez Feijóo.
El PSOE ha logrado salir bien parado en estas elecciones municipales y autonómicas. Los socialistas han frenado la caída en picado en la que vivían desde 2011 y mejoran los resultados de las europeas de mayo de 2014, donde llegaron a su suelo. Pese a conseguir cerca de 700.000 votos menos que hace cuatro años y dejarse dos puntos, la distancia con el PP se ha acortado y el partido de Pedro Sánchez conseguirá recuperar poder institucional.
Llegaban a la Sede Federal optimistas con una hora de diferencia. Primero Cayo Lara. “Somos una organización pegada al suelo”, advertía. “Hemos pateado, ha sido una campaña intensa y en los municipios vamos a tener mejor resultado que en 2011”. A preguntas sobre Madrid respondía que era una ciudad clave. “Tenemos que conseguir un 5% o más para ser una fuerza decisiva que impida que Aguirre sea alcaldesa”. No lo consiguieron.
El Partido Popular pasa de gobernar en el pueblo valenciano de Xàtiva a ser la tercera fuerza con 5 ediles. El PSOE ha ganado las elecciones con 7 concejales. Esquerra Unida logra 5, pero ha logrado más votos que el PP. Compromis ha logrado 3 asientos y Ciudadanos 1.
En los últimos días, se conocieron grabaciones del alcalde del PP, Alfonso Rus, en las que contaba billetes de supuestas comisiones. El PP no hizo campaña por él y hasta le suspendió de militancia. El último día de campaña, el partido pidió el voto para Rus.
Casi 200.000 votos. Es lo que el PP gallego se ha dejado por el camino en estas elecciones municipales con relación a la convocatoria de hace cuatro años. Los conservadores siguen siendo la fuerza más votada de Galicia pero este 24-M han cosechado su peor resultado en unas municipales gallegas desde la fundación del partido. Los algo más de 520.000 votos que refleja el escrutinio provisional devuelve a los de Feijóo a los tiempos inmediatamente posteriores a Alianza Popular, aunque con unos 40.000 votos menos.
Mariano Rajoy se ha llevado el mayor varapalo electoral desde que llegó a la Moncloa. El presidente del Gobierno puede decir que su partido ha ganado en número de votos, pero en el camino se ha dejado más de dos millones y medio, el control de los grandes centros de poder que pasan a manos de la izquierda y todas sus mayorías absolutas. Los votos perdidos han pasado de casi ocho millones y medio a poco más de seis.
Ciudadanos no ha logrado cubrir las expectativas con las que concurrió a estas elecciones municipales y autonómicas. Solo en la Comunidad de Madrid, donde han sacado buenos resultados –7 concejales y 17 diputados autonómicos– van a poder ser la llave que Cifuentes necesita para formar Gobierno. El Ayuntamiento va a manos de la izquierda. En Castilla La Mancha no han logrado representación, lo que supone un varapalo no solo para ellos sino para la propia Cospedal que será desalojada del gobierno. Y en Extremadura con un solo diputado tampoco los de Rivera son decisivos en el futuro.