Las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk se hubiera independizado de Ucrania de no ser por la mediación de Rusia, aseguró Serguéi Lavrov, ministro ruso de Exteriores.
“Que ellos (los separatistas prorrusos) aceptaran y firmaran los acuerdos de Minsk que decían que serán parte de Ucrania si estos se cumplen en su totalidad es resultado de un trabajo muy serio por parte de Moscú”, dijo Lavrov anoche a la televisión pública rusa.
Agregó: “De lo contrario, hubieran proclamado su independencia”.
Lavrov aseguró que Rusia y EEUU acordaron en su momento utilizar su ascendencia sobre los separatistas y Kiev, respectivamente, para que cumplan los acuerdos de paz suscritos el 12 de febrero pasado.
Los rebeldes celebraron hace un año un referéndum de independencia y en noviembre pasado unos comicios separatistas para elegir a sus líderes, votaciones cuyos resultados Moscú respetó, pero nunca llegó a reconocer.
A su vez, Lavrov aseguró que en las últimas semanas las potencias occidentales han llegado a la conclusión de que es Kiev y no los separatistas prorrusos quienes obstruyen la implementación de los acuerdos.
Expresó su confianza en que en las reuniones de los grupos de trabajo del 2 de junio se aborde el plan ruso para la desmilitarización de la localidad de Shirókino, situada cerca del estratégico puerto de Mariúpol (mar de Azov), bajo control gubernamental.
Shirókino ha sido durante las últimas semanas el principal foco de tensión entre ambos bandos, que se acusan mutuamente de violar el alto el fuego en vigor desde el 15 de febrero.
Además, el jefe de la diplomacia rusa descalificó las presuntas pruebas presentadas por Estados Unidos sobre la presencia de tropas rusas en la vecina Ucrania.
“Nos han entregado unas fotocopias de mala calidad de unas imágenes tomadas desde el espacio. Las estamos estudiando. No se entiende qué hay en las fotografías”, dijo.
Aunque continúan las escaramuzas, que causan todas las semanas bajas en las filas gubernamentales y rebeldes, ambas partes han iniciado las negociaciones sobre los aspectos humanitarios, políticos, económicos y de seguridad para el arreglo del conflicto.