El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, prometió hoy no volver a negociar con el Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) como uno de los primeros pasos para volver a catalogar como “grupo terrorista” a esta guerrilla comunista que opera desde hace décadas en el país.
“Ya no hablaré con los rebeldes comunistas”, expresó el mandatario en la ciudad de Taguig (este de Manila) en un discurso televisado durante un acto dedicado a las tropas que combatieron a yihadistas del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en la ciudad de Marawi, en la sureña Mindanao.
Duterte, que suspendió en julio las conversaciones de paz con el ilegalizado Partido Comunista de Filipinas, brazo político del NEP, anunció durante el fin de semana su intención de volver a clasificar como organización terrorista a la guerrilla tras recientes ataques mortales a soldados.
El NEP figura como organización terrorista en la lista de Estados Unidos y de la UE, aunque el Gobierno de Filipinas le retiró esta clasificación en 2011 para facilitar las negociaciones de paz.
Entre ayer y hoy varios senadores filipinos mostraron su apoyo a la iniciativa planteada por el presidente, que hoy aseguró que no puede “rendirse a las demandas de los comunistas”.
“Nuestros enemigos son el terrorismo, el NEP y las drogas”, expresó en Taquig Duterte, conocido también por su política de tolerancia cero con el narcotráfico.
El conflicto con el NEP -que cuenta con unos 6.000 combatientes regulares según estimaciones- dura más de cuatro décadas y media, y ha causado al menos 30.000 muertos.
Bajo el mandato de Duterte, que empezó el 30 de junio de 2016, se firmó un alto el fuego en agosto del año pasado que duró hasta primeros de febrero de este año, cuando los comunistas decidieron romperlo.
Rotas las negociaciones, el presidente apostó por no reanudarlas hasta que los rebeldes dejen de atacar a las tropas y extorsionar a la población en varias zonas rurales del país.