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La efímera vida de Más País: de las generales de 2019 a la integración en Movimiento Sumar

“Estoy dispuesto a encabezar una candidatura que garantice un gobierno progresista”. Son las palabras que pronunció Íñigo Errejón en septiembre de 2019 en el lanzamiento de Más País. PSOE y Unidas Podemos habían fracasado en sus negociaciones para formar un gobierno de coalición y España se encaminaba a unas nuevas elecciones. El dirigente político detectaba que había hueco para una nueva marca de izquierdas que ayudara a la formación de un gobierno progresista. Aquella tesis no funcionó y con la llegada de Yolanda Díaz Errejón inició un proceso de acercamiento que ha terminado cinco años después con la integración de su partido en Movimiento Sumar, un proceso que el propio dirigente defiende como “natural”. 

En el verano de 2019 Errejón digería los efectos de las elecciones autonómicas y municipales. Tras su ruptura con Podemos y el lanzamiento de Más Madrid, había conseguido 20 diputados en la Asamblea pero no había logrado revalidar la alcaldía con Manuela Carmena al frente de la candidatura. Las negociaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no avanzaban y abocaban al país a una repetición electoral. 

“El progresismo realmente existente encuentra un punto de bloqueo no comparado con nuestras expectativas, sino con las suyas. Y ahí crece la expectativa ansiosa con nosotros. Es normal buscar una alternativa, pero, como veremos, está también ligada a una idea de política rápida, muy heredera del ritmo y estilo de los años anteriores, que es la que, a la postre, será nuestro mayor enemigo con la apuesta de Más País”, cuenta Errejón en su libro Con todo (Planeta, 2021). 

La puesta en marcha de su partido político estuvo plagada desde el inicio de dificultades y las expectativas que las encuestas les concedieron tras su irrupción se fueron desinflando a medida que avanzaba la campaña. De los 14 escaños que le llegaron a otorgar algunas encuestas, Errejón, en coalición con Equo y Compromís, solo pudo retener dos diputados. Sin posibilidad de grupo propio, quedó relegado durante la legislatura a una esquina del hemiciclo. El dirigente político tampoco se erigió como llave de un gobierno progresista: PSOE y Unidas Podemos llegaron a un acuerdo pocas horas después de aquellas elecciones del 10N.

Aquel fracaso, sin embargo, no cambió la tesis del exdirigente de la posibilidad de lanzar una fuerza de carácter estatal que cubriera el hueco electoral que en los últimos años había ido dejando su anterior partido. Poco a poco fue activando federaciones en diferentes territorios: Andalucía, Euskadi, Murcia, y después Asturias Castilla-La Mancha… En lo ideológico, fue estableciendo los mimbres para una gran fuerza verde de carácter estatal. 

Con el tiempo, el proyecto de Íñigo Errejón, que inicialmente fue una prolongación estatal de su experiencia con Más Madrid, se fue distanciando de la formación que hoy lidera Mónica García, hasta el punto de que ambas formaciones ya no tienen ninguna vinculación orgánica, con el diputado completamente volcado en su trabajo en Sumar y la formación madrileña establecida en la capital y la comunidad. 

Todo ello al mismo tiempo que Errejón se consolidaba como un socio estable del Gobierno votando a favor de sus iniciativas la mayor parte de las veces y consiguió introducir en el debate público, a través de virales intervenciones en el Congreso, temas de calado como la jornada laboral de cuatro horas o  la salud mental. 

Su ambición de construir una organización estatal, un Más Madrid con presencia en todo el país, no terminaba de fructificar. Y en medio de ese proceso apareció Sumar, el proyecto que lanzó Yolanda Díaz tras tomar el testigo de Pablo Iglesias como líder del espacio político de la izquierda. 

La voluntad de la ministra de Trabajo de construir una plataforma que uniera a la izquierda que se había fragmentado durante todos estos años se tradujo más tarde en la vocación de un proyecto político para trascender a Podemos. Esa idea opacaba las aspiraciones de Más País para ocupar ese espacio, pero permitía a Errejón vincularse de nuevo dentro de una organización con vocación hegemónica dentro de la izquierda transformadora. 

Los acercamientos en privado entre Díaz y Errejón que empezaron a raíz de las negociaciones por la reforma laboral cristalizaron más tarde con una iniciativa del Ministerio de Trabajo sobre salud mental que presentaron en público ambos.

“La primera parte fue empezar a escuchar que había una sintonía diferente en lo que decía Yolanda y en lo que estaba montando con Sumar. Yolanda decía cosas con las que nos identificábamos y que nos parecían bastante similares. Cuando lanza Sumar empezamos a ver que nosotros tenemos otras siglas, pero cuando evalúas las cosas no tanto por las siglas sino por las ideas, todo nos sonaba bien”, contaba Errejón en un artículo en este diario.

Una convergencia “natural”

Esos acercamientos fueron creciendo a medida que Díaz construía su proyecto político y se consolidaron con la entrada de Más País en el acuerdo de coalición de todas las izquierdas para las elecciones del 23J. Tras las elecciones, Errejón tuvo un papel discreto dentro del grupo parlamentario pero la salida de Marta Lois le abrió las puertas a volver a la primera línea de la política nacional como portavoz de Sumar en el Congreso. 

En paralelo, el diputado fue ganando peso dentro de la formación política que construía Yolanda Díaz, encargado de la ponencia política de su primera asamblea y ya dentro de sus órganos ejecutivos. Más País se integró primero como formación política al proceso pero paulatinamente fue poniendo sus cargos y estructura al servicio del proyecto de la ministra de Trabajo. 

Ese proceso culminó este sábado con la entrada de la andaluza Esperanza Gómez y el asturiano Xabel Vegas en el Grupo Coordinador de Movimiento Sumar, como contó este diario.

“El acercamiento con Sumar nunca fue tanto de negociar sino de comprobar que estábamos hablando de una coincidencia política y esa coincidencia política nos iba llevando a una coincidencia de otro tipo”, explica Errejón en conversación con elDiario.es. Más de un año de trabajo después, explica, “ese camino se ha profundizado y ha desembocado de una manera natural”. 

Incorporar a los cuadros, dice Errejón, forma parte de ese proceso natural. “No es que hay cuotas, no he negociado con nadie. Siempre he tenido una aproximación sobre esto muy laica: los partidos son vehículos que aportan ideas y su ciclo de vida está vinculado a las funciones que cumplen y a las ideas que aportan a la sociedad”, argumenta. “Y las ideas que aportaba a la sociedad Más País y por las que luchaba, son ideas y una herencia que recogido, ha hecho suya y ha ampliado Sumar”, añade.

Errejón cuenta que esa sinergia ya la experimentó cuando comenzó a representar al grupo parlamentario en el Congreso. “Yo no he tenido que variar ni un milímetro el discurso para ser portavoz de Sumar. He tenido que ampliar cosas, como la herencia de Sumar en cuestiones laborales. Recojo las cosas que hace Sumar y en ese proceso aprendemos cosas”, dice. 

“Para la gente representan cosas muy parecidas. Lo digo desde el punto de vista de que Más País era una lancha y Sumar es un portaaviones. Sumar acoge y hace un ejercicio de generosidad”, incide el diputado, que cree que aunque en el proyecto que lanzó Yolanda Díaz hace un año hay gente de procedencias ideológicas o teóricas distintas pero que a grandes rasgos representa una misma posición.

El peso de Errejón en Movimiento Sumar sigue siendo importante. El portavoz parlamentario coordinará la ponencia política de la convención que la formación política afrontará a mediados de diciembre y con la que busca consolidarse como partido tras la salida de Yolanda Díaz como líder orgánica. Una ponencia con la que el diputado busca aterrizar en herramientas más concretas las grandes líneas ideológicas que plasmó en sus tesis para la primera asamblea.