El último gran acto de la Policía Nacional en esta legislatura ha evidenciado todos los cambios introducidos en el día a día del Cuerpo, muchos de ellos por Real Decreto, dirigidos a militarizar una instución de carácter civil desde 1986. Régimen castrense y religión inundaron una celebración inédita en democracia: la entrega de la bandera nacional por parte de la reina Letizia en la Academia de Ávila.
La última vez que se hizo entrega de la bandera nacional a la Policía fue el 28 de diciembre de 1970, en pleno régimen franquista. Al perder su carácter militar, y pasar de Policía Armada a Cuerpo Nacional de Policía, la institución dejó de ostentar la bandera. Esta cuestión, junto a los precedentes desde 2012, han provocado recelo en un sector de la Policía. Si no es un Cuerpo militar, ¿por qué debe ostentar la bandera?, se vienen a preguntar.
Fue el pasado 15 de octubre cuando el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto 927/2015. En el mismo se recuerda cómo la Policía Armada disfrutaba de la bandera por su “carácter militar” y que su sucesor, la Policía Nacional, tiene ámbito nacional y cuenta con unidades y servicios uniformados que participan en actos conmemorativos. Todo ello “le hacen merecero de ostentar la bandera de España como estímulo para el cumplimiento del servicio público encomendado”, recoge el Real Decreto.
Como apunta el anterior párrafo, la ostentación de la bandera por parte de la Policía es un hecho principalmente simbólico, aunque los sindicatos del Cuerpo tenían una motivación concreta: poder mostrarla a media asta en las comisarías cuando un compañero fallezca en acto de servicio.
La reina Letizia ha entregado la enseña nacional al director adjunto operativo, Eugenio Pino, el gran impulsor del barniz militar con el que ha acabado la Policía esta legislatura. El Real Decreto dice que será la Dirección Adjunta Operativa la que custodie, simbólicamente, esa bandera.
El anterior acto de entrega de la bandera fue presidido por el vicepresidente del Gobierno de entonces, el almirante Luis Carrero Blanco, y tuvo como madrina a María Rojas, esposa del ministro de Gobernación, Tomás Garicano. En aquel acto, celebrado en el actual cuartel general de la Policía en Canillas -entonces Academia Especial de la Policía Armada- el general castrense bendijo la bandera. En el archivo de rtve.es se puede ver la información del No-Do al respecto.
En contra de lo que se pudiera esperar en democracia y con la Constitución de 1978 vigente, el acto de la Academia de Ávila también estuvo bañado de religión católica. Al acto asistían todos los alumnos que ahora estudian en el centro para incorporarse en los próximos meses al servicio activo. El lunes pasado se les había entregado una cuartillacon la letra de La muerte no es el final, la sintonía que ha implantado la Policía en esta legislatura para el homenaje a los caídos, en sustitución de la Marcha Fúnebre.
A diferencia de ésta última, La muerte no es el final -que entonan militares y guardias civiles en sus actos- sí tiene letra. “En Tu palabra confiamos/con la certeza de que Tú/ya le has deuelto a la vida, ya le has llevado a la luz”, dice la canción. Ante el escaso éxito en los ensayos, aseguran fuentes policiales, la cuartilla les fue retirada a los alumnos el lunes. En el acto de Ávila cantó, de forma gratuita y por la megafonía, la esposa de un agente, que también entonó, como ha hecho en otros actos del Cuerpo, el pasodoble Banderita española, de exaltación militar.
En sentido estricto, la Policía Nacional ostenta la bandera que nunca tuvo el Cuerpo Nacional de Policía. Eso se debe a que también la denominación ha cambiado en esta legislatura, enfatizando el adjetivo “Nacional” con la eliminación de “Cuerpo”. A esto hay que sumar, los más de 3 millones gastados en cambiar las insignias para asemejarlas a las del Ejército, la obligación del saludo militar o la recuperación del bastón de mando para pasar revista.
En el acto de Ávila, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, comenzó su intervención agradeciendo a la “providencia” que la climatología acompañara la celebración del acto. Por su parte, la reina Letizia afirmó: “Este país os necesita y os aprecia. Y la concesión del uso de la bandera es la expresión de ese reconocimiento. Es un estímulo de emoción, unión y compromiso para todos los que dedican su vida al servicio de España y los españoles”.