Rufián y Tardà hablan de la inmersión lingüística y se sienten orgullosos de sus orígenes de ciudad obrera mientras están en el bar del distrito barcelonés de Nou Barris donde se grabó realmente el debate Iglesias-Rivera, mientras se intuyen los dobles de estos dos candidatos en la mesa de al lado.
“Perdón ¿Pueden moverse hacia allí? Es que están rodando un programa y me han dicho que salen en plano”, interrumpe el camarero, y Rufián continúa la conversación afirmando que ERC se enfrenta a un relato mediático, político y social que dice que en Cataluña no ha pasado nada.
Rufián lamenta que no se tenga en cuenta el resultado de votos y de escaños obtenidos por las formaciones independentistas en las elecciones catalanas y, después, explica a Tardà la admiración que le tiene desde la primera vez que lo vio en un vídeo en la red.
Tardà le responde: “Allí en el Congreso me llaman 'friki'. Los del PP me llaman 'friki' y algunos del PSOE también”, mientras Rufián se ríe y provoca así una segunda llamada al orden por parte del supuesto camarero, que les pide bajar la voz porque se acopla el sonido a la grabación.
“Siempre nos hacen callar. ¡Hostia¡”, dice Tardà mientras Rufián sugiere que quizá sea hora de dejar de hacerlo, que toca ir al Congreso a defender el voto de los independentistas y de los que no lo son pero comparten con ellos la voluntad de cambio.
Los candidatos no esperan a un tercer aviso y deciden abandonar el local, por lo que piden la cuenta, y, cuando el camarero pregunta si cobra todo junto, Tardà responde: “Todo junto, sí. ¿Sabes qué? Cobra también lo de atrás, porque ya no viene de eso. Ya estamos acostumbrados”.