“Esperaremos a los diputados, por ejemplo, en las estaciones de tren, metro... Y ahí los afectados intentarán acercarse hasta donde puedan para explicarles su situación”. Así explica un portavoz de la PAH, Iván García, la campaña de señalamiento a diputados de los grupos parlamentarios que rechazan los términos de su ILP, es decir, dación en pago retroactiva, paralización de todos los desahucios y promoción de los alquileres sociales. “También organizaremos asambleas en las sedes de los partidos. Lo que queremos es que conozcan la realidad de primera mano, que no se quedan solo con lo que ven en la televisión”, añade García. “Si los diputados no vienen a las asambleas, las asambleas irán a los diputados”, señala.
Con esta iniciativa, la plataforma avanza en su campaña de presión política “Hay vidas en juego” que comenzó hace una semana con el envío de una carta a los diputados en la que les invitaban a asistir y participar en sus reuniones y así “conocer de primera mano y en directo la realidad” de las personas afectadas. Según la PAH, tan solo una diputada, de Coalición Canaria, ha respondido favorablemente a la misiva.
Tras esta primera fase, y después de un escrache digital -enviaron 1.500.000 de correos electrónicos y saturaron las redes sociales de los diputados con sus peticiones-, este jueves comenzará la segunda fase, que García define como “escrache analógico”, un término para definir las campañas de denuncia y señalamiento público que tiene su origen en Argentina.
Natalia Chientaroli publica este miércoles un artículo en este diario en el que explica el significado de escrache, que define como “un símbolo de reivindicación social engrendada en la impotencia y nacida en tiempos de crisis que nació para señalar a los protagonistas de la represión militar” argentina.
Este segundo período se dividirá a su vez en dos pasos: primero, serán los propios afectados los que intenten acercarse a los diputados por la calle e informarles de su situación. Asimismo, se llevará a cabo una masiva pegada de carteles para dar visibilidad a la ILP y al significado de escrache.
Aunque es una opción que por ahora permanece en stand-by, más adelante, el escrache podría ser más intenso. La PAH escribe: “Nos concentraremos delante de la vivienda del diputado/a con cacerolas, pitos, equipos de música, etc, para que esta persona no viva ajena a las dramáticas consecuencias que su comportamiento está ocasionando a miles de personas y sienta la incomodidad en sus actos cotidianos (comprar el pan, ir al trabajo, al cine, etc) ya que todo el vecindario estará informado por carteles y las diferentes manifestaciones en la puerta de su casa de su actividad”. La PAH trabaja con sus abogados para elaborar diferentes acciones sin que se les criminalice.
En respuesta a las críticas a un posible carácter violento de las actividades que efectúen, el portavoz se defiende y asegura que todo será pacífico: “No vamos a dejar lugar a la violencia. Es más, nosotros nunca hemos sido violentos, en todo caso la violencia ha sido la de los desahucios”.
La misma opinión fue expresada por Ada Colau en una entrevista a Joao França: “Como no hay justicia formal, se organiza una justicia social, y es la ciudadanía la que, sin hacer ningún tipo de acto violento, se organiza colectivamente para señalar a estas personas, para visibilizarlo y que todo el mundo sepa que aquella persona, que se mueve en aquel barrio, y que va a comer ahí, que trabaja allá y que hace ese acto público, es responsable de esta serie de cosas”.