Solo el gran árbol de Navidad junto al que habla la presidenta madrileña y el escenario de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol le recuerdan al espectador que no está ante un mitin político al uso sino ante el discurso institucional de fin de año de Isabel Díaz Ayuso. El mensaje político envuelto en forma de felicitación de año nuevo desde la sede de la Comunidad de Madrid resulta, sin embargo, difícilmente distinguible al de cualquier acto electoral de partido.
“Si permitirnos que los enemigos confesos de España decidan su integridad territorial y que quienes han cometido graves delitos e incluso quienes han acabado con vidas inocentes sigan tomando posiciones en contra del conjunto de los españoles, nuestra convivencia y el país que conocemos desaparecerán y la prosperidad, el futuro de las nuevas generaciones y la confianza en las instituciones, se perderá”, dijo Ayuso leyendo el teleprompter.
Antes, la presidenta madrileña se había arrogado en primera persona la defensa de la monarquía, gran parte del crecimiento económico del país e incluso había presumido de tener la mejor sanidad pública de España: “Aportamos los mejores hospitales públicos de la nación. Nunca antes Madrid había tenido tantos profesionales sanitarios ni tanta seguridad laboral”. Hace un mes y medio, miles de sanitarios madrileños de la atención primaria comenzaron una huelga –ahora interrumpida por la Navidad– por la falta de recursos y la sobrecarga de trabajo, en lo que se ha convertido ya en el principal problema político de Ayuso de cara a las elecciones.
En realidad, casi la totalidad de mensajes de fin de año del conjunto de presidentes autonómicos se vieron impregnados de un claro sello electoral con la vista puesta en la convocatoria de autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo. Esa cita primaveral con las urnas no solo servirá de piedra de toque para las generales previstas para finales de año, sino que configurarán el auténtico mapa de poder territorial de los grandes partidos. Y eso explica que el conjunto de líderes territoriales se haya tomado las campanadas de Nochevieja como el pistoletazo de salida para la campaña.
Los socialistas reivindican la gestión de la crisis
Por el lado socialista, la mayoría de presidentes autonómicos destacó la gestión de las crisis económicas derivadas de la pandemia, primero, y de la inflación por la invasión rusa de Ucrania, después. Alguno, como en el caso del valenciano Ximo Puig, incluso con algún gesto de reconocimiento al Gobierno central de Pedro Sánchez. “Acabamos de aprobar un nuevo paquete de medidas que refuerzan las acciones ya emprendidas por el Gobierno de España”, dijo el president de la Generalitat Valenciana desde el Palau, antes de sacar pecho de sus propios logros económicos. “Tenemos un récord histórico de empleo. En ninguna otra Comunidad española ha crecido tanto como aquí”. Puig se prepara para revalidar su tercer mandato en una Comunidad reconvertida ahora en bastión de poder para la izquierda.
En esa misma línea, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, centró su intervención de fin de año en una reivindicación del legado socialista al frente de la Junta, definiendo 2022 como el año de la “remontada” para su Comunidad tras el azote del Covid y de las consecuencias económicas de la guerra. El jefe del Ejecutivo extremeño subrayó la necesidad de que su tierra sea protagonista del proceso de reindustrialización que debe afrontar el conjunto del país, y resaltó que el “excelente” momento que vive la región puede concretarse en el hecho de que de los 700 millones de euros que este año se han aprobado del Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial (FAIIP), 300 van para Extremadura.
En un discurso plagado de mensajes de optimismo y con tintes de promesa electoral, Vara mencionó proyectos que “van a permitir que Extremadura entre en su proceso de industrialización por la puerta grande”, como la primera fábrica de baterías para los coches eléctricos o la primera fábrica de semiconductores a partir de diamante sintético, que ofreció como garantía de empleo de calidad con buenos salarios y con desarrollo de proyectos de vida.
Críticas veladas de Lambán y Page
También con árbol de Navidad de fondo pronunció su discurso de fin de año el presidente de Castilla - La Mancha, Emiliano García-Page, que también se juega la reválida en las urnas en el mes de mayo, una empresa que parece afrontar con la decidida estrategia de desmarcarse del Gobierno central que ostenta su propio partido. No faltaron en su intervención los mensajes políticos enmarcados en el último gran desencuentro mantenido con la dirección de su partido a cuenta de la reforma del Código Penal, enfocada a dar carpetazo judicial a las causas pendientes por el procés.
Sin mencionar expresamente el choque político que mantiene con Pedro Sánchez, no esquivó, sin embargo, las alusiones al independentismo, y por eso reivindicó “el clima social, económico, político y cultural” de su región “muy diferente a lo que está habiendo en otros sitios de España”. “Somos una garantía de que el día de mañana, frente a muchas aventuras, cuando haya que hablar de España, de los derechos de las y los ciudadanos de mi tierra, hablaremos todos”, advirtió. “No hay otro camino y aquí no se pueden hacer trampas” insistió ensalzando la “determinación que tenemos en esta tierra” que se contrapone con las actitudes de quienes “están perdiendo el tiempo permanentemente viendo lo que son”.
Igualmente de manera velada pero repitiendo el guion de Page de escenificar un distanciamiento de Pedro Sánchez en la cuenta atrás de las autonómicas, pasó por encima de las críticas a la gestión de Pedro Sánchez con Catalunya el presidente aragonés Javier Lambán, otro de los líderes socialistas críticos con la dirección de su propio partido y del Gobierno central por los pactos con formaciones independentistas. Lambán reconoció sentirse preocupado por “la erosión de las instituciones” llegando incluso a apelar a la autocrítica del propio PSOE. La falta de acuerdo entre los partidos moderados, dijo, conlleva que la gobernabilidad del país dependa “de extremistas, radicales e independentistas que no aspiran más que a romper España y acabar con la Constitución”.
Los presidentes del PP: perfil propio frente a Ayuso y críticas a Sánchez
Esa premeditada toma de distancia de algunos líderes territoriales del PSOE respecto a su jefe de filas se reproduce también en el caso del PP aunque con una salvedad: que el perfil propio se reivindica frente a Ayuso y no frente a Feijóo. Fue el caso del mensaje navideño de Juan Manuel Moreno, el presidente de la Junta de Andalucía, que criticó que se ha pasado años “viendo cómo Madrid y Catalunya marcan el paso” de los debates nacionales. ¿“Por qué no Andalucía, que es el lugar donde vivimos más españoles?”, se preguntó. Moreno reivindicó que su comunidad debe “aspirar también a liderar el debate político en España” ahora que, insistió, “es observada y goza de credibilidad”.
El presidente andaluz quiso sacar pecho del “liderazgo” y “moderación” de Andalucía, tras reconocer que hay problemas aunque “arrastrados” del pasado y escribir la lista de peticiones al Gobierno de España. Exigió “respeto a la autonomía” de los andaluces para “aplicar nuestras propias decisiones”, en clara alusión al impuesto a las grandes fortunas del Gobierno de Sánchez que invalidaría la supresión del impuesto de patrimonio en la Comunidad. “Los andaluces nos han dado su confianza para adoptar esas medidas y exijo respeto para ellos”, dijo en clara referencia a la mayoría absoluta que alcanzó el pasado 19 de junio y en clave de confrontación con el Ejecutivo nacional. Para Moreno, la reválida política de esa mayoría absoluta se medirá en mayo por el poder que acabe ostentando el PP en las elecciones municipales.
También se juega su futuro político en 2023 el presidente popular de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que llegará a la cita de mayo después de haber superado un intento de moción de censura por parte del PSOE que acabaron arruinando los diputados tránsfugas de Ciudadanos. Frente a ese contexto, López Miras pidió al año nuevo poder “avanzar juntos desde la concordia y la moderación” porque “juntos somos mejores y más fuertes”.
Urkullu pide tejer acuerdos; Aragonès, avanzar hacia la autodeterminación
Salvo giro de guion, no habrá elecciones autonómicas en 2023 ni en Catalunya ni en Euskadi –tampoco en Galicia o en Castilla y León–, aunque los partidos se vuelcan ya en una cita en la que se juegan gran parte de su poder institucional, como son las municipales. En su mensaje de fin de año, el lehendakari Iñigo Urkullu apeló a la necesidad de “tejer acuerdos” para dar respuestas a las necesidades de la sociedad vasca. Por su parte, el president de la Generalitat, Pere Aragonés, cumplió con la tradición de lanzar su mensaje institucional el día de Navidad. Y, una vez más, no quiso dejar pasar la ocasión de incidir en la hoja de ruta independentista una vez dado por concluido el proceso de “desjudicialización” del conflicto catalán con la reforma del Código Penal pactada con el Gobierno de Pedro Sánchez, y reclamó que el 2023 sea el año para “volver a abrir el camino” hacia la autodeterminación de Catalunya“.
En cuanto se apaguen las últimas luces de Navidad quedarán poco más de cuatro meses para que la mayoría de presidentes autonómicos y los miles de alcaldes y alcaldesas se jueguen su futuro político y se vayan convirtiendo, poco a poco y antes que cualquier otra cosa, en candidatos y candidatas de una nueva precampaña electoral.