España se sienta por primera vez con Kosovo en una cumbre de la UE tras pactar que se celebre sin símbolos nacionales

En mayo de 2018 Mariano Rajoy dejó vacía la silla de España en una cumbre entre la UE y los Balcanes celebrada en Sofía (Bulgaria) por asistir los dirigentes kosovares. España no ha reconocido la independencia de Kosovo, al igual que otros cuatro países de la Unión Europea –Chipre, Grecia, Rumanía y Eslovaquia–, por haber sido alcanzada de manera unilateral, en un claro paralelismo con la situación de Catalunya.

El formato de 2018 era muy similar al de este miércoles, una cumbre que debía celebrarse en Croacia pero que se mantendrá por videoconferencia por la crisis del coronavirus, con Albania, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro, la República de Macedonia del Norte y Kosovo.

Sin embargo, la silla española estará ocupada por Pedro Sánchez, en tanto que el Gobierno español ha conseguido una serie de condiciones protocolarias para “sentirse cómodo”. 

Esas condiciones protocolarias pasan por un reconocimiento mutuo que garantice la neutralidad de la UE en un reconocimiento de una soberanía que no es unánime. Así, lo pactado incluye que los planos en los que saldrán los jefes de Gobierno no incluirán símbolos nacionales, que el fondo será una trasera diseñada por la presidencia de turno de la UE, Croacia, idéntico para todos. Y que, incluso, a los líderes se les llamará por su nombre sin añadir su cargo y a los países balcánicos, se les denomina como “socios”.

“España no ha cambiado la posición sobre Kosovo”, explican fuentes diplomáticas, “seguimos estando en contra de las declaraciones unilaterales de independencia. Ahora bien, tampoco vamos a ser más papistas que el papa y, si Serbia llegara a algún acuerdo con Kosovo, nosotros lo apoyaríamos. Nosotros apoyamos el diálogo entre Belgrado y Pristina”.

En este sentido, lo que evidencia España es un cambio en la aproximación al debate sobre Kosovo, aunque insiste: “Nuestra posición de fondo no cambia. Seguimos en contra de las independencias unilaterales, creemos que no es el camino, pero no queremos dejar la silla vacía. Es una región importante para Europa”.

Fuentes comunitarias explican que, al margen de las reservas de algunos países con respecto a Kosovo, la cumbre evidencia el compromiso de la UE con la región. En efecto, los planes de la mayoría de los 27 eran avanzar en la ampliación hacia Macedonia del Norte y Albania, algo que encalló por la oposición, fundamentalmente, de Francia.

Bruselas insiste en que la UE es el socio más importante de la región de los Balcanes Occidentales, y una declaración conjunta posterior a la cumbre procurará “destacar la importancia de las relaciones únicas entre la UE y los Balcanes Occidentales”.

Además, la Unión Europea “ha movilizado más de 3.300 millones de euros para ayudar a los Balcanes Occidentales a afrontar la crisis del coronavirus”.