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Entrevista | Cassandra Vera

“No esperaba la absolución después de la condena del Supremo a Valtonyc”

Los chistes sobre Carrero Blanco en Twitter son eso, chistes. El Tribunal Supremo ha anulado la condena de la Audiencia Nacional a Cassandra Vera al considerar que solo hizo humor negro en Twitter y no se dedicó a humillar a una víctima que falleció 22 años antes de que ella naciese. La joven murciana comenta, en conversación con eldiario.es poco después de conocer el fallo, que no se lo esperaba.

La sentencia es clara: Cassandra solo tuiteó comentarios que se han repetido durante años, desde que se perpetró el atentado, y “en casi todos ellos la clave de humor recaía en el hecho de que el vehículo surcara el espacio y acabara cayendo dentro de un edificio”. Se incidía en la “forma singular” del atentado y no en la víctima. Esa interpretación de los 12 tuits de esta joven murciana la han librado de una condena de un año de cárcel y siete de inhabilitación que le impedía opositar a profesora, para lo que se estaba preparando.

“La verdad es que no esperaba la absolución después de la condena a Valtonyc y otras sentencias sobre libertad de expresión, no me esperaba ser absuelta, la verdad. Me ha sorprendido, estoy muy contenta no tengo adjetivos para describir lo contenta que estoy ahora”, comenta. La sentencia, dice, ha supuesto “un varapalo” a la Audiencia Nacional porque viene a aceptar sus argumentos durante el juicio: “Son chistes, que pueden ser de peor o mejor gusto, pero que simplemente son eso”.

“El Supremo ha visto que Cassandra es mi nombre”

Han sido dos años de proceso judicial en el que, además de las acusaciones penales, Cassandra ha visto como la Fiscalía utilizaba su condición de transexual para buscar la condena por parte del Supremo. En el recurso, consideraron que su nombre, Cassandra, no era más que un pseudónimo tras el que se escondía para lanzar los mensajes contra Carrero Blanco.

“Me sentó bastante mal. Otro patético argumento que no le ha servido de nada al fiscal, el Supremo ha visto que Cassandra es mi nombre, con el que me identifico en cualquier acción de la vida, el fiscal buscaba faltarme al respeto e intentar sacar un argumento donde no lo había”, asegura.

Además, durante este tiempo ha sufrido acoso a través de las redes sociales desde que se convirtió en un personaje público. A las campañas de trolls en redes sociales se sumó el PP de Madrid y su presidenta, Cristina Cifuentes, que durante los días posteriores al juicio rescataron sus tuits antiguos e incluso cuestionaron su deseo de ser profesora.

Cassandra lamenta esta actitud pero cree que “demuestra de qué pasta está hecho el PP”. “Se lanzaron a rescatar supuestos tuits míos, que ni siquiera sabían si eran verdad o no, y simplemente a lanzar esos comentarios contra mí”, añade.

“Mi sueño de la docencia vuelve a estar en pie”

Durante el periodo que ha transcurrido entre la condena y la absolución Cassandra también ha tenido más cuidado en las redes sociales. Como comentan otros tuiteros investigados por la Operación Araña de la Guardia Civil, el proceso ha llevado a la autocensura: “En estos dos años he tenido mucho más cuidado a la hora de expresar mis opiniones, aunque sean totalmente legítimas, porque podría acabar con otra condena”.

En este sentido, considera que, a pesar de que el Supremo haya confirmado que no ha cometido un delito de humillación a las víctimas, en los últimos tiempos se está dando una recorte al derecho de libertad de expresión en España, y pone como ejemplo el secuestro del libro Fariña o la censura en Arco. “Se está viendo que en España la libertad de expresión esta siendo muy atacada”, concluye.

Ahora el proceso judicial ha acabado. La condena de la Audiencia Nacional le supuso la pérdida de una beca de estudios que ahora podrá retomar: “Ahora que no tengo la condena encima puedo volver a opositar, y retomo mis estudios con mucho énfasis y mucha ilusión, porque ahora mi sueño de la docencia vuelve a estar en pie”.

El proceso le ha supuesto un coste económico por los traslados a Madrid, aunque se ha ahorrado el pago de su defensa, que han llevado de forma gratuita. El portavoz de BGD abogados, Cristóbal Gázquez, para quien el fallo del Supremo origina una nueva doctrina que sostiene que no hay enaltecimiento o humillación a las víctimas “sin un odio concreto, sin un daño real”.

“Cassandra es una estudiante de 22 años que ha escuchado las bromas sobre Carrero Blanco toda la vida, que no son de una gravedad extrema. Además, hemos conseguido que el Supremo hable de humor negro”, comenta, e incide en que eso crea una doctrina que, en su opinión, debería llevar el nombre de su bufete de abogados.