La expresidenta de Madrid Esperanza Aguirre utilizó la agencia de colocación en Caja Madrid de Miguel Blesa mientras criticaba en público los gastos desorbitados del todopoderoso presidente de la entidad bancaria. El 21 de mayo de 2009, Aguirre cuestionó públicamente a Miguel Blesa, tras publicarse que había gastado 500.000 euros de la caja en un coche oficial. Las críticas de Aguirre indignaron al presidente de Caja Madrid. “No tiene ni puta idea”, le dedicó en uno de sus correos al recibir la noticia de estas declaraciones de Aguirre.
Sólo ocho días después de ese enfrentamiento ahora desvelado en su totalidad, al buzón de correo de Blesa llegó indirectamente una petición de la expresidenta madrileña, que circulaba por los emails de los altos cargos de la entidad. Aguirre –según aparece en los correos– se interesaba por la contratación de una joven para una de las oficinas de Caja Madrid. En un email fechado el 28 de mayo, la secretaria de dirección de Blesa advertía: “Es la chica por quien se interesa Esperanza Aguirre”.
Las relaciones entre Aguirre y Blesa no atravesaban su mejor momento y el banquero no fue tan sensible como en otras ocasiones. En un correo del 28 de mayo Blesa contesta a su secretaria de dirección: “Lo hablaremos antes de contestar nada”.
El distanciamiento entre Aguirre y Blesa era para entonces evidente, pero fueron unas declaraciones de la presidenta madrileña las que desataron la ira del banquero. En aquellas semanas de mayo había trascendido con gran polémica que Blesa se había comprado un coche de medio millón de euros a cargo de la entidad para su uso personal. Cuando Aguirre fue preguntada por el escándalo, no dudó en responder que ella se tenía a sí misma por “una persona austera por naturaleza” y advirtió que “no le parece correcto” que los cargos públicos no tengan más cuidado con el dinero de todos que con el suyo propio. Paralelamente, Aguirre patrocinaba un nuevo enchufe en la caja, y Blesa lo sabía.
eldiario.es se ha puesto en contacto con el equipo de Esperanza Aguirre, que ha declinado realizar comentario alguno sobre las revelaciones que apuntan a la expresidenta madrileña como solicitante de favores laborales.
La petición de ayuda a Blesa no fue la primera que partió del entorno de la expresidenta madrileña para acabar en la bandeja de entrada del email del banquero. En 2007, como adelantó eldiario.es, la secretaria de Aguirre pidió ayuda para facilitar la concesión de una hipoteca a un familiar. Corría el año 2007, las relaciones entre ambos eran buenas, Aguirre no criticaba despilfarro alguno en la Caja y Blesa se limitó a ordenar “hágalo”. En este caso, de los correos electrónicos que se refieren a la nueva petición del entorno de Aguirre no se desprende con certeza que la gestión solicitada se llevase finalmente a cabo.
Enchufe sin título universitario
La lectura de esas comunicaciones, a las que ha tenido acceso eldiario.es gracias a una fuente anónima que ha sido derivada por colaboradores de la Comisión Anticorrupción del Partido X, pone de relieve que Aguirre “se interesaba” por una joven cuya contratación era casi imposible. Su patrocinada carecía de título universitario y además exigía ser contratada en los alrededores de Ávila, donde residía.
El 26 de mayo de 2009, la secretaria de presidencia de Caja Madrid, Blanca de Pedro, escribió a cuatro personas con responsabilidad en la entidad la siguiente comunicación: “Necesitamos que nos informéis, a la mayor brevedad posible, sobre S.S.N. Hizo unas pruebas para entrar a trabajar en la Caja. Esperamos que nos digáis. Muchas gracias. Un saludo”.
El correo tuvo contestación inmediata por parte de los servicios de personal de la entidad, que sólo tardaron dos días en conseguir la información que Blesa quería conocer antes de decidir si daba luz verde al enchufe planteado por Aguirre.
En un correo del 28 de mayo de 2009, la secretaria de Blesa recibe toda la información sobre la patrocinada por la presidenta madrileña. En esa comunicación se aportan los siguientes datos sobre la persona que Aguirre estaba promocionando: “Colaboró en la Entidad durante cuatro meses, en el verano de 2008 [...]. Dado que la valoración obtenida en la oficina fue buena, realizó el proceso de selección. El resultado fue positivo (R+). No obstante, al no haber finalizado la Diplomatura en Empresariales que estaba cursando, fue incluida en la bolsa de trabajo como superado el proceso de selección pero supeditado a que finalizara su formación. Por otra parte, mostraba movilidad limitada a Ávila (donde reside), provincias adyacentes y Sierra de Madrid, en las que habitualmente existe una alta demanda de traslados internos, limitando su posibilidad de colaboración”.
“Esperamos vuestras indicaciones en caso de tener que hacer alguna gestión adicional”, rezaba ese correo que acabó en poder de Blesa. Tras el análisis de esos datos, la secretaria de Blesa advirtió al presidente de Caja Madrid que “es la chica por quien se interesa Esperanza Aguirre”, pero Blesa no mostró en su respuesta la diligencia de otras ocasiones (“lo hablaremos antes de contestar”). Tan sólo había pasado una semana tras haber sido criticado por la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid.
Los manejos de Aguirre con Blesa no eran novedad para el presidente de Caja Madrid. Según la correspondencia electrónica de Blesa, Aguirre tenía mando en plaza. Así se desprende del correo que este sábado publica el diario El Mundo y en el que Ignacio González traslada a Blesa órdenes concretas para nombrar consejeros en Iberia. En ese correo, que reproduce un mensaje de Ignacio González a Blesa, se lee: “Me dice la jefa que tienes que poner a dos consejeros de la Caja en Iberia, y uno es ejecutivo de la caja, el otro que sea Mercedes Rojo. Estoy en desayuno de Mariano y luego te llamo”.