La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Esperanza Aguirre nunca deja indiferente

Iñigo Sáenz de Ugarte

Infografías: Covadonga Fernández —

Con Esperanza Aguirre, que acaba de anunciar su retirada de la política, nunca ha habido mucho margen para las medias tintas. Lo que para unos es “valentía” para otros es “demagogia”. Mientras unos ven “claridad” en su conducta, otros la definen como “soberbia”. En los comentarios analizados, las impresiones negativas superan a las positivas, pero se intuye un debate intenso al respecto.

Aguirre aparece definida como representante del sector más conservador del PP. Por eso, en el plano político las críticas más extendidas le acusan de apoyar “recortes sólo a la clase obrera” (en un porcentaje mayor que Rajoy, por ejemplo) y el apoyo a la “privatización de los servicios públicos” por sus declaraciones en relación a la sanidad, educación y transporte.

Pero no todas sus iniciativas reciben un rechazo amplio. Hay un nivel de apoyo muy significativo a su “propuesta de eliminación de diputados” en la Asamblea de Madrid.

La desconfianza hacia los políticos es tan generalizada que cualquier medida que conduzca a su reducción se valora de forma muy positiva. Algunos de los que desconfían de Aguirre no ocultan que apoyan algunas de sus ideas más polémicas.