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INVESTIGACIÓN
Esperanza Aguirre no solo se lucró con la venta de ese Goya inédito que, durante años, estuvo sobre la chimenea del salón principal de la casa de su suegro, Ignacio Ramírez de Haro, el conde de Bornos. El dinero acabó en una cuenta a su nombre y al de su marido, que comparten todos los bienes ya que están casados en régimen de gananciales. Pero es que además la presidenta de Madrid se implicó directamente en la operación, como denuncia en los tribunales su cuñado y acreditan varios documentos que están aportados ante el juzgado de instrucción número 26 de Madrid.
Entre esos documentos, destaca este correo enviado por Esperanza Aguirre desde una cuenta que usaba en la Comunidad de Madrid. Un texto tan escueto como esclarecedor.
El mail es breve. Son muy pocas líneas. Pero conviene explicar algunas de ellas al detalle, para entender mejor la información.
“Asunto: Re: Goya”
El mail es una respuesta a otro mensaje anterior, que le envió su cuñado, hoy denunciante: Íñigo Ramírez de Haro. Ese mail previo al que Aguirre responde tiene como asunto “Goya” y, en efecto, trata de ese inédito retrato de un antepasado familiar, que pintó Francisco de Goya.
“No creo que debamos decir nada de momento. Es muy peligroso desde el punto de vista mediático y político”.
En el correo previo, Íñigo proponía a su cuñada contactar con expertos del Metropolitan Museum Art de Nueva York, donde residía, para que aconsejasen a la familia sobre qué hacer con el Goya. Pero la respuesta de Aguirre es tajante. El silencio es fundamental porque hay un “riesgo mediático y político”. Obviamente, para quien responde el mail: entonces la presidenta de Madrid y una de las políticas más poderosas de España.
“Pepe por supuesto que nos asesorará en todo”
Con “Pepe”, Aguirre se refiere a José P., el abogado que asesora a la familia.
“De: EAGB2513@madrid.org”
Esta enigmática dirección de mail fue, durante años, el correo electrónico que usaba la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. La web madrid.org ya no está operativa, pero hasta el año pasado era la página oficial de la Comunidad de Madrid. Gran parte de los correos de esta administración siguen usando este dominio.
EAGB son las iniciales de Esperanza Aguirre Gil de Biedma. Y el número 2513 es su fecha de nacimiento, al revés. Nació el 3 de enero de 1952.
Aunque en las tarjetas de visita de Aguirre como presidenta figuraba otra dirección más institucional, que gestionaban sus secretarias, este mail era el correo oficial que realmente usaba: el que Aguirre respondía en persona, según confirman distintas fuentes. Ya no está operativo, fue dado de baja años atrás.
“Enviado el martes, 20 de marzo de 2012”
La fecha es clave en toda la historia. La familia había descubierto solo unas semanas antes que el retrato sin firma era un valioso Goya. El 9 de marzo, Sotheby’s lo había tasado en ocho millones de euros.
En la cronología, que hoy publicamos –al final de esta información–, se explica con más detalle cómo fueron todos los pasos desde que la expresidenta de Madrid anuncia a su familia que su marido está en la ruina y “puede ir a la cárcel”, según asegura su cuñado, hasta que venden el Goya al empresario Juan Miguel Villar Mir.
La compraventa se cerró ante notario el 18 de julio de 2012: cuatro meses después del correo de Aguirre donde pedía “no decir nada de momento”.
Ese “de momento” fue larguísimo: la compraventa no se conoció hasta muchos años después. Una operación muy discreta donde Aguirre se empleó a fondo, según denuncia su cuñado.
Esperanza Aguirre se aprovechó “de las facultades del cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid, con abuso de las relaciones personales”, asegura la querella que presentó su cuñado hace pocos días, el 8 de abril.
La expresidenta de Madrid es clave en toda la compraventa. No solo porque se lucrara con ella. Sino porque todos los organismos que tenían que haber fiscalizado esa operación, y no lo hicieron, dependían de ella.
Esperanza Aguirre era entonces presidenta de la Comunidad de Madrid. Y es esta administración, a través de su Dirección General de Patrimonio Histórico, la que debe proteger como Bienes de Interés Cultural este tipo de obras de arte cuando tiene constancia de que existen, según la Ley del Patrimonio Histórico.
Aguirre fue antes ministra de Cultura. Conoce por tanto las obligaciones de esa ley.
Aún hoy, nueve años después, el cuadro de Goya que vendieron Aguirre y su marido –titulado “Retrato de don Valentín Belvís y Moncada”– no figura en el Registro de Bienes Patrimoniales de la Comunidad de Madrid, donde sí constan otras 168 obras del pintor aragonés. Y tampoco está declarado como Bien de Interés Cultural, a pesar de que la obra se ha llegado a exponer en la National Gallery de Londres, como uno de los mejores retratos del pintor.
Hace apenas unos días, Juan Miguel Villar Mir –el comprador del cuadro– presentó ante la administración “unos papeles que faltaban”, según aseguró a elDiario.es. Nueve años después de la venta por parte de Aguirre y su familia, aún había trámites sin hacer.
Esperanza Aguirre también era la jefa de Pércival Manglano, entonces consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid. Y fue ante la Hacienda madrileña donde su marido, Fernando Ramírez de Haro, presentó esa anómala autoliquidación de impuestos que elDiario.es desveló ayer: una supuesta “donación verbal” que se escrituró cuando el donante, el suegro de Aguirre, llevaba un año y medio muerto.
Cuando el cuadro se vendió, en 2012, Esperanza Aguirre también formaba parte del Real Patronato del Museo del Prado. Y fueron precisamente varios funcionarios de este museo quienes evaluaron la obra y certificaron que se trataba de un auténtico Goya.
El 24 de abril de 2012 –un mes después de este mail–, el cuadro de Goya en cuestión llegó a entrar físicamente en el Museo del Prado, donde lo llevó Sotheby’s. Allí se le realizó una radiografía y otras pruebas técnicas, y se comparó la pintura con otras obras de Goya, como detalló este domingo elDiario.es.
A diferencia de lo ocurrido con la supuesta obra del pintor italiano Caravaggio –que la Comunidad de Madrid ha protegido como 'Bien de Interés Cultural' después de que técnicos del Museo del Prado alertaran de su existencia– con el cuadro de Aguirre, no hubo la más mínima voz de alarma. El Museo del Prado nunca comunicó oficialmente un hallazgo de esta transcendencia: que había aparecido un nuevo Goya.
“No creo que debamos decir nada”. “Es muy peligroso desde el punto de vista mediático y político”, reconocía Aguirre. Y para sus propios intereses, que no los del resto de los madrileños, tenía toda la razón.
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