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El PP alega que Castilla-La Mancha “no es Cuba” en el debate del nuevo estatuto autonómico

Desde la tribuna de invitados y con las vistas de la bancada del Gobierno vacía, María Dolores de Cospedal ha visto cómo su propuesta de Estatuto para Castilla-La Mancha ha echado a andar en el Congreso. Pocos minutos antes de subir al palco, ha defendido que dejar en la mitad el número de escaños no es un pucherazo en la práctica sino una cuestión de “filosofía” y una demostración de “ejemplaridad”. Además, ha recordado que su iniciativa de reforma estatutaria en ese sentido ha sido pionera porque “van a venir muchas más después”. Por el momento, Galicia ya ha anunciado que quiere una propuesta similar.

Lejos de verlo así, todos los partidos la han acusado de haber traspasado “una línea roja peligrosa” para reducir la representatividad democrática en la región y asegurarse las urnas con argumentos populistas. Incluidas las formaciones nacionalistas como CiU y PNV, que no votan en contra como práctica habitual de respeto a las iniciativas de las cámaras autonómicas, han señalado el peligro. En palabras de Jordi Xuclà, “algunas reformas hacen que el resultado electoral se conozca con antelación”.

El comisionado de las Cortes autonómicas, Francisco Cañizares, ha mezclado su defensa del texto con loas a la “valentía” de su presidenta y acusaciones a los grupos de izquierda. Según Cañizares, recortar escaños no es “una modificación sustancial” y “no abre controversias con nadie” porque cuenta con el apoyo del 94% de los ciudadanos “según algunas encuestas de medios regionales”. Después, el diputado Agustín Conde, del PP, ha visto en las críticas recibidas “la arrogancia de la izquierda”. Su respuesta final a Cayo Lara por acusarles de perpetrar un “ataque democrático” ha consistido en recordar que Castilla-La Mancha “no es Cuba”. El líder de IU no se olvidó durante el debate de recordar al PP que cuando propusieron aumentar de 49 a 53 diputados en la reforma anterior de la ley electoral, el lema del PP fue “Más diputados. Más democracia”.

Desde la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), como desde el resto de grupos, se ha puesto en duda que el apoyo social sea del 94% ya que el texto lo sacó adelante el PP con la negativa del PSOE. Todos han sido duros a la hora de señalar la incongruencia del argumento del ahorro después de haber aumentado previamente el número de escaños y de haber eliminado los sueldos de los parlamentarios. Como ha dicho el portavoz de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, él y el resto de los diputados necesitan un sueldo para no ser “como el viejo Parlamento británico, donde las señorías se dedicaban a la caza del zorro y por la tarde pasaban por el Parlamento y el club”.

La situación particular de María Dolores de Cospedal y la de Luis Bárcenas en general ha salido a relucir en el debate continuamente. Lara se ha referido a Cospedal como “la secretaria general del PP, de Bárcenas y de la Gürtel” y la portavoz del BNG ha criticado que se esgrima la auteridad “mientras no aclaren quién cobra en negro”.

Soraya Rodríguez, la portavoz socialista, también se ha referido a los papels de Bárcenas y ha ironizado sobre que Cospedal haya eliminado instituciones como el Síndico de Cuentas. “La que anda enredada todavía con 200.000 euros de comisiones ilegales en un recibí”, ha dicho en referencia a la firma del gerente del PP castellanomanchego que ha aportado el extesorero al juez. Desde la tribuna, De Cospedal se ha mostrado impertérrita con los ataques y solo de vez en cuando ha mirado su móvil o ha intercambiado algún comentario con sus colaboradores.