Más y más gente se va reuniendo en la carpa de Syriza en la céntrica plaza Klafthmonos. La muchedumbre ocupa la calle y corta el tráfico, los coches pasan tocando el claxon en señal de victoria, al tiempo que las primeras encuestas a pie de urna pronostican una ventaja mayor de la esperada para la coalición de izquierdas. “Es una victoria histórica de la esperanza”, declaró en el primer comentario extraoficial el portavoz de la formación.
“Estamos aquí porque creemos en cambiar Grecia para así cambiar Europa,” explica Michele, un joven italiano que ha viajado a Atenas como parte de la Brigata Kalimera, organizada por Refundación Comunista para apoyar la “solidaridad internacional”. “Estamos intentando crear un proceso similar al de Syriza en Italia, abriendo las puertas a mucha gente,” afirma el joven. “Así cambiaremos el sistema capitalista y la situación económica de los países del sur de Europa, para construir una Europa de los derechos y de la dignidad”, grita, mientras la multitud corea y baila el Bella ciao.
“Para nosotros estos resultados son un gran éxito que demuestra el fracaso de las políticas alemanas de austeridad,” exclama Katarina, una militante de Die Linke que ha venido en la delegación de la formación alemana. “Syriza es un ejemplo de que hay una alternativa, otro camino para salir de la crisis. Esto va a tener un impacto también en las elecciones españolas y va a enviar un mensaje a Merkel de que debe cambiar su visión de los pueblos del sur de Europa”.
Este punto de vista lo comparte Alex, un joven inglés que ha viajado a Grecia por su cuenta para ser testigo de lo que considera un cambio histórico. “Es fantástico si Syriza consigue la mayoría absoluta. Si tuvieran que hacer coalición, se debilitaría la legitimidad de su mandato. Todo esto demuestra que un movimiento de izquierdas puede construir esperanza, y es especialmente importante porque no se trata de un partido tradicional, sino de un movimiento nacido con la crisis y con fuertes raíces sociales”.
Leo, miembro del Parti de Gauche, se muestra un poco más cauto y quiere esperar los resultados definitivos antes de ilusionarse. “Syriza es una esperanza para toda Europa,” dice. “Muestra que hay una alternativa de izquierda a la austeridad. Estoy muy contento, porque no se trata de una 'alternativa' de extrema derecha, como pasa en Francia. La confianza que el pueblo griego deposita en Syriza me hace ser optimista de cara al futuro”.