El exconsejero catalán de Economía Macià Alavedra ha reconocido hoy haber cobrado comisiones del 4 % junto con el exsecretario de Presidencia de la Generalitat Lluís Prenafeta por intermediar para que empresarios recibieran adjudicaciones públicas y ha dicho que usó para ello sus relaciones con políticos.
En su declaración como acusado en el juicio de Pretoria que se celebra en la Audiencia Nacional, Alavedra ha reconocido todos los hechos que le imputa la fiscal Ana Cuenca, que le pedía 6 años y 10 meses de prisión pero, según ha anunciado hoy, reclamará una pena que no suponga su ingreso en la cárcel si paga una multa de 10,3 millones de euros.
Alavedra -que junto con Prenafeta era un hombre de confianza del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y a quien se acusa de ocultar comisiones ilícitas- ha reconocido que usó sus relaciones políticas para intermediar a favor de empresarios y que lo hizo con el exconsejero de Economía y de Política Territorial Antoni Castells, pero ha negado que Artur Mas fuera uno de esos políticos.
“Con Artur Mas para nada”, ha respondido el exdiputado de CDC y CiU a preguntas de la fiscal sobre si el político catalán participó en esos negocios ilícitos.
Y en concreto ha admitido que cobraron el 4 % del precio de venta de unos terrenos junto al puerto deportivo de Badalona y de dos fincas en San Andrés de Llavaneras por presentarle al cerebro de la trama, Luis Andrés García “Luigi”, al comprador en las llamadas “Operación Badalona” y “Operación Niesma”.
“Tanto en Badalona como en Sant Andreu de Llavaneras, creo que la comisión fue del 4 %, que en este tipo de casos es una comisión habitual”, ha dicho para añadir que la mecánica era siempre la misma: “Luigi” contactaba con ambos para que buscasen a “un tipo de empresario al que le interesase”.
El líder de la trama Pretoria se encargaba, según él, de coordinar “a todos los vendedores para que estuviesen de acuerdo en vender” y junto con él y Prenafeta construyeron “un grupo de intermediación” entre empresarios y cargos públicos.
En el caso de la llamada operación Niesma, en San Andrés de Llavaneras, se trataba de unos terrenos por los que el empresario finalmente pagó 4 millones de euros de plusvalía, que Alavedra no ha sabido explicar porque no entró “en el detalle urbanístico”. Su “especialidad”, ha dicho, era “conseguir” al comprador “y presentárselo a Luis García”.
Al igual que Prenafeta que, en ambas operaciones, “intervino en buscar al comprador y luego se repartió (la comisión) entre tres”: “Luigi”, Prenafeta y él mismo.
También ha apuntado que en una conversación con Prenafeta, el antiguo secretario de Presidencia de CDC pareció “inquietarse” porque todas las encuestas daban como futuro presidente de la Generalitat a Artur Mas y le dijo que el futuro presidente debía aceptar la adjudicación de un contrato en el que estaban trabajando.
Ha explicado que “Luigi” tenía contactos con cargos públicos de los municipios de Cataluña en los que operó la trama (Badalona, San Andrés de Llavaneras y Santa Coloma de Gramanet), de los que se calcula que la red corrupta defraudó en torno a 45 millones de euros, porque era “su función y su trabajo”.
El acusado ha admitido que parte del dinero que ocultó a Hacienda provenía de venta de sociedades en Portugal y Suiza, de las que solo ha reconocido haber hecho una declaración complementaria en el caso de las de Portugal.
Según la Fiscalía, su actividad ilícita les reportó tanto a él como a Prenafeta comisiones de alrededor de 638.000 euros a cada uno, que ocultaron a Hacienda a través de un entramado de sociedades opacas y de cuentas en Andorra y Suiza.