La expareja de Ábalos reconoce en el Supremo que cobró un sueldo de dos empresas públicas sin ir a trabajar

El juez del Tribunal Supremo que investiga al exministro José Luis Ábalos por supuestamente favorecer contratos públicos a cambio de prebendas ha tomado declaración como testigo este jueves a su expareja Jéssica Rodríguez. Ante el juez Leopoldo Puente, la mujer ha confirmado que estuvo contratada como auxiliar administrativa durante dos años y medio en dos empresas públicas —Ineco y Tragsatec—, pero que no acudió nunca a esos puestos de trabajo, informan a elDiario.es fuentes conocedoras del contenido de la declaración. Ha alegado que recogió un ordenador portátil y que llegó incluso a hacer un curso de riesgos laborales pero que, después, nadie la requirió para trabajar.
La contratación de la mujer en un ente dependiente del Ministerio de Transportes que dirigía Ábalos y otro de la SEPI es uno de los elementos sobre los que ha puesto el foco el juez. En una de sus últimas resoluciones, el magistrado reclamó la identificación de las personas que la contrataron en sendas empresas. Preguntada por ello, Jéssica Rodríguez ha dicho que no recuerda quién le envió los contratos, pero ha reconocido que fue Ábalos quien le dijo que le “vendría bien trabajar” y que ella le envió a él su curriculum. También ha dicho que Joseba García, hermano del exasesor Koldo García, era su jefe en ambas empresas, donde cobraba el Salario Míninimo Interprofesional (SMI).
En uno de los informes de la UCO aportados al sumario figura una conversación en la que Jéssica Rodríguez avisa directamente a Ábalos de que su contrato como auxiliar administrativa en esa empresa pública expira en unos días. El exministro le transmite a su asesor ese mensaje y éste le responde: “Hay que pasar a otro sitio y luego vuelve, lleva 18 meses”. “Díselo”, responde entonces Ábalos. Esa conversación ocurre el 23 de febrero de 2021. Una semana después, la mujer firma un nuevo contrato con la empresa pública Tragsatec, dependiente de la SEPI, por un período de seis meses.
El piso de lujo en el centro de Madrid
Por otro lado, la mujer ha reconocido que fue Ábalos quien le proporcionó el piso ubicado en la Plaza de España de Madrid, donde vivió tres años, entre marzo de 2019 y marzo de 2022. “Yo no sé quién pagaba el piso, imagino que el señor Ábalos coordinándolo con el señor Koldo”, ha dicho a preguntas del instructor. “Como todo lo que yo tenía. Si me regalaban unas flores, aunque las trajese Koldo, eran de Ábalos”, ha añadido poco después. La UCO sostiene que el pago del alquiler de la vivienda de la mujer es otra de las “contraprestaciones” que habría recibido el exministro fruto de sus gestiones para la trama.
Las pesquisas han acreditado que el supuesto cabecilla, Víctor Aldama, abonó hasta 32 mensualidades de ese alquiler: un total de 82.298,40 euros. Lo hizo a través de su supuesto testaferro, Luis Alberto Escolano, y de empresas de éste. Además, el hermano del exasesor Koldo García y su hija menor de edad figuran como pagadores de otros dos meses de alquiler. El inmueble es un apartamento de lujo situado en el centro de Madrid por el que se pagaban 2.700 euros al mes. La mujer ha admitido que siguió residiendo allí hasta dos años después de terminar su relación con Ábalos, pero que entendía que era una suerte de contraprestación por el desengaño amoroso que había sufrido, pues él “seguía con su mujer e hijos” a pesar de que le había prometido que se iba a divorciar.
Preguntado por este inmueble, el antiguo asesor de Ábalos dio una explicación ciertamente inverosímil en su declaración como investigado el pasado diciembre. Aseguró que contactó con Escolano para buscar un alojamiento para Jéssica Rodríguez porque él estaba viviendo en un piso de 35 metros cuadrados y sólo podía ofrecerle un sofá. Y que este le ofreció alquilar un inmueble para que ella residiera y que, a su vez, se pudieran celebrar allí reuniones empresariales. Según el relato de Koldo García, el empresario cedió el piso de forma gratuita, aunque conforme fueron pasando los meses tanto él como la mujer colaboraron abonando algunas mensualidades. Jéssica Rodríguez, sin embargo, ha dicho que nunca pagó el alquiler de ese inmueble y que lo usaba ella en exclusiva.
Viajes oficiales con Ábalos
El juez también reclamó al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible que informara sobre los viajes oficiales en los que Jéssica Rodríguez hubiera podido acompañar a Ábalos entre noviembre de 2018 y diciembre de 2022, así como la identidad de la persona o el número de cuenta desde la que se abonaron sus gastos. La UCO acreditó que se trató de 16 viajes.
Sobre este extremo, Jéssica Rodríguez ha confirmado que “todos los meses” viajaba con Ábalos y que, en “muchos” casos se trataba de desplazamientos oficiales que él hacía por su condición de ministro. La mujer ha citado destinos como Londres, Moscú o Abu Dhabi. Y ha reconocido que ella no pagaba ningún gasto. “Nada. Siempre lo ha pagado todo Ábalos. Excepto cuando lo gestionaba Koldo, pero igualmente ellos se entendían luego y aunque Koldo lo gestionase, luego Ábalos se lo abonaba”, ha explicado a preguntas del juez. La mujer también ha reconocido que, en ocasiones, el exministro le daba dinero en efectivo para que se pagase los estudios y sus “cosas”, aunque nunca por acompañarlo a esos viajes.
Los empresarios niegan las mordidas
Este jueves también han testificado los empresarios Manuel Salles y José Ruz, a los que Aldama acusa de pagar mordidas a cambio de adjudicaciones de obra pública. Los dos han negado el abono de esas comisiones, así como ser adjudicatarios del Ministerio de Transportes en la época de Ábalos.
Ruz, gerente y accionista de la desaparecida constructora Levantina de Ingeniería y Construcción, ha declarado que contrató a Aldama para recuperar una deuda de cinco millones de euros por un negocio en Panamá que no había cobrado. Según su versión, el comisionista habría aceptado el encargo a cambio de llevarse un 20%.
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