El responsable de Extranjería en Portugal, Manuel Jarmela Palos, dimitió hoy de su cargo después de que un Tribunal de Lisboa decretase su prisión preventiva por su supuesta implicación en una trama corrupta de concesión de visados.
Según informaron medios oficiales, la renuncia de Jarmela Palos fue aceptada por el Ejecutivo de Pedro Passos Coelho, quien ha relevado hoy oficialmente a Miguel Macedo por Anabela Rodrigues al frente del Ministerio de Interior.
Macedo, que aseguró no tener ni “culpa ni responsabilidad personal” en el caso que ha abierto una crisis en el Ejecutivo, dijo haber abandonado el cargo por voluntad propia por ver su autoridad disminuida.
Varios de sus colaboradores están implicados en la trama corrupta que investiga la concesión fraudulenta de visados a grandes inversores de fuera de la UE, mayoritariamente chinos.
De entre los once detenidos que fueron interrogados en maratonianas sesiones, el Tribunal de Instrucción Criminal de Lisboa decretó contra tres la medida más coercitiva, la prisión preventiva, mientras la Fiscalía de Portugal formaliza las acusaciones antes del juicio.
Se trata de la ex secretaria general del Ministerio de Justicia, Maria Antónia Anes; Jaime Gomes, socio-gerente de la empresa JMF Projects & Business, y el propio Jarmela Palos, director nacional del Servicio de Extranjeros y Fronteras.
A los sospechosos Paulo Eliseu, Paulo Vieira, José Manuel Gonçalves y Abílio Silva se les decretó la suspensión de sus funciones en los servicios centrales del Instituto de los Registros y Notariado y tienen prohibido establecer contactos con funcionarios de los citados servicios.
Los ciudadanos chinos, la mujer Zhu Baoe y el varón Xia Baoliang, tienen prohibido abandonar Portugal y tendrán que pagar una fianza de 250.000 y de 500.000 euros, respectivamente.
La trama “Laberinto” investiga presuntos delitos de corrupción, tráfico de influencias, hurto de caudales públicos y blanqueo de capitales.
Los visados especiales para grandes inversores extranjeros, conocidos como “Visas Gold” y creados en octubre de 2012, son una de las banderas del Gobierno conservador como un medio para fomentar la inversión foránea en el país en tiempos de crisis.